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“El contenido es el mismo, solo que ahora hay que adaptarse a más canales”

David Alandete, director adjunto de EL PAÍS, explicó la transformación del diario en una conferencia internacional en São Paulo

Tom C. Avendaño
David Alandete, director adjunto de EL PAÍS, durante un momento de la conferencia internacional de la Asociación Internacional de Medios Periodísticos
David Alandete, director adjunto de EL PAÍS, durante un momento de la conferencia internacional de la Asociación Internacional de Medios Periodísticosstudio3x

La transformación de EL PAÍS, de un medio tradicionalmente escrito en papel a plataforma moderna de contenidos en canales digitales, sirvió de ejemplo ayer en la conferencia internacional que cada año celebra la Asociación Internacional de Medios Periodísticos (INMA por sus siglas en inglés) en São Paulo.

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En la primera jornada de las dos que durará la cita, David Alandete, director adjunto del diario, contó la experiencia de su equipo transformando el diario más leído en Internet tanto en España como en español en el mundo en una nueva estructura que pueda no sólo responder a las exigencias de un medio digital de ahora sino encarar con más agilidad los cambios que vengan en el futuro.

"Somos una plataforma que da cabida a todo el contenido. El contenido es el mismo que ha hecho que EL PAÍS sea relevante durante su existencia: periodismo honesto y de calidad, profundo análisis, firmas de corresponsales internacionales líderes", resumió el periodista. "La diferencia es que ahora debemos adaptarnos a los nuevos canales existentes".

La jornada se centró primero en el entorno en el que se ha producido este cambio. "Recordad: el ritmo al que cambian las tecnologías hoy es el más lento que vamos a ver a partir de ahora", resumió Earl J. Wilkinson, presidente ejecutivo de INMA de al centenar de asistentes en las oficinas de Google en Brasil. La frase no es suya -la oyó en una de las muchas citas internacionales del sector a las que INMA acude con regularidad- pero representa el clima en el que se mueven hoy los medios. La tecnología de la información, que hace 20 años empezó a forzar la reinvención de algunas cabeceras y a asfixiar a las demás, no va a dejar nunca de cambiar.

"En el fondo, EL PAÍS está haciendo lo que siempre ha hecho: adaptarse a los hábitos del lector"

El gran reto al que se enfrenta ahora el periodismo ya no es adaptarse a un cambio, sino  a un estado perpetuo de adaptación, en el cual el susto por lo nuevo debería dejar de ser traumático. "El objetivo ya no debería ser solo mantenerse en el juego", cuenta Wilkinson, parafraseando de nuevo a un colega. "El objetivo debería ser ganarlo".

Entre los invitados a la conferencia están los directores de varios medios brasileños, afectados de pleno por este cúmulo de circunstancias y aquejados, además, por la crisis económica del país. "Ahora tenemos más dudas que certezas", admite João Caminoto, director informativo del Grupo Estado, editor del diario O Estado de S. Paulo. "Sabemos que el buen periodismo seguirá siendo el corazón de nuestro negocio. Que tenemos que acostumbrarnos a experimentar más y a errar. Y a conocer mejor a nuestro público. Todo lo demás son dudas". A su lado, el director de Folha de S. Paulo, Sérgio Dávila, se pregunta cuál sería el tamaño adecuado de una redacción hoy en día. "Me temo que no tan grande como antes", admite tras repasar el declive en ingresos de muchos medios tradicionales

"El contenido es el mismo que ha hecho que EL PAÍS sea relevante: periodismo honesto y de calidad, profundo análisis, firmas de corresponsales internacionales líderes"

Alandete explicó cómo había afrontado EL PAÍS este desafío, desmontando la estructura de un diario de papel y adquiriendo la forma de una plataforma digital de información. Un proceso largo e inédito en muchos países del mundo que requirió cambios organizativos y de producción.

Hubo que replantear la misma redacción de EL PAÍS: se eliminaron despachos para los directivos y se juntó a los jefes de las distintas secciones en la misma mesa. "Eso refuerza la idea de que las divisiones de un diario no son las mismas que en digital", adujo Alandete. En esta nueva redacción se incorporó un grupo de "gente que hace diez años no hubiéramos considerado periodistas, pero que lo son: analistas de datos, expertos en redes sociales...".

También se creó un equipo de producción que elabora el contenido adecuado para cada canal, en lugar de replicar el mismo material en diferentes canales. Se estableció la figura de un planificador que anticipa la carga de trabajo y la reparte. "La planificación lo es todo", sostiene Alandete.

Otro de los cambios más significativos tiene que ver con el cierre, tradicionalmente el momento de la noche en el que se entrega la versión final de las páginas del periódico para ser impresas. Ahora hay tres ocasiones en las que se entrega material nuevo a la web, a las 08.00, 14.00 y 20.00. Estos momentos se adaptan al ritmo habitual de un lector medio: cuando se despierta, come y se acuesta. Estos nuevos cierres aseguran que ese lector tenga información nueva. Como sostiene Alandete, "en el fondo, EL PAÍS está haciendo lo que siempre ha hecho: adaptarse a los hábitos del lector".

Así, la cabecera ha multiplicado su capacidad para informar y llegar a nuevas audiencias. Alandete destacó el caso de EL PAÍS Brasil, la edición del diario en el país que existe desde hace solo tres años y que hoy es el séptimo medio más leído. "Nunca dejan de asombrarme las audiencias brasileñas, ya sea por un tema del impeachment de Dilma Rousseff, los Juegos Olímpicos, una columna de Eliane Brum o una noticia sobre las noches de Ryan Lochte. En todos estos casos los lectores han encabezado las métricas latinoamericanas y españolas".

Así, todo ha cambiado para que todo siga igual que siempre. Ricardo Gandour, periodista brasileño y hoy investigador para la Universidad de Columbia, reflexiona sobre cuánto se ha trnasformado el periodismo en tan poco tiempo. "Ahora se picotea como a pequeños bocados fragmentados. Pero sigue resultando sano y nutritivo".

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Sobre la firma

Tom C. Avendaño
Subdirector de la revista ICON. Publica en EL PAÍS desde 2010, cuando escribió, además de en el diario, en EL PAÍS SEMANAL o El Viajero, antes de formar parte del equipo fundador de ICON. Trabajó tres años en la redacción de EL PAÍS Brasil y, al volver a España, se incorporó a la sección de Cultura como responsable del área de Televisión.

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