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La valla amarilla de la discordia en Perú

Diferentes colectivos ciudadanos se quejan del nuevo malecón en Lima, pintado con el color del partido del alcalde al que acusan de falta de transparencia en la obra

Vista de la playa La Pampilla, en Lima, donde se construye el malecón rodeado por una valla amarilla.
Vista de la playa La Pampilla, en Lima, donde se construye el malecón rodeado por una valla amarilla.Jacqueline Fowks

Leonardo, un surfista de 14 años sale del mar y camina con dificultad entre las piedras y tierra que han dejado las construcciones al borde de la playa La Pampilla, en la vía costera de Miraflores (Lima). Es uno más de los que encuentra inútil la más reciente obra de la Municipalidad de Lima: un malecón elevado con ciclovía de 700 metros de largo, rodeado por una valla amarilla que impide ver el mar. “El tercer carril ya había quitado espacio a la playa, y ahora con esto es peor: no ayuda a los peatones y quita la visibilidad del mar”, comenta Leonardo.

La Municipalidad Metropolitana de Lima anunció en octubre la obra después de las protestas por el exceso de velocidad y la muerte de un ciclista en la Costa Verde, la vía que ya disminuyó el espacio de playa. Tanto el alcalde, Luis Castañeda, como su predecesora, Susana Villarán, dieron prioridad al transporte particular en perjuicio de peatones, surfistas, ciclistas y bañistas.

Esas rejas son una trampa mortal. Si usted está en su bici y se le cruza un niño o un patinador, su escape es hacia la reja, si el timón se le ensarta, se va a sacar la chochoca  Luis Delboy, ciclista

La pasarela que ofreció la Municipalidad a un costo de cuatro millones de soles (poco más de 1,17 millones de dólares) es una rampa enrejada sobre pilotes de concreto incrustados a pocos metros de la orilla y que atraviesa tres de las playas preferidas por los surfistas.

El pasado sábado la obra fue abierta al público, aunque no ha sido aún formalmente inaugurada, y el ciudadano Luciano Canella subió a Facebook un video que criticaba el uso del color amarillo en las vallas. Esa tonalidad es característica de Solidaridad Nacional, la organización política del alcalde Castañeda. En tres días, el video ha sido visto por casi un millón de personas. El video que la Municipalidad elaboró sobre el proyecto incluía unas rejas de madera en color neutro, sin embargo, el deterioro del paisaje no es lo peor: ciclistas y urbanistas precisan que la ciclovía no respeta las especificaciones técnicas de la propia Municipalidad.

Tres miembros del Círculo Ciclista Protector de las Huacas documentaron el pasado miércoles también en video su recorrido hacia el malecón, y verificaron que no está conectado con la única ciclovía de la Costa Verde, en el distrito de Magdalena, y que el ancho (3,2 metros) es insuficiente. “Según la ordenanza 612 una ciclovía es de uso exclusivo para el ciclista. Este uso compartido contribuye al conflicto entre peatón y ciclista”, explica el ciclista Nils Castro. “Esas rejas son una trampa mortal. Si usted está en su bici y se le cruza un niño o un patinador, su escape es hacia la reja, si el timón se le ensarta, se va a sacar la chochoca (golpearse fuerte)”, comentó en Facebook el ciclista Luis Delboy. Pero la obra tiene otro sello distintivo de la gestión de Castañeda: la falta de transparencia en el uso de los recursos públicos.

“La construcción del malecón comenzó en octubre sin que el Concejo de Lima (el órgano deliberativo de la ciudad) lo aprobase. Fue una decisión unilateral del alcalde y sus funcionarios, razón por la que nunca se conoció el detalle del proyecto hasta que este fue construido”, indicó el regidor (miembro del Concejo) Augusto Rey a este diario.

“Tampoco se sabe bajo qué modalidad de contratación se ha ejecutado la obra y, por lo tanto, tampoco se sabe realmente cuánto ha costado”, añadió Rey, uno de los pocos concejales de oposición al alcalde.

Según el regidor, la Marina de Guerra del Perú —que autoriza construcciones en zonas de playa— y el Ministerio de Transportes —que otorga la certificación ambiental— no han emitido los permisos para la obra y, por ello, ya se ha notificado al alcalde una multa que se tendría que pagar con dinero público. “Si bien no se ha hecho pública alguna acción de control, existen todos los indicios para que la Contraloría se pronuncie en los siguientes días”, agregó Rey.

En las redes sociales

En una columna muy compartida en las redes sociales el pasado miércoles, el urbanista Angus Laurie explicó que la decisión de construir la pasarela elevada respondió a que ya no había espacio para hacerlo al nivel de la pista sin evitar la erosión.

“El hecho de que esté ubicado allí es una consecuencia de la ampliación de la vía del circuito de playas a tres carriles. La visión de este corredor urbano de los últimos 20 años ha sido el de una vía así, en vez de un malecón articulador para las personas. La ampliación no era necesaria dado que el problema de capacidad sigue estando en las salidas y no en la vía misma”, anotó Laurie.

La prensa además reveló que el lunes, en respuesta a las críticas, decenas de deportistas sembrados llegaron al malecón para opinar a favor de la obra: unos caminaban sin liberar el freno de la bicicleta, otros trotaban solo cuando las cámaras filmaban y una mujer corría con cartera, hacia delante y en reversa, buscando también los lentes de los reporteros. La Municipalidad ha defendido la obra: argumenta que el proyecto fue realizado en consulta con vecinos y con arquitectos.

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