Enrique Graue: “Muchos fuman marihuana y no son de ningún cártel”
El recién elegido como nuevo rector de la UNAM, el doctor Enrique Graue Wiechers, habla sobre los retos que enfrenta la universidad
Enrique Graue Wiechers, de semblante aparentemente serio, recibe a la prensa contento. Contra todo pronóstico, este oftalmólogo de 64 años ha sido elegido nuevo rector de la casa de estudios más grande de Latinoamérica. Un consejo de 15 sabios decidió que fuera un tercer doctor consecutivo quien gobernara a los más de 300.000 alumnos. El heredero de un poderoso gremio en la universidad destaca la firmeza con la que pretende defender la autonomía de la institución y se muestra decidido a acabar con la actividad criminal dentro de sus territorios.
Estudió medicina porque le venía en los genes. Mientras cuenta cómo los pacientes de su padre le agradecían con cochinos, guajolotes o rompope, recuerda un pasado y unas anécdotas que nada tendrán que ver con el futuro que le espera. Ser rector de la UNAM trasciende lo académico, el doctor Graue se ha convertido en uno de los personajes más relevantes de la vida pública del país.
Pregunta. Como rector y como médico, ¿Qué opina sobre la legalización de la marihuana para fines recreativos?
Respuesta. Creo que es un proceso y estamos viviendo las primeras líneas del primer capítulo. Porque lo que sucedió en México ha sido muy importante. En cuanto al uso con fines recreativos considero que hay que descriminalizarlo, necesitamos cambiar la cantidad de marihuana que se puede llevar encima, es muy poquito lo que se permite ahora --5 gramos--. Tenemos una gran cantidad de fumadores que no pertenecen a ningún cártel en las prisiones. En la facultad se va a abrir un foro sobre este tema.
P. ¿Cuál será la primera medida como rector?
DF es una ciudad insegura y eso se refleja en una casa como la nuestra, donde puede entrar cualquiera
R. Hay que modernizar la forma en la que enseñamos. Apoyarnos más en las tecnologías de la información, hacer estas licenciaturas más ligadas a lo que se debe saber hacer, no solo al saber. Explicarles a los alumnos que lo que uno estudia tiene una aplicación en la vida real.
P. La UNAM tiene un grave problema de seguridad. ¿Qué va a hacer al respecto?
R. La seguridad interna de la universidad no es suficiente —contesta rápido y decidido—. México es una ciudad insegura. Más bien, México es un país inseguro y eso se refleja en una casa como la nuestra, donde no hay rejas, no tenemos murallas, aquí puede entrar cualquiera. De hecho, creo que tenemos poca delincuencia para como está el país. Por eso debemos trabajar con todas las autoridades competentes para que los delincuentes sean identificados. En el caso de que suceda algo violento, la Policía tiene que entrar.
Enrique Graue, al igual que sus antecesores, tiene miedo al nombrar a la Policía. La autonomía de la UNAM es algo sagrado. Romperla significaría una revuelta estudiantil como la última huelga que mantuvo paralizada la institución durante un año, de 1999 al 2000. Y de la que todavía quedan secuelas, como el auditorio Justo Sierra, que se mantiene ocupado desde entonces.
P. En los bachilleratos de humanidades, conocidos como CCH, ha habido enfrentamientos violentos y hay zonas ocupadas. ¿Cómo es posible que una decena de adolescentes pongan en jaque el poder de la universidad más grande de Latinoamérica?
R. Bueno, se mezclan delincuentes con estudiantes. La solución ahí podría ser meter una fuerza represiva. Aunque eso puede generar más violencia.
No tengo por qué ser crítico con el Gobierno. No opinaré sobre medidas gubernamentales
P. A pocos metros de su despacho está el auditorio más importante de la universidad que lleva ocupado más de 15 años. ¿Será usted el primer rector que lo desaloje?
R. Tienen que irse. Me queda muy claro. Hay que procurar todas las vías pacíficas primero. No vamos a mandar a la policía antes de agotar todos los métodos. Lo primero es ver quiénes son, cuántos son, ver a qué fuerzas obedecen, propiciar su salida por la vía normal. Eso sería un éxito.
P. Ciudad Universitaria es uno de los focos rojos del tráfico de drogas de la capital. ¿Cómo lo combatirán?
R. Podemos identificar a los criminales a través de las cámaras de vigilancia y detenerlos afuera. No es tan difícil, pero necesitamos una gran orquestación con las autoridades competentes y unas oficinas jurídicas ágiles, que no tenemos todavía.
P. ¿Cuál será su relación con el Gobierno?
R. Nos mantendremos a un lado. No tengo por qué ser crítico. Eso no quiere decir que en la universidad no se pueda opinar. Yo represento a toda la institución. Seré firme respecto a su total autonomía, al presupuesto. Pero no opinaré sobre medidas gubernamentales.
P. ¿Cómo le gustaría que lo recordaran?
R. Como un rector que ayudó a la universidad. La intención de regobernar es mejorar, no hay otra. No es una cumbre social. Igual no tengo el carisma de otros rectores, pero me gusta hacer cosas. Me encanta hacer entrevistas pero es tiempo que pierdo para trabajar.
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