La venganza de la ‘Mataperros’
La fiscalía encuentra a una mujer de 63 años como principal sospechosa de la muerte masiva de canes en un barrio de la capital mexicana
Los vecinos de uno de los barrios más acomodados del Distrito Federal llevan un mes buscando a un asesino. Las víctimas, perritos de todas las razas bien cuidadas y ataviados con los últimos accesorios caninos. 19 de ellos murieron fatalmente envenenados en apenas cuatro días mientras corrían por el apacible Parque México. Un mes después, la fiscalía ha encontrado a un sospechoso. El cruel individuo que embutió raticida en los restos de comida que ingirieron los canes es, para sorpresa de todos, una mujer de 63 años.
Harta de que los animales usaran sus jardineras para hacer sus necesidades, la presunta asesina no cejó en su empeño por acabar con el animal más sagrado de la Condesa. En los vídeos que han grabado vecinos y cámaras de seguridad se observa a una mujer de la tercera edad lanzando comida hacia el recinto canino, en la calle Ozuluama. "Ya se tienen algunas imágenes de ella tirando algo en la zona donde las mascotas comieron lo que les causó la muerte", cuenta una fuente de la fiscalía capitalina a un diario local. La mujer, según dicen las autoridades, vive en ese barrio y todavía no ha sido detenida.
Las autoridades temen que la sospechosa sea víctima de un ataque generalizado y tratan de que no se conozca su identidad. Después de que una organización ofreciera una recompensa de 5.000 dólares por ella, la mujer podría ser agredida por alguien que busque cobrar el dinero.
El código penal de México DF establece de dos a cuatro años de prisión por maltrato animal, pero se podría incrementar en su caso si se comprueba que hubo sufrimiento de los animales. El fiscal Rodolfo Ríos Garza señaló que se puede acreditar dicha hipótesis y van a solicitar que el juez le aplique ese agravante.
Un grupo de vecinos, organizados a través de la página de Facebook Cuidando Nuestros Perritos, ha establecido un perfil psicológico de alguien capaz de matar masivamente a los canes: "La selección del tipo de tóxicos, dosis, la variedad y cantidad de cebos encontrados, así como la forma reiterativa y desafiante de su colocación sugieren que nos enfrentamos a una personalidad sádica y sociópata". En el mismo sitio web alertan de que el veneno no solo es peligroso para los animales sino también para todos los niños que juegan en el parque, de los pocos sitios en la capital mexicana donde podían hacerlo con la tranquilidad de sus padres.
Primero intentaron expulsar el veneno vomitando y después de varios minutos de convulsiones, todos murieron. En tres cadáveres analizados por los veterinarios de la Universidad Nacional Autónoma de México encontraron fosfuro de zinc —un veneno para ratas que puede ser conseguido en cualquier tienda comercial— y estricnina. Este último compuesto es un tóxico letal de acceso y venta regulados por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).
La Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal intentó tranquilizar a los afectados limpiando la zona y aumentando la vigilancia. El domingo por la tarde decenas de ellos se manifestaron sin sus mascotas al grito de: "Ni un perro más", "El odio hacia los animales es la derrota de la inteligencia". Y cuentan las horas para que pague por lo que hizo la presunta Mataperros.
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