¿Se están cometiendo crímenes contra la humanidad en Gaza?

Nueve juristas de tres continentes analizan los hechos cometidos por Hamás y por el ejército israelí en un conflicto con más de 100 niños palestinos muertos al día

Un hombre palestino lamenta la muerte de su sobrino en el hospital Al-Shifa, tras un ataque aéreo israelí el pasado 9 de octubre.Foto: MOHAMMED SABER (EPA / EFE) | Vídeo: EPV

Liath, 11 años, está tumbado en una cama con la cabeza vendada: “Mi madre, mis hermanos y mis tías murieron”, relata, hablando muy despacio. “También mis primos y mis vecinos. Todos muertos”. “Me llamo Taha”, dice otro niño de unos ocho años. “Mi familia y yo escapamos de un bombardeo. No nos llevamos nada, ni ropa ni comida. Nos refugiamos en la escuela. Ahora dormimos todos juntos en un pequeño colchón. ...

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Liath, 11 años, está tumbado en una cama con la cabeza vendada: “Mi madre, mis hermanos y mis tías murieron”, relata, hablando muy despacio. “También mis primos y mis vecinos. Todos muertos”. “Me llamo Taha”, dice otro niño de unos ocho años. “Mi familia y yo escapamos de un bombardeo. No nos llevamos nada, ni ropa ni comida. Nos refugiamos en la escuela. Ahora dormimos todos juntos en un pequeño colchón. No hay agua, y siempre tengo sed. No hay comida. No hay pan. Me gustaría dormir. Me gustaría jugar. Me gustaría ducharme”.

Son testimonios grabados y facilitados a EL PAÍS por Unicef. Pero hay muchos más. Los de Médicos sin Fronteras son aterradores. Hay niños que nacen de madres heridas. Otros, de madres muertas. Los médicos operan sin anestesia: “Elegimos a quién dar respiración asistida decidiendo quién tiene más opciones de sobrevivir”, explican. Las imágenes son insoportables. Menores ensangrentados, gravemente heridos, asustados, huérfanos. Menores muertos. Muchos. Más de 100 al día, una cifra incomparable con cualquier otra guerra reciente.

Esto es Gaza en diciembre de 2023. Un infierno con apenas luz, agua, gas, comida y medicamentos, a pesar de una semana de tregua, para los 2,3 millones de personas que viven allí, casi la mitad de ellos, menores de edad. No pueden salir. Están encerrados en 365 kilómetros cuadrados en uno de los lugares más densamente poblados del planeta. El ejército israelí causó el mismo número de muertes en un mes en Gaza que los que la ONU confirmó en Ucrania durante 20 meses de guerra: más de 9.000, el 62% de ellos, niños y mujeres, según las autoridades sanitarias de la Franja. El número de desplazados internos se estima en más de 1,7 millones, según la agencia para los refugiados palestinos de Naciones Unidas.

“Gaza se está convirtiendo en un cementerio de niños”, dijo en noviembre el secretario general de la ONU, António Guterres, con una contundencia poco habitual en el mundo diplomático. “Las fuerzas israelíes han seguido bombardeando, alcanzando a civiles, hospitales, campos de refugiados, iglesias, mezquitas e instalaciones de la ONU, incluidos refugios. Nadie está a salvo. Estoy muy preocupado por las claras violaciones del derecho internacional humanitario de las que estamos siendo testigos. La pesadilla en Gaza es más que una crisis humanitaria. Es una crisis de humanidad”. El viernes, Guterres instaba al Consejo de Seguridad de la ONU a impulsar un alto el fuego humanitario inmediato: “Los ojos del mundo —y los ojos de la historia— están mirando. Es hora de actuar”.

El secretario general de la ONU ha sido claro: se está violando el derecho internacional. Pero ¿cómo?, ¿cuánto?, ¿qué crímenes se están cometiendo? La guerra es la respuesta de Israel a un ataque por parte de Hamás y otros grupos armados palestinos en el que fueron asesinados más de 1.200 civiles israelíes. Las atrocidades de los islamistas se sucedieron ese día: asesinatos, violaciones, secuestros. Hubo niños y niñas asesinados, secuestrados, aterrorizados. Desde entonces, el conflicto armado se ha cobrado ya más de 17.000 palestinos muertos.

¿Hamás cometió crímenes de guerra o contra la humanidad? ¿Los está cometiendo Israel en Gaza? ¿Se puede considerar lo que está sucediendo como legítima defensa, según argumenta el Gobierno israelí? ¿La respuesta es proporcionada? ¿Es necesaria? ¿Está cometiendo Israel un genocidio? ¿Lo hizo Hamás? Ninguna de estas preguntas es sencilla. El derecho internacional humanitario tiene muchas aristas y en una guerra no hay respuestas jurídicas simples como: “Si han muerto civiles, esa acción es ilegal”. EL PAÍS ha hablado con una decena de juristas para intentar analizar los hechos y las declaraciones de los principales actores en esta guerra que empezó hace ya dos meses. Pero, para desentrañarlos a la luz del derecho internacional, hay que hacerse algunas preguntas y analizar algunos de los episodios clave de esta guerra.

1 - ¿Qué es Gaza?

“Palestina es considerado por Naciones Unidas un Estado observador no miembro desde 2012, y 139 Estados de la comunidad internacional lo reconocen”, explica Ana Manero, catedrática de Derecho Internacional Público de la Universidad Carlos III de Madrid. Por lo tanto, otros 54 Estados miembros de la ONU, entre ellos Israel, y países como España y Alemania, no lo hacen.

Por otro lado, ¿es un territorio ocupado?, ¿lo era antes del 7 de octubre?, ¿lo es ahora?, ¿y qué significa esto en relación a la guerra? “Hay un amplio consenso internacional sobre que Palestina es un territorio ocupado, y así lo reflejan un sinfín de resoluciones de Naciones Unidas”, afirma Manero. “Israel ejerce el control efectivo sobre las fronteras, el espacio aéreo, los espacios marinos y las infraestructuras. Y el derecho internacional humanitario impone obligaciones a la potencia ocupante. No están permitidos los traslados forzosos de población, debe facilitar el buen funcionamiento de los establecimientos dedicados a la educación y asistencia de los niños, tiene el deber de abastecer a la población civil y de mantener los servicios médicos y hospitalarios. Nada de esto se está cumpliendo”.

Marco Sassoli, profesor de Derecho Internacional de la Universidad de Ginebra con una prestigiosa carrera en el ámbito del derecho internacional humanitario, discrepa, aun reconociendo que su posición es minoritaria: “Desde mi punto de vista, la tesis de que Gaza ha sido siempre un territorio ocupado es algo artificial. Israel desde luego controla muchos aspectos, como quién entra o quién sale. Pero si hablamos de un control efectivo y total del territorio, no creo que se pudiera calificar así toda la Franja. Ahora con la guerra es distinto; en estos momentos creo que sí se puede hablar de ocupación en aquellas partes en las que Israel ha recuperado el control efectivo”.

2 - ¿Qué es Hamás? ¿Cómo se califican los crímenes que cometió el 7 de octubre?

Hamás es considerado un grupo terrorista por la Unión Europea, Estados Unidos, Israel y el Reino Unido, entre otros, pero no por Rusia, China o Brasil, también entre otros, explica Manero. Y tampoco por el Consejo de Seguridad de la ONU. “Pero sin duda es un grupo armado. Y en tanto que tal, en un contexto de ocupación, tiene también obligaciones derivadas del derecho internacional humanitario, que se fundamenta en la distinción radical entre objetivos militares y civiles”.

Hamás y otros grupos armados palestinos llevaron a cabo un ataque sorpresa en Israel en la madrugada del 7 de octubre. Lanzaron miles de cohetes y grupos de milicianos cruzaron la frontera y entraron en Israel, asesinaron a más de 1.200 personas, hirieron a más de 3.500 —según el Ministerio de Salud israelí— y secuestraron a más de 200. Eran, en su mayoría, civiles. Y entre ellos había niños y bebés. Más de 250 jóvenes que participaban en un festival de música fueron asesinados de forma atroz.

Ese día se cometieron múltiples delitos: asesinatos, lesiones y secuestros de civiles. Los expertos consultados coinciden: Hamás violó el derecho internacional humanitario. ¿Fueron crímenes de guerra? ¿Crímenes contra la humanidad?

Simplificando mucho, los crímenes de guerra son violaciones graves del derecho internacional humanitario cometidas en un conflicto armado. Es decir, no cumplir con las reglas que incluso las guerras tienen. Los crímenes contra la humanidad son aquellos en los que las conductas forman parte de un ataque “generalizado o sistemático” contra civiles, o cuando se cometen por ser la víctima de un determinado colectivo. Finalmente, para que se pueda hablar de genocidio tiene que haber una intención: la voluntad de destruir total o parcialmente a un grupo nacional, étnico, racial o religioso.

“Hamás, sin duda, cometió crímenes de guerra el 7 de octubre”, afirma Kenneth Roth, director de Human Rights Watch desde 1993 hasta 2022 y actual profesor visitante en la Universidad de Princeton (EE UU). “Matar y secuestrar civiles es una violación flagrante del derecho internacional humanitario. También lo es lanzar cohetes de forma indiscriminada sobre Israel. El asesinato de civiles podría ser además descrito como un crimen contra la humanidad por la naturaleza sistemática y a gran escala del ataque. Algunos tratan de defender a Hamás diciendo que tiene derecho a responder de alguna forma a la ocupación israelí, pero ninguna causa ni razón justifica la comisión de crímenes de guerra”.

Palestinos heridos en el hospital Al Shifa de Gaza, el 17 de octubre.Ali Jadallah (Anadolu / Getty Images)

Hamás cometió crímenes de guerra y también contra la humanidad”, coinciden Alicia Gil, catedrática de Derecho Penal de la UNED; Javier Chinchón, profesor titular de Derecho Internacional Público de la Universidad Complutense de Madrid; y Manuel Cancio, catedrático de Derecho Penal de la Universidad Autónoma de Madrid. “El ataque indiscriminado a la población civil, la toma de rehenes o el uso de escudos humanos, aparte de dirigirse directamente contra toda la población civil, que estaba indefensa, también persiguen obviamente aterrorizarla, y los asesinatos indiscriminados se producen por razón de la pertenencia de las víctimas israelíes a un determinado grupo humano”, añade Cancio.

“Los asesinatos y otras atrocidades cometidas de forma coordinada ese día contra cientos de personas, a gran escala, son crímenes de lesa humanidad”, sostiene Manuel Ollé, abogado y profesor de Derecho Penal Internacional de la Universidad Complutense. “La posterior toma de rehenes, en el contexto que se produce, sería un crimen de guerra”.

3 - Tras el ataque de Hamás, ¿qué respuesta le permite el derecho internacional a Israel?

Sobre este punto, las respuestas empiezan a diferir.

El uso de la fuerza está prohibido por el derecho internacional con dos excepciones: que lo autorice el Consejo de Seguridad de la ONU o en virtud del derecho a la legítima defensa, derecho en el que se ampara Israel. ¿Lo tiene? Javier Chinchón cree que no: “Para Israel, Palestina no es un Estado, no lo reconoce como tal. En consecuencia, y en mi opinión al menos, no cabe responder mediante la legítima defensa ante ataques que no provienen de un Estado”.

Coincide Ana Manero: “La Corte Internacional de Justicia ya se pronunció en 2004 sobre este punto y señaló que en el contexto de ocupación de los territorios palestinos no era aplicable”. En el mismo sentido se pronuncia Marta Sosa, investigadora de la Universidad de Milán-Bicocca: “La legítima defensa no está justificada como respuesta al ataque de Hamás al ejercer Israel un control efectivo sobre los territorios palestinos ocupados”.

Marco Sassoli matiza: “El Consejo de Seguridad de la ONU, el 13 de septiembre de 2001, tras los ataques de las Torres Gemelas, adoptó una resolución en la que reconocía el derecho a la legítima defensa de Estados Unidos. Y en ese momento no estaba claro si había algún Estado detrás de Al Qaeda. Lo único que se sabía a ciencia cierta era que se trataba de un ataque de un grupo armado”.

“En las guerras civiles, los gobiernos responden a las amenazas de los rebeldes como un asunto de legítima defensa aunque los rebeldes operen en el territorio del Gobierno”, argumenta Kenneth Roth, en el mismo sentido. “No se puede pretender que un Estado no pueda defenderse cuando es atacado desde su propio territorio o desde territorio ocupado. El aspecto importante no es ese, sino que no se deben cometer crímenes de guerra ni crímenes contra la humanidad. Y esto se aplica a todas las partes en conflicto, sean gubernamentales o no gubernamentales”.

“El derecho internacional está evolucionando en el sentido de admitir el uso de la fuerza contra un grupo no estatal. No obstante, el uso de la fuerza debe cumplir con los principios de necesidad y proporcionalidad”, considera Emily Crawford, profesora de la Universidad de Sydney. Coinciden con este punto de vista Sassoli, Alicia Gil, Manuel Cancio y Manuel Ollé.

El uso de la fuerza debe respetar siempre tres principios: el de distinción, que exige que se diferencie entre la población civil y los combatientes y objetivos militares y prohíbe los ataques indiscriminados; el principio de precaución, que exige tomar todas las medidas posibles para reducir al mínimo la pérdida de vidas civiles; y el principio de proporcionalidad, que exige que las partes se aseguren de que la pérdida de vidas civiles no sea excesiva en comparación con la ventaja militar de un ataque.

4 - Bloqueo de suministros impuesto por IsraeI

El 9 de octubre Israel impuso un asedio completo sobre Gaza impidiendo el suministro de agua, electricidad, combustible, medicinas y alimentos, algo que afecta a los combatientes, pero también a todo el resto de la población gazatí. La ayuda humanitaria ha entrado en la Franja con cuentagotas en las últimas semanas.

“Bloquear o restringir severamente el acceso a la ayuda humanitaria es una violación del derecho internacional humanitario, por las consecuencias que tiene sobre los civiles y sus necesidades”, afirma Roth. “Existe un crimen de guerra específico que es privar a la población civil de bienes indispensables para su supervivencia como suministros de primera necesidad o luz para que operen los médicos”, sostiene Ollé. Manero añade que es un crimen de guerra hacer padecer intencionalmente hambre a la población civil privándola de lo necesario para su supervivencia, incluido el hecho de obstaculizar intencionalmente los suministros de socorro de conformidad con los Convenios de Ginebra.

Si se habla del bloqueo hay que volver a la cuestión de si es un territorio ocupado o no”, observa Sassoli. “Si Gaza es un territorio ocupado, Israel tiene la obligación de proveer la ayuda humanitaria. Si no lo es, tiene que dejar entrar esa ayuda desde el exterior: desde Rafah (Egipto), desde el mar, desde donde sea. En todo caso, para distribuir esa ayuda de forma segura y eficaz es necesario que haya una tregua. Israel argumenta que esos suministros son utilizados por miembros de Hamás, pero en este punto hay que volver a la proporcionalidad: privar a la población de Gaza de bienes indispensables para la supervivencia por el riesgo de que beneficien a algunos combatientes es desproporcionado”.

5 - Miles de civiles muertos por los bombardeos

Kenneth Roth sostiene que Israel ha violado el derecho internacional humanitario en varios aspectos. Con el bloqueo de suministros, pero también con los bombardeos: “Cuando diezma barrios enteros del norte de Gaza en vez de atacar de una forma más enfocada a los objetivos militares y miembros de Hamás que puedan estar en esos barrios”, señala. “Está prohibido atacar un área civil entera solo porque puedan estar localizados algunos objetivos militares en esas áreas”.

Roth argumenta que se han producido ataques desproporcionados. Pone ejemplos: “Israel ha atacado grandes edificios de apartamentos, dejando sin casa a 100 familias a la vez, por la presencia de Hamás en algún lugar del edificio; y lanzó dos bombas de gran potencia sobre el densamente poblado campo de refugiados de Jabalia asegurando que había túneles o un centro de Hamás debajo”.

Israel sostiene, para defender sus ataques, que Hamás usa a los civiles como escudos humanos y que pone en peligro a los gazatíes luchando desde áreas pobladas. “Eso serían crímenes de guerra llevados a cabo por Hamás, pero no modifican el deber de Israel de no incurrir en ataques desproporcionados o indiscriminados”, advierte Roth. “Una premisa básica del derecho internacional humanitario es que los crímenes de guerra de una parte no justifican los de la otra”.

“Hay indicios bastante claros de que las Fuerzas Armadas de Israel han llevado a cabo ataques indiscriminados y desproporcionados, al no haber distinguido entre población civil y aquellos directamente involucrados en las hostilidades”, considera Crawford. “Sin embargo, que constituyan crímenes de guerra según el Estatuto de Roma dependería de si hay suficientes pruebas con respecto a la intención (hay estándares diferentes según si se trata de un conflicto internacional o no internacional y hay opiniones divergentes en esta cuestión).

Los cuerpos de palestinos muertos por bombardeos israelíes en el hospital Al-Shifa son enterrados en una fosa, el pasado 22 de noviembre.MOHAMMED SALEM (Reuters / Contac

6 - Desplazamiento forzoso de los gazatíes del norte al sur

Días después del corte de suministros, el 13 de octubre, Israel instó a la población del norte y la ciudad de Gaza a evacuar el territorio y desplazarse hacia el sur en 24 horas: esto suponía el desplazamiento forzoso de 1,1 millones de personas. “Israel tiene la obligación de proveer un aviso efectivo, pero lo hizo de una forma inhumana cuando envió a la población del norte al sur de Gaza a pesar de que estaba bombardeando la ruta hacia el sur, estaba bombardeando el propio sur, y estaba dejando a los gazatíes del sur sin la ayuda humanitaria “, señala Roth.

Ana Manero opina que se trata de un crimen de guerra en forma de traslado ilegal regulado en el artículo 8.2 del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional: el traslado por la potencia ocupante, de forma directa o indirecta, de parte de la población del territorio ocupado dentro o fuera de él.

“El derecho internacional humanitario recomienda avisar de los ataques a la población civil”, explica Sassoli. “Pero esto se refiere a ataques concretos sobre lugares concretos. Decir que todo el norte de Gaza es un objetivo militar no es conforme a la ley. Y, además, si se considera que Gaza es un territorio ocupado, Israel sí podría evacuar población para garantizar su seguridad, pero entonces debería darles un lugar al que ir y asegurarse de que allí tienen alojamiento, comida, asistencia médica…, algo que no ha sucedido y que no es realista”.

7 - ¿Crímenes de guerra o contra la humanidad?

Para castigar un crimen, también de acuerdo al derecho internacional, no basta con analizar los hechos de acuerdo a la ley, sino que hay que identificar también a sus autores. Los expertos consultados coinciden en que para responder a esta pregunta habría que hacer un análisis pormenorizado de cada acción y además estas se tienen que poder atribuir a personas concretas: los que las ordenan y los que las ejecutan. “Israel y Hamás no pueden cometer crímenes de guerra”, explica Sassoli. “Solo pueden hacerlo las personas. Personas que saben lo que hacen y quieren hacerlo. Tiene que haber un individuo que lo lleva a cabo. Y puede ser responsable un comandante o primer ministro que ordena atacar civiles o que sabe que sus subordinados lo están haciendo”.

Para avanzar en la determinación de responsabilidades hace falta información. Y uno de los problemas para analizar lo que está pasando en esta guerra es la falta de ella. Los periodistas ya no pueden entrar en Gaza y el conflicto se cubre solo a través de los reporteros que estaban allí antes de la guerra. O desde Israel. “Esto es discriminatorio, porque hay mucha información sobre los ataques de Hamás y mucha menos sobre lo que acontece en Gaza”, advierte Sassoli. “Otro problema es la falta de transparencia. En el derecho internacional humanitario no hay obligación de enseñar cuál es el objetivo militar. Y para calibrar si un ataque es o no proporcionado o necesario hay que conocer los detalles: ¿quién era exactamente el objetivo cuando se decidió bombardear?”.

Sobre los requisitos de los crímenes contra la humanidad, el Tribunal Penal Internacional para Ruanda afirmó que ataque “generalizado” se refiere a que tenga un alcance a gran escala y al número de víctimas, mientras que “sistemático” se refería a la naturaleza organizada de los actos de violencia y la improbabilidad de que ocurrieran de forma casual, explica Marta Sosa.

Una mujer palestina abraza el cuerpo de su sobrina de cinco años, muerta en un bombardeo israelí en el hospital Nasser, en la franja de Gaza, el 17 de octubre.Mohammed Salem (Reuters / Contac


8 - ¿Se está produciendo un genocidio?

En las últimas semanas algunas voces han acusado a Israel de llevar a cabo un genocidio en Gaza. Sobre este punto, todos los expertos consultados por EL PAÍS coinciden en una apreciación: el genocidio es uno de los delitos más difíciles de probar al exigir que se demuestre una intención determinada.

“La Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, de 1948, determina los dos elementos necesarios para acreditar un genocidio”, explica la catedrática Ana Manero. “Uno subjetivo, la intención de destruir total o parcialmente a un grupo étnico, racial o religioso; y uno objetivo, una serie de conductas de las que voy a destacar “la matanza de miembros del grupo, la lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo, y el sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial”.

“En este caso, ese elemento subjetivo podría derivarse de las declaraciones que deshumanizan a la población palestina y que han pronunciado líderes israelíes”, señala Manero. Y pone los siguientes ejemplos: Yoav Gallant, ministro de Defensa israelí, calificando a los palestinos como “animales humanos” o diciendo: “Gaza nunca volverá a ser lo que era; lo eliminaremos todo”. O la siguiente frase del coordinador de Actividades Gubernamentales en los Territorios, organismo dependiente del Ministerio de Defensa, Ghassan Alian: “Los animales humanos deben ser tratados como tales. No habrá electricidad, ni agua, solo destrucción”. O esta de Isaac Herzog, presidente de Israel: “Es una nación entera la que es responsable. No es verdad esa retórica que dice que los civiles no son conscientes ni están involucrados”.

“Dada la magnitud de la tragedia humanitaria, con más de 17.000 civiles muertos, casi la mitad de ellos niños, más de 33.000 heridos y teniendo en cuenta las declaraciones de los líderes israelíes, es probable que estemos ante un crimen de genocidio”, defiende Manero. De la misma opinión es Marta Sosa, que recuerda la reciente carta de dimisión del director en Nueva York del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas, Craig Mokhiber, afirmando que estamos “ante un genocidio de manual”.

Manuel Cancio señala que con la información disponible no considera que haya indicios de genocidio en la actuación del ejército israelí en el sentido de que persiga “destruir” a los palestinos de Gaza. Javier Chinchón, refiriéndose también a estas declaraciones públicas, sostiene que podría haber “sospechas” de que la intención última sea destruirlos, pero añade que es “muy difícil de probar”.

“Hasta ahora yo no he hablado de genocidio”, explica Kenneth Roth. “Es cierto que hay declaraciones de altos funcionarios del Gobierno israelí que podrían llevar a esa conclusión. Pero también hay otros que insisten en que están tratando de salvar a los civiles. En todo caso, desde mi punto de vista, el debate sobre el genocidio distrae. Los crímenes de guerra son suficientemente horribles por sí mismos, aunque no lleguen a ser considerados genocidio”.

9 - La Corte Penal Internacional: una investigación necesaria

En este punto hay acuerdo: lo ocurrido y lo que está ocurriendo en Israel y en Gaza debería ser investigado de manera pormenorizada por un tribunal.

“La sala de cuestiones preliminares de la Corte Penal Internacional (CPI) ya determinó en 2021 que el tribunal podía ejercer su jurisdicción sobre Gaza, Cisjordania y Jerusalén Oriental”, recuerda Ana Manero. “Creo que ahora debería acelerar la investigación. La lentitud con la que la Corte está actuando contrasta enormemente con la eficacia con la que reaccionó en relación con Ucrania”. La jurista se refiere a que en marzo pasado este tribunal emitió una orden de detención contra el presidente de Rusia, Vladímir Putin, por presuntos crímenes de guerra relativos a la deportación y traslado ilegal de niños de la Ucrania ocupada.

“El caso en torno a Palestina está parado, no sé el motivo”, señala Sassoli. “Y, aunque sea complicado, para que no haya sospechas de doble rasero en comparación con Rusia y la guerra de Ucrania, deberían ser investigadas cuanto antes las acciones de Hamás y de Israel”. Coincide Alicia Gil: “La CPI se está jugando su prestigio y su credibilidad”. “Y también la comunidad internacional”, añade Manero. “Dada la gravedad de la situación, los Estados tienen que cumplir con sus obligaciones y velar por que se respete el derecho internacional humanitario”.

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