10 vinos frescos para este verano que no son el verdejo de siempre

Godello, garnacha, monastrell o mencía; hay vida en el vino veraniego más allá del omnipresente verdejo, y en estas botellas encontrarás el camino

rose wine glasses with antipasti picnic food snacks on sunny garden party tableMelanieMaya (Getty Images)

Una ardilla podría cruzar España saltando de botella en botella de verdejo sin probar una gota de verdejo de verdad. Cuatro de cada diez vinos blancos que se beben en España son de verdejo; y no porque sean los mejores, ni porque sea la uva blanca más extendida.

¿Cómo sobrevivir al verano sin beber verdejo? Porque está hasta en la sopa. Y eso tiene su mérito, pero cuando los lineales del supermercado se llenan de verdejos de menos de cuatro euros, algo no cuadra, no me salen los números. Así que desde hace tiempo, practico el sano deporte de esquivarlos: lo que viene a continuación es una propuesta de otras uvas, y un ejemplo real de vinos perfectos para el verano elaboradas con cada una de ellas.

Godello

Suena a no tengo ni papa de qué pedir pero soy muy guay como para pedir verdejo, así que: “¿Me pone un godello?”. La godello es el nuevo salmón con aguacate, pero me da igual porque está de muerte. La típica es la del Bierzo y Galicia, pero la que traigo es de León (y apenas hay godello allí). Nace de una parcela de menos de una hectárea. Poco más de 4.000 botellas. Se llama Neko, tiene un gato monísimo en la etiqueta. Andrés, el dueño de Bodega Tampesta, tiene dos hijos y dos gatos -con este, tres- y le mola el rollo asiático. Gato + Asia = Neko. Eso se aprende en primero de enología. Precio: 8,90 euros en su tienda online.

Tempranillo

Tempranillo estival hay mucha. Cuando me llegó está botella pensé que algo no cuadraba. Lo hacen en El lagar de Moha y se llama Antígona; nombre de tragedia griega sobre foto moderna. Y tempranillo, de Castilla y de zona de blancos. ¡Un tinto de la zona de Rueda! Es como si pones a Galliano a diseñar un vino. Al ver que era joven –el vino, no Galliano– lo enfrié un poco más de la cuenta (un saludo a la policía del vino). Abrí una cuña de queso y cayó del tirón, entre dos. El vino con lo que mejor marida es con otro ser: no hizo falta más. Precio: 8,70 euros en su tienda online.

Macabeo

En este caso para elaborar un vino naranja. Yo nunca he sido de beber cosas naranjas: no me gustaba el Tang; no me gusta el Aperol, que es Tang con alcohol; el Frenadol sabe a rayos y la última vez que pedí un zumo de naranja me pidieron un aval. Pero he probado un vino naranja que me ha tumbado los prejuicios. Se llama Laderas del Jiloca Naranja, es de Daroca Bodega, sabe a blanco, sabe a tinto, y a blanco otra vez… (raro, pero muy guay). Si te va la marcha y quieres ver de qué va la vaina de los orange, este mola. Precio: sobre nueve euros.

Airén

Es la uva blanca más plantada en España, casi tanto como la tempranillo. Está muy denostada porque su destino siempre ha sido el granel en cantidades pantagruélicas. Pero si uno busca, encuentra joyas como Finca Villalobillos Airén Pie Franco, un blanco con un porrón de sabor, elaborado además a partir de cepas de pie franco. Mi Franco favorito era Battiato hasta que apareció Pie Franco. Son cepas que no tienen injertos, que son todas la misma pieza, porque son de antes del otro Franco. Precio: 9,95 euros.

Garnacha

Ha pasado de llenar contenedores y de ser el aditivo de otras, a ser la protagonista de cientos de tintos: está que lo tira. Pensando en el verano vamos a por Nekeas Cepa por Cepa, un tinto navarro que entra solo. Con tapón de rosca, demostrando que los vinos jóvenes no necesitan corcho (a este, como si lo hubieran cerrado con una chapa). Además, así lo puedes guardar, pero no lo vas a hacer porque esta botella cae de una sentada. Precio: unos seis euros la botella.

Monastrell

Si Serrat hubiera compuesto Mediterráneo hoy, esta uva protagonizaría algún verso. Se ha convertido en sinónimo de vinos potentes y con alta graduación, reflejo del calor mediterráneo tierra de pasión. Su resurrección tiene varios nombres propios, y uno es Juan Gil. Conocido por sus tintos, elaboran un rosado de 12 euros que hace del rosado un mundo mejor. ¡12 pavos por un rosado! Sí, y poco me parece. Precio: como hemos dicho, unos 12 euros.

Pedro Ximénez

Un señor al que siempre reducen y que te lleva a pensar que tienes delante un vino dulce. Existe una versión muy diferente de esta uva. Un ejemplo es Son D Sol, de Marisol Rubio, un proyecto familiar que está retando el suelo manchego con uvas como la Pedro Ximénez. Y con mucho éxito, incluso en lo epidérmico: la botella es una obra de arte. Precio: unos 10 euros.

Xarel·lo

Una de las variedades típicas del cava, y este nace en la cava más pequeña y personal de Sant Sadurní d’Anoia, la cuna del cava. A mi me encantan las cunas, las personas y el cava, porque de personas y burbujas va esta historia. Cada una de las botellas que salen de esta casa las elabora Martín de manera artesanal, de la rima al degüelle: lo único que no hace es beberla para que puedas hacerlo tú. La bodega se llama Conde de Valicourt y su Coupage de Alicia es una fantasía. Precio: unos 10 euros.

Mencía

Sí, los tintos también son para el verano. Es la uva tinta estrella del Bierzo y en su versión más joven te soluciona una barbacoa. Hay muchos, pero no todos valen. Me quedo con Peique Mencía, el tinto de entrada de esta bodega y familia, los Peique, que están dando continuidad a las viñas que plantó su abuelo con mimo y tesón. Precio: 6,90 euros en su tienda online.

Garnacha Blanca

En este caso de la cooperativa de Terra Alta, en cuyas tierras Joan Bada ha esculpido esta maravilla blanca. Se llama Terra Eixuta, y es más fácil que te lo cruces en un restaurante de postín que en una tienda. Solo se elaboran 5.000 botellas al año y es todo lo contrario a lo que esperas de un blanco. “Al elaborarlo no busco la parte floral; busco la parte austera, quiero llevar ese suelo a la copa”, me cuenta Joan. Poesía. Precio: alrededor de nueve euros.

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