Cebollas guisadas en vino tinto

La humilde cebolla adquiere un regusto dulce cuando se guisa. Aquí lo hacemos con mantequilla, hierbas aromáticas y vino, y completamos con un puré sencillo de alubias

Aquí las cebollas son las protagonistasJulia Laich

La cebolla –ese humilde alimento, base de muchas gastronomías del mundo– saca toda su elegancia a relucir cuando es guisada. Su carácter sulfuroso y picante desaparece para dejar paso a un sabor dulce y más delicado y a una textura melosa. Más aún si en el proceso intervienen la mantequilla, hierbas aromáticas y vino tinto, como es el caso de esta receta de cebollas guisadas.

Como bien explicó nuestra editora Mònica Escudero en su artículo sobre para qué sirve cada variedad de cebolla -y un truco para no llorar al picarla- existen distintos tipos, cada una con diferentes cualidades. Para esta receta en particular hemos elegido cebollas amarillas (la de piel marrón dorada de toda la vida, vaya) pero también podrías utilizar cebollas dulces, blancas o chalotas. Más relevante para llevar a buen término este plato, ya que es uno de sus elementos principales, es que utilices un vino tinto decente: es decir, ni uno de tetrabrik, ni uno que lleve tres semanas abierto en la nevera –ni uno picado, por supuesto–, pero tampoco es necesario que inviertas en un Grand Cru de Borgoña.

Para hacer el puré de alubias blancas que acompaña a las cebollas partimos de legumbre cocida de bote y les damos una segunda cocción con el mismo fin que lo hizo Mikel López Iturriaga en este vídeo. ¿El fin en cuestión? Hacer que se ablanden un poco más, que absorban sal y algunos aromáticos y que desprendan sus pieles con más facilidad, o al menos parte de ellas.

Tiempo: 45 minutos

Dificultad: Apta para torpes

Ingredientes

Para 4 personas

  • 8 cebollas pequeñas
  • 2 dientes de ajo
  • 150 ml de vino tinto
  • 100 ml de agua
  • 30 g de mantequilla
  • 400 g de alubias blancas cocidas
  • 2 ramitas de tomillo fresco
  • 1 ramita de romero fresco o seco
  • 6 o 7 hojas de salvia fresca
  • ½ cucharadita de comino en grano
  • 1 hoja de laurel
  • Aceite de oliva
  • Sal
  • Pimienta negra molida y en grano

Instrucciones

1.

Poner las alubias cocidas en un cazo con el comino, el laurel y unos granos de pimienta negra. Salar y cubrir con agua. Cocer durante 15 minutos a fuego medio. Reservar cuatro cucharadas del agua de cocción, colar y retirar todas las pieles que se hayan separado.

2.

Triturar con una batidora de mano o robot de cocina las alubias con la mitad de la mantequilla y el agua de cocción. Probar y corregir el punto de sal y pimienta al gusto. Añadir la salvia picada, mezclar y reservar.

3.

Pelar las cebollas y cortarlas por la mitad longitudinalmente (es decir, desde la raíz hacia el extremo opuesto).

4.

En una olla, preferiblemente de fondo grueso, calentar el resto de la mantequilla con un chorrito de aceite de oliva a fuego bajo. Añadir los ajos aplastados sin pelar, el romero y el tomillo. Colocar las cebollas en una sola capa con la parte interior hacia abajo y dejar que se doren lentamente por completo. 

5.

Dar la vuelta las cebollas con cuidado para que no se desarmen y salpimentar. Añadir el vino tinto y el agua y cocer a fuego suave durante 20 minutos o hasta que estén muy tiernas. 

6.

Servir el puré de alubias caliente con las cebollas guisadas. 

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