Seis grandes y solidarios tintos de Utiel-Requena

Desgraciadamente, Utiel-Requena está de triste actualidad por los terribles estragos causados por la dana. En los viñedos, ha provocado un exceso y acumulación de agua, que no afectará mucho a las vides en parada invernal, pero puede causar serios problemas como enfermedades fúngicas y asfixia radicular, especialmente en suelos arcillosos. Por no hablar de la acumulación de tierra y lodo que dificultará el laboreo o, por el contrario, la erosión del suelo causada por corrientes de agua que exponen las raíces de las cepas y dañan las infraestructuras del viñedo, como espalderas y sistemas de riego. Esta puede ser una buena y solidaria ocasión para conocer sus vinos. Porque en Utiel-Requena, antaño rentable suministradora de graneles al insaciable puerto de Valencia con destino a la Europa de los tintos débiles, descoloridos o simplemente escasos, está evolucionando en todos los ámbitos, tanto en la viticultura, recuperando las viejas cepas de la variedad autóctona bobal, como entre los elaboradores, donde se vuelve a sentir la ilusión por los grandes vinos.

En esta hermosa tierra, vecina y ribereña del río Cabriel y parte de sus impresionantes hoces, la viña emerge orgullosa en las altas colinas, en los altiplanos rojizo-calcáreos, o en plena vega. Sus 32,594 hectáreas de viñedo registrado dibujan un paisaje singular. Según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, esta notable extensión de viñedo la sitúa entre las seis más grandes de España. Está cultivada por unos 4,390 viticultores y cuenta con 115 bodegas que elaboran 386,311 hectólitros de vino calificado, el 59 % vendido en el exterior, la casi totalidad, embotellado. La inmensa mayoría de las viñas están plantadas con cepas de uva tinta, más de un 61 % con la variedad bobal. Esta uva autóctona marca la diferencia e impone su personalidad en los mejores vinos de la zona. Variedad, por cierto, considerada hasta hace no mucho como productiva: mucho mosto y poca nobleza. Felizmente, en los numerosos terruños surgieron sus primeros intrépidos defensores, quienes acabaron demostrando que se pueden lograr magníficos resultados cuando se la trata adecuadamente. Lo evidenció con creces Toni Sarrión, enólogo visionario en su Finca Terrazo, hoy DOP Vino de Pago. Dentro de la DO lo hicieron algunos de los mejores viñadores, como Juan Antonio Ponce o José León Feliu, que cuenta con el fundamental asesoramiento de Pepe Hidalgo, un genio todoterreno. Sin olvidar al curtido enólogo Pablo Osorio, de Hispano-Suizas, bodega estratégica para el futuro de la zona, y al prestigioso sumiller Bruno Murciano y su hermano, el enólogo José Luis.

La enorme potencialidad vitivinícola de Utiel-Requena va más allá de sus rentables exportaciones, porque Utiel-Requena atesora las condiciones para ello: un clima continental con fuertes oscilaciones térmicas entre el día y la noche, aliviado por la influencia moderadora del Mediterráneo; unas tierras pardo-calizas apropiadas para obtener vinos con mucho color, muy expresivos, con un complejo aromático rico en matices de frutos rojos y hierbas silvestres, un gusto sensual, mórbido, que realza la gran calidad de sus taninos maduros y una increíble acidez. Finalmente, la mencionada variedad autóctona, la bobal, sobre todo los clones menos productivos, que permite soñar con grandes tintos si se le trata adecuadamente. Son condiciones que determinan su fuerte personalidad, atributo imprescindible en los tiempos que corren con una dramática lucha por hacerse un hueco en un mercado saturado. Estos seis vinos sobresalientes lo acreditan.

SUPERIUS QUOD 2019

FINCA LA BEATA 2017

CASA DON ÁNGEL BOBAL 2020

LAS MERCEDES BOBAL AL LÍMITE 2021

EL SUEÑO 2022

LE BOBAL 2022