El chef es una de las personas más influyentes del mundo,
según Time
En la ciudad financiera del Banco Santander, tras un almuerzo a puerta cerrada de los recién nombrados Embajadores de la Marca España, aparece el chef José Andrés, un torbellino corpulento con mejillas sonrojadas. Ha de ir de una punta a otra de Madrid. Nos sube al coche con chófer y, más que una entrevista, comienza un monólogo torrencial: "A mí me jode recibir premios que luego no valen para nada. Y esto no es un premio. Esto es más que un premio. Nos están nombrando embajadores honorarios. Y esto me lo tomo muy en serio, que aquí la vida no puede ser hacerse la foto y la medalla y luego te vas a casa y te tomas un gin-tonic –que también lo hago–. Así que propuse hacer un almuerzo. Buscaba dos cosas. Uno, entender qué significa ser embajador de España. Cómo podemos ayudar, con qué sinergias. Y segundo, cuáles son nuestras responsabilidades. Es que hemos creado una sociedad en la que todos esperamos recibir y muy pocas veces nos están enseñando a dar. Tenemos que empezar a preguntarnos: ‘Bien, esto es lo que yo recibo, pero ¿cómo contribuyo?".