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Literatura

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FOTO: Jordi Socías.

El espíritu viajero de los libros

Las exportaciones convierten el sector editorial en la tercera potencia a nivel planetario

Jesús Ruiz Mantilla

De toda la industria cultural española –que no es ninguna broma porque abarca el 3,6% del PIB–, si hay que elegir un sector modélico, es el editorial. Si bien los tiempos de crisis no son ajenos a nadie y en este contexto han experimentado un descenso nacional del 20% en las ventas, el nervio de los libros sigue siendo básico para nuestra imagen exterior. Ahí es donde sobreviven y aguantan el embate gracias a exportaciones por valor de 540,5 millones y un saldo comercial positivo de 168,1 millones el pasado año.

En cuanto a los principales destinos de esta industria cultural española destacan Francia, México y Portugal, aparte de mercados golosos como los de Brasil y Estados Unidos. Es el legado de una gran trayectoria profesional que reúne a nombres independientes como Beatriz de Moura (en la fotografía), Sigrid Kraus o Jorge Herralde, o familias creadoras de grupos internacionales como los Lara o los Polanco, propietarios de Planeta y Santillana, respectivamente. Nombres y marcas que han extendido la cultura y la identidad en español por el mundo y que son la tercera potencia a nivel planetario en el negocio.

La nueva época se escribe con eñe

Carles Geli

No hizo falta traducción de capítulos al inglés; una editora francesa la leyó directamente por correo electrónico desde su móvil y el productor alemán Peter Nadermann (el de la versión en cine de la trilogía Millenium) ya ha adquirido los derechos de los tres volúmenes, aunque solo se ha publicado el primero. El caso es que el debut de Dolores Redondo (abajo), El guardián invisible (Destino), particular cóctel entre mitología vasca, cultura del matriarcado y thriller con asesino en serie, ya está traducido a 15 idiomas poco después de su salida al mercado nacional.

Empieza a ser relativamente normal: la novela española vive quizá su época dorada allende los Pirineos. "Los autores tienen más sentido del ritmo, sus fabulaciones e historias están mejor construidas porque tienen más oficio y eso es fruto directo de su mayor nivel académico", apunta como explicación Anna Soler-Pont, de la agencia Pontas, que representa a Redondo. ¿En qué fecha comenzó este particular despegue? A partir del año 2000, "y con la ayuda del fenómeno de Carlos Ruiz Zafón, que abrió muchas puertas", cree su agente Antonia Kerrigan, con un catálogo de traducidos notable: el propio Ruiz Zafón (40 idiomas), María Dueñas (35) o Javier Sierra (20).