FOTO: Álvaro García.
Chef de vanguardia, padre de la cocina tecnoemocional española
Ferran Adrià, el hombre que le puso rostro a la "nueva nouvelle cuisine", como bautizó The New York Times en 2003 a la cocina molecular española, tiene alguna idea sobre qué se puede hacer. Sienta su cuerpo inquieto y dispara con dicción ametrallada: "Hay una obsesión por crear esta marca España cuando yo no veo una marca Estados Unidos. Son el paradigma de la innovación y no tienen marca país; pero cuidan a los personajes que hacen la marca. O a las empresas. Ahí están Google, Michael Jordan, Walt Disney. Muchas veces pecamos de patriotismo cuando esto hay que verlo como un concepto de marketing. Estamos obsesionados en intentar crear una marca cuando las marcas son las personas. Ahora he estado escuchando a Ruiz Zafón, que no lo conocía, y de pronto me dice los millones de libros que vende. Y, claro, el marketing que hace él con sus libros ambientados en Barcelona… No hace falta poner aquí un sello de marca España, ¡si ya lo está haciendo! La Administración solo tiene que subirse a la ola. Y luego hay foros y foros sobre esto.
¿Qué tendría que haber? Un mapamundi con los 2.000 o 3.000 españoles influyentes en el mundo. Un mapa como estos de las películas en las que salen los barcos y los misiles… Porque resulta que el vicepresidente de Ritz Carlton en Asia es Víctor Clavell, que español. ¿Sabes la cantidad de gente que hay así? Se trata de tenerlos controlados. De tener un archivo, un inventario. Y a partir de aquí, haces una red social de gente importante. Que estén conectados. Es una de las ventajas de Internet. Y, oye, cuando pueda haber algo que podamos hacer o que podamos colaborar, nos lo dices".