El PSOE renuncia a citar a Rajoy en la comisión que investiga las ‘cloacas’ de su Ministerio del Interior
Los socialistas quieren primar comparecencias policiales pero Unidas Podemos pide que vayan Pablo Iglesias y periodistas protagonistas de sus noticias falsas
El PSOE no quiere, al menos por ahora, una comisión de investigación sobre las cloacas políticas y policiales de los gobiernos del PP de Mariano Rajoy centrada en un primer momento en protagonistas políticos. En esa estrategia ante la llamada también como comisión de la Operación Kitchen III no encaja bien citar ya al expresidente Rajoy, en contra del criterio de varios de sus principales socios en el Ejecutivo y parlamentarios. El PSOE ha planteado casi una primera veintena de comparecientes para esas sesiones...
El PSOE no quiere, al menos por ahora, una comisión de investigación sobre las cloacas políticas y policiales de los gobiernos del PP de Mariano Rajoy centrada en un primer momento en protagonistas políticos. En esa estrategia ante la llamada también como comisión de la Operación Kitchen III no encaja bien citar ya al expresidente Rajoy, en contra del criterio de varios de sus principales socios en el Ejecutivo y parlamentarios. El PSOE ha planteado casi una primera veintena de comparecientes para esas sesiones con dos exministros de Rajoy, pero sobre todo con una decena de cargos y mandos policiales. Unidas Podemos y otros partidos, como EH Bildu o ERC, sí querrían que Rajoy compareciese. UP, además, pretende llamar a la comisión a su exlíder, Pablo Iglesias, y a los periodistas protagonistas de algunas noticias falsas sobre esa formación.
El PSOE intentó en la tarde de este miércoles negociar con su socio de coalición, Unidas Podemos, y con algunos de los partidos aliados habituales en el Parlamento un listado conjunto o similar con una veintena de comparecientes para la primera tanda a quienes llamar para la nueva comisión de investigación sobre aquella trama policial y política que operó irregularmente durante varios años en el Ministerio del Interior bajo el mandato del exministro Jorge Fernández, como quedó demostrado en las conclusiones de la anterior comisión Kitchen. PSOE, UP y sus aliados acordaron hace nueve meses que debían ampliar sus investigaciones tras conocerse, a través de EL PAÍS y otros medios, más mensajes y grabaciones que implicaban a aquella cúpula de Interior en el montaje y la difusión de noticias falsas sobre adversarios políticos. La comisión se reunirá este jueves para determinar quiénes tendrán que comparecer y un boceto de calendario de funcionamiento.
En la lista del PSOE para la comisión Kitchen III no se ha incluido ahora al final a Rajoy, aunque sí a Fernández y Dolores de Cospedal, porque ese partido quedó bastante escarmentado de cómo transcurrió precisamente la comparecencia del expresidente en diciembre de 2021 para concluir aquellos trabajos de la anterior comisión Kitchen. Los socialistas constatan que aquella jornada Rajoy se limitó “a generar su espectáculo, no aportó ninguna información precisa ni contestó a la mayoría de las preguntas concretas que se le formularon”. Tampoco sobre la llamada Operación Cataluña, en la que se elaboraron supuestos informes y noticias contra contrincantes políticos, ni sobre la actuación de aquel Gobierno del PP para provocar el cierre de la Banca Privada de Andorra.
El PSOE ha trasladado a sus socios que no tiene ningún interés en permitir otra actuación similar de Rajoy, al menos por ahora, y quiere centrarse en demandar en la primera fase de estos trabajos precisiones más técnicas a responsables policiales de aquellos años sobre de quién recibían órdenes. Los socialistas no descartan más comparecientes políticos, como Rajoy o Pablo Casado, pero para un momento posterior, que podría ser después de las elecciones locales del 28-M.
El 13 de diciembre de 2021, en aquella sesión final de Kitchen, Rajoy eludió conocer nada sobre ninguna operación irregular de Interior, negó haber coincidido jamás o mensajeado con el polémico comisario José Manuel Villarejo, haber dado alguna instrucción sobre la Operación Cataluña o sobre el espionaje y robo de documentos al extesorero nacional de su partido, Luis Bárcenas. Repitió muchas veces que se le interrogaba y acusaba sin pruebas y envió un mensaje final: “De cara al futuro yo les pediría que no obliguen a la gente a demostrar su inocencia y, sobre todo, no lo hagan desde un Parlamento, que es uno de los grandes poderes del Estado y donde son representantes de la soberanía nacional. No hay nadie que pueda demostrar su inocencia cuando se le acusa. Aquí ustedes dicen que preguntan, pero no. Aquí mucha gente ha venido a plasmar sus prejuicios y a acusar, y lo han hecho directamente con medias verdades o medias mentiras, que probablemente es la peor forma de faltar a la verdad. Pero no olviden que la gente tiene derechos, porque hemos visto ya demasiados casos. Ustedes se ríen de que yo escriba un libro. Sí, es que ese libro versa, entre otras cosas, sobre ese asunto que es capital. Creo que un diputado debería hacer un esfuerzo para defender los derechos de los demás, porque, si no, pocos lo van a hacer”. Puso su libro, Una España mejor, sobre la mesa y recibió aplausos del grupo popular.
El PSOE tampoco está muy interesado en focalizar la nueva comisión sobre lo que pudo suceder en 2015 entre el Gobierno de Rajoy y el cierre de un banco andorrano. Un juzgado de Andorra investiga y ha llegado a imputar a Rajoy y su exministro Cristóbal Montoro por el presunto chantaje de la policía patriótica de Villarejo a los responsables de la extinta Banca Privada de Andorra (BPA) para que entregaran datos bancarios sobre líderes independentistas. El PSOE no ha metido en su lista tampoco a Montoro. El diputado de JuntsxCAT, Josep Pagés i Massó, ya interrogó entonces duramente a Rajoy al respecto. “Mi intervención allí es ninguna”, despachó Rajoy, y luego ironizó con que se perdía ante el detalle de muchas preguntas: “No soy consciente”. Junts, ERC y la CUP, sin embargo, sí exigirán ahora más aclaraciones al respecto.
En Unidas Podemos pretendían utilizar esas nuevas sesiones de investigación para aportar algo de luz sobre una serie de oscuros episodios y presuntas noticias que aquella policía política o patriótica fabricó contra su formación y su exlíder, al que consideran una víctima de esa confabulación. Por eso reclamaron citar en la comisión a Pablo Iglesias, pero también a algunos periodistas, directores y editores que fueron involucrados en su difusión. Ni el PSOE ni alguno de sus socios, como EH Bildu o el PDeCAT, refrendan esas posiciones.
Podemos, que está personado como acusación popular en el caso Kitchen, ha solicitado precisamente este miércoles a la Audiencia Nacional que los chats de WhatsApp intervenidos a Francisco Martínez, secretario de Estado de Seguridad con Rajoy y Jorge Fernández, se incorporen al futuro juicio a celebrar sobre la Operación Kitchen y que el expresidente y su vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría declaren como testigos en la vista.
El PP, por su parte, demanda sin ninguna posibilidad de prosperar que acudan a la comisión, además del comisario Villarejo, como casi todos los partidos, ministros y exministros socialistas, como Margarita Robles, Fernando Grande-Marlaska, Juan Alberto Belloch, la exdirectora de la Guardia Civil, María Gámez, que acaba de renunciar a su cargo tras la imputación de su marido, el coronel Diego Pérez de los Cobos, cesado por el ministro Marlaska y que ahora ha ganado su pleito contra esa destitución, el expresidente de la Generalitat, Jordi Pujol, su esposa y uno de sus hijos, al abogado con conexiones con ese entorno Javier Iglesias y otros políticos de Podemos, el PSC y de la órbita de CiU.