La Guardia Civil detiene a 64 miembros de una banda que distribuía marihuana desde Granada por Europa
El líder de la organización fue secuestrado y asesinado a finales de 2020
La Guardia Civil ha detenido a 64 personas pertenecientes a una organización criminal que desde Granada distribuía marihuana en grandes cantidades a toda Europa, especialmente a Italia y Alemania. La organización contaba con un suministro constante de la droga gracias a los cultivos que se producían en numerosas viviendas distribuidas por el área metropolitana de Granada. Ese producto les llegaba, directamente o a través de intermediarios, a la central de la organización en Santa Fe, donde completaban la preparación del material antes de ser exportado. A los 64 detenidos se suma la incautación de 5.500 plantas, casi 100.000 euros, siete vehículos de gama alta y 501 kilos de cogollos de marihuana. Los agentes han decomisado también de 1.342 décimos de lotería, según ha informado el instituto armado en una nota de prensa.
La investigación, y las operaciones de la banda criminal seguían su curso habitual hasta que el 22 de diciembre del año pasado un hecho modificó esa normalidad. El líder de esta red mafiosa había desaparecido. Apareció muerto en la mañana del día siguiente en la cuneta de una carretera de entrada a la Sierra de Huétor Santillán, a 30 kilómetros de su casa. Unos ciclistas encontraron su cuerpo, que presentaba signos de violencia extrema.
Poco después del asesinato, agentes de la Guardia Civil detuvieron a los cuatro miembros del equipo de seguridad de la organización mientras intentaban huir desde el aeropuerto de Granada. La investigación también intenta descubrir ahora qué relación tuvieron estas personas con el asesinato de su jefe. Estos hechos y la posibilidad de que se generara más violencia, ha explicado la Guardia Civil, obligó a los agentes a acelerar la investigación que concluyó hace pocos días.
La organización estaba integrada por españoles, rusos y eslovenos y se encontraba en el punto de mira de la Guardia Civil desde hacía meses, cuando el instituto armado descubrió que la casa de Santa Fe servía de punto de recogida de marihuana llegada desde muchos sitios. En la vivienda contigua, que estaba permanentemente vigilada con personas contratadas por la trama, vivía además uno de los responsables de la organización. De esta vigilancia de 24 horas al día a la semana se encargaban cuatro personas de nacionalidad rumana, según fuentes conocedoras de la investigación, que cobraban 3.000 euros al mes, excepto el jefe, que cobraba 4.000.
En el registro de las numerosas viviendas donde se cultivaba la marihuana, los investigadores han encontrado zulos y sótanos a los que se accedía a través de puertas hidráulicas perfectamente camufladas. Estos sótanos contaban con la necesaria –y sofisticada– infraestructura eléctrica para ofrecer a las plantas la humedad y temperatura necesario. En uno de esos sótanos ha aparecido el arma y el dinero.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.