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Retratos de la magia de Serra Grande, el bastión de la Mata Atlántica brasileña

Ni la amenaza de proyectos industriales ni la pérdida de ciertas tradiciones ancestrales pueden con la magia de esta región de Brasil. La fotógrafa Luisa Dörr, que cambió la gran ciudad por esta tierra única, retrata la naturaleza y a sus pobladores

Serra Grande, en el Estado de Bahía, rodeado por playas tropicales y por un bosque del Atlántico hoy reducido a un 10% de lo que llegó a ser, es el hogar de una excepcional biodiversidad. Dejé São Paulo hace ocho años, buscando un lugar con mejor calidad de vida. Hice una lista de los 20 destinos más agradables para vivir en Brasil. Uno de esos lugares era Itacaré, al lado de Serra Grande. Lo que empezó como unas vacaciones largas se convirtió en un destino definitivo. Poco a poco me he ido involucrando en la región y sus dinámicas, documentando las pequeñas luchas y triunfos de sus comunidade...

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Serra Grande, en el Estado de Bahía, rodeado por playas tropicales y por un bosque del Atlántico hoy reducido a un 10% de lo que llegó a ser, es el hogar de una excepcional biodiversidad. Dejé São Paulo hace ocho años, buscando un lugar con mejor calidad de vida. Hice una lista de los 20 destinos más agradables para vivir en Brasil. Uno de esos lugares era Itacaré, al lado de Serra Grande. Lo que empezó como unas vacaciones largas se convirtió en un destino definitivo. Poco a poco me he ido involucrando en la región y sus dinámicas, documentando las pequeñas luchas y triunfos de sus comunidades: desde las ancianas recolectoras de mariscos hasta los jóvenes surfistas que notan los sutiles e inquietantes cambios en el océano. Las historias que he capturado son parte de una narrativa mucho más grande, a menudo pasada por alto, de supervivencia y resiliencia.

Serra Grande pertenece al área de protección ambiental Itacaré-Serra Grande, que abarca un tramo costero de 28 kilómetros. Es una gran reserva de selva atlántica (selva tropical característica de la costa atlántica). En ella, ambientalistas, agricultores, investigadores y comunidades tradicionales trabajan incansablemente para proteger el bosque y sus diversos habitantes, mantener y recuperar tradiciones nativas ancestrales vivas, como la medicina natural o las parteras, o recuperar especies vegetales o animales al límite de la extinción. Un símbolo del equilibrio entre la naturaleza y la actividad humana en la región es el cacao, que prospera a la sombra de estos árboles centenarios. Si todavía queda en pie la Mata Atlántica, declarada reserva de la biosfera, en esta región es porque se necesita para el cultivo del cacao: una sinergia que ha salvado un pequeño rincón del planeta.

La destrucción de la Mata Atlántica representa una de las crisis de conservación más urgentes de hoy. Desde las comunidades indígenas y quilombolas hasta los agricultores y pescadores que luchan por mantener su estilo de vida, sus voces y perspectivas deben ser escuchadas. Sus historias son clave para comprender el debate global sobre la conservación. Esta historia trata sobre la importancia de preservar uno de los ecosistemas con mayor biodiversidad y más amenazados del mundo.

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