La inteligencia artificial llega a la escuela: luces y sombras
Profesores y alumnos se preparan para lidiar con la tecnología más disruptiva de la historia. Sus virtudes están claras, los eventuales problemas también.
La asociación sin ánimo de lucro Common Sense y OpenAI, pionera entre las compañías dedicadas al desarrollo de la inteligencia artificial, han lanzado un curso de formación gratuito para docentes con el objetivo de desmitificar la IA y convertirla en un instrumento asequible, sencillo y, sobre todo, útil en el universo de la enseñanza.
Muchos en España empiezan a tomar nota de este tipo de propuestas y de su impacto en el profesorado. “El reto está en conseguir que esta preparación sea la adecuada teniendo en cuenta diferentes variables; la rápida evolución de la propia IA, la comprensión de su potencial educativo, pero también de sus riesgos, y no solo eso, sino que estamos ante un escenario disruptivo de verdad. Al profesorado le está costando entender que no se trata de añadir una tecnología más a los procesos de enseñanza y aprendizaje como se ha hecho hasta ahora en las últimas décadas. En estos momentos, el cambio es mucho más profundo, porque las formas de enseñar y de aprender se verán transformadas sustancialmente”, apunta Lourdes Guàrdia, vicedecana de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universidad Oberta de Cataluña (UOC).
“Soy optimista radical porque nos puede ayudar a personalizar aprendizajes, puede ser una buena alternativa para definir los distintos niveles de dificultad que puede tener un contenido. Con las ratios de alumno por docente que tenemos, por ejemplo, en Cataluña, y ahora que se han recortado las horas de los profesionales que se ocupan de las personas con necesidades especiales, imagínate que cada docente pudiera tener una suerte de asistente que le ofreciera un catálogo de alternativas, de distintas actividades, a la hora de abordar cualquier aprendizaje”, cuenta Liliana Arroyo, doctora en Sociología y especialista en innovación social digital de ESADE.
Arroyo y Guàrdia coinciden en que la metodología va a ser un elemento básico a la hora de determinar el éxito o el fracaso de la llegada de la IA al sector. “No debemos considerar que estas herramientas las usas desde que abres la libreta, pero ya hay estudios que nos dicen que estos sistemas pueden ser una buena herramienta para determinadas tareas. La IA puede servir para generar un espacio de discusión, ya que sabemos que la digestión de la información en clave individual requiere más esfuerzo mientras que en el aula aprendes de los demás y cuestionas tus propias creencias”, dice Arroyo. Y Guàrdia apunta: “No bastan cursos cortos, tiene que haber un acompañamiento continuo, investigación basada en la evidencia del impacto de esta formación y que vaya mucho más allá del uso instrumental y puntual de su uso educativo”.
Otro experto, Genís Roca, presidente de la Fundación puntCat y asesor de diversas empresas e instituciones en el ámbito digital, dice: “En lugar de evaluar un texto final, ahora podemos evaluar el tipo de conversación que tienes con artefactos como ChatGPT. Para evaluarte, en lugar de encargar un texto que explique cómo se formaron los continentes, ahora podemos encargar cómo ha sido la conversación que has tenido al respecto con una IA. Eso sí, hay que cambiar los métodos de evaluación”. Y añade: “Siempre ha habido profesores buenos y profesores malos, centros educativos más y menos preocupados por su metodología docente, sistemas de evaluación mejores y peores. Los buenos sabrán aprovechar todo este nuevo escenario para crecer y avanzar. Los malos lo usarán para trabajar menos”