Hallazgos lingüísticos

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso (derecha) y el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, durante la cena navideña del Partido Popular de Madrid.SERGIO PEREZ (EFE)

Cada vez que un miembro de la derecha se fotografía mostrando a la cámara una pieza de fruta, o una cesta, como en el caso que nos ocupa, está llamando hijo de puta a Pedro Sánchez, actual presidente del Gobierno de España. Los directivos del PP han alcanzado este acuerdo lingüístico porque son gente moderada, con estudios, que representan a las buenas familias del país, de modo que no pueden permitirse el lujo de ir soltando palabras malsonantes delant...

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Cada vez que un miembro de la derecha se fotografía mostrando a la cámara una pieza de fruta, o una cesta, como en el caso que nos ocupa, está llamando hijo de puta a Pedro Sánchez, actual presidente del Gobierno de España. Los directivos del PP han alcanzado este acuerdo lingüístico porque son gente moderada, con estudios, que representan a las buenas familias del país, de modo que no pueden permitirse el lujo de ir soltando palabras malsonantes delante de los niños, que luego lo repiten todo. Si esta fotografía llegara por casualidad a la redacción de un medio extranjero, donde carecieran de la información aportada más arriba, podrían pensar que las personas retratadas están de buen rollo, quizá recomendando el consumo de productos saludables para el cuerpo. Nada más lejos de la realidad. Núñez Feijóo e Isabel Díaz Ayuso están llamando hijo de puta a Pedro Sánchez en un acto público, con luces y taquígrafos. Con educación, con una sonrisa, con las maneras de la burguesía de siempre, pero hijo de puta, no hiputa, no joputa, que son apócopes barriobajeras, sino hijo de puta, con todas sus palabras. Un hallazgo lingüístico con el que despedían, satisfechos de sí mismos (y de sí mismas, claro, que el genérico se queda corto), 2023, que en paz descanse.

Las madres, pobres, lo resisten todo. Un compañero de mi colegio hizo correr la voz de que cada vez que le viéramos levantar el brazo en clase, como para hacer una pregunta, se estaba cagando en la madre del profesor. Nos reíamos mucho con él porque era ingenioso el cabrón, ingenioso y malvado. Seguramente hizo carrera política.

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