Separatismo a la suiza: la historia del pueblo de Moutier
En 2026 terminará el largo proceso con el que la localidad de Moutier cambia de cantón, de uno de habla alemana a otro francófono. Casi el 45% de los vecinos está en contra
La cuenta atrás ha comenzado. Moutier (7.400 habitantes) se integrará en enero de 2026 en el cantón del Jura, abandonando el de Berna, si se mantienen los plazos del concordato concluido en marzo. Francis Pellaton no se resigna a ello. Este pensionista, nacido y criado en Moutier, junto al macizo del Jura, es parte de ese casi 45% de vecinos que votaron en contra del traslado en el referéndum de marzo de 2021. Claro que los separatistas, con el 54,9% de los votos, se llevaron el gato al agua. A...
La cuenta atrás ha comenzado. Moutier (7.400 habitantes) se integrará en enero de 2026 en el cantón del Jura, abandonando el de Berna, si se mantienen los plazos del concordato concluido en marzo. Francis Pellaton no se resigna a ello. Este pensionista, nacido y criado en Moutier, junto al macizo del Jura, es parte de ese casi 45% de vecinos que votaron en contra del traslado en el referéndum de marzo de 2021. Claro que los separatistas, con el 54,9% de los votos, se llevaron el gato al agua. Aquel referéndum era una repetición del celebrado en 2017, anulado por irregularidades (y en el que también había ganado la opción separatista por un estrecho margen). ¿Será tan importante el cambio que se avecina? “Fíjese si lo será que ya se han ido de la ciudad 200 o 300 personas para no depender del cantón del Jura. Sospecho que tampoco va a ser fácil para la gente de allí. Si eres un funcionario con casa en el Jura, y te dicen que tienes que hacerte cargo de un puesto administrativo en Moutier, igual no te compensa desplazarte 40 kilómetros todos los días”, cuenta por teléfono Pellaton, máximo exponente del movimiento ciudadano Moutier à Venir (algo así como el futuro Moutier) mayoritario en el consejo ciudadano (órgano legislativo local).
El cambio afecta a casi todo, porque cada uno de los 26 cantones suizos son pequeños Estados-repúblicas con Gobierno, Parlamento e idioma propio y con jurisdicción sobre casi todos los aspectos de la vida cotidiana. En Moutier cambiarán hasta las placas de los coches. Educación, presupuesto, administración, policía, todo pasará a depender del cantón del Jura, francófono y de mayoría católica, mientras el de Berna es mayoritariamente protestante y de habla alemana.
Pellaton está convencido de que el separatismo en Moutier tiene una fuerte raíz religiosa y lingüística. Patrick Cerf, periodista y encargado por el municipio de pilotar el traslado al cantón del Jura, coincide con él en que la religión es un elemento clave, aunque “un tema tabú en la historia de la región”, señala por correo electrónico. “En los años setenta se comparaba a Moutier con Belfast”. En esa época hubo revueltas, algunas violentas, con las que la población francófona y católica del cantón de Berna reclamaba un cantón propio (la denominada cuestión jurasiana). Finalmente lo consiguieron. Se organizaron referendos en los distritos de la zona de Jura y tres de ellos se integraron en el nuevo cantón, el último en formar parte de la Confederación Helvética, en 1979. Moutier quedó fuera.
“Pensamos que la cuestión se había resuelto”, dice Pellaton, pero una nueva oleada de protestas removió de nuevo los cimientos de la convivencia en los años noventa. Y esta vez la cuestión afectó de lleno a Moutier. “Esta ciudad es rica, y la zona del Jura es más agrícola y más débil económicamente”, añade. Mucha gente del cantón francófono se fue instalando en el pueblo, y, poco a poco, cuenta, todas las instituciones quedaron en manos de los separatistas. Así se llegó al referendo de 2021 que dio luz verde al cambio. Para los abanderados del cantón del Jura, conquistar un núcleo histórico e industrial como Moutier era fundamental. Patrick Cerf lo reconoce cuando destaca que en el cantón francófono “será la segunda localidad en importancia, con una población que equivale al 10% de la del cantón del Jura, cuando en el de Berna apenas representaba el 1%”. Eso se traducirá en un mayor peso político y de desarrollo económico.
Cerf se declara feliz, pero admite que el éxito del traslado dependerá de que los vecinos “pro” y “anti” Jura sean capaces de coexistir amigablemente. No hay que olvidar, subraya, “que casi 45% de la población de Moutier no ha querido el cambio”.