Cómo el ‘30′ de Adele colapsó la industria y disparó el precio de los vinilos

En 2021, el último álbum de la londinense acaparó la producción mundial de vinilos y los encareció. Dos años después, todo sigue por las nubes… menos ese disco.

Empleada de una tienda del Soho londinense, con el disco '30', de Adele.Foto: TOLGA AKMEN

Las ventas de vinilos llevan más de una década creciendo. Esta fiebre, que las discográficas no han dudado en aprovechar, tocó techo en 2021 cuando sucedió lo inimaginable en tiempos de Apple Music y Spotify: la producción se saturó. Las consecuencias de esto todavía se sienten en los mercados —incluido el español—, y todo se debe a una de las mayores estrellas del mundo, la cantante británica Adele.

En 2020, Sony Music ordenó la fabricación de 500.000 vinilos ...

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Las ventas de vinilos llevan más de una década creciendo. Esta fiebre, que las discográficas no han dudado en aprovechar, tocó techo en 2021 cuando sucedió lo inimaginable en tiempos de Apple Music y Spotify: la producción se saturó. Las consecuencias de esto todavía se sienten en los mercados —incluido el español—, y todo se debe a una de las mayores estrellas del mundo, la cantante británica Adele.

En 2020, Sony Music ordenó la fabricación de 500.000 vinilos del nuevo trabajo de Adele, titulado 30. Este número desproporcionado de copias colapsó las fábricas. No daban abasto y tuvieron que paralizar la producción de todos los otros álbumes que iban a ser lanzados en ese formato en los meses posteriores. Esto sucedió no solo por la cantidad de discos que pidió Sony, sino porque también el sello presionó para que estos estuvieran listos el mismo día del lanzamiento digital: el 19 de noviembre de 2021. Todos los anteriores álbumes de Adele se pusieron a la venta en vinilo aproximadamente un año después del estreno en digital, de acuerdo con Mark Kitcatt, director de Popstock! España, la distribuidora encargada en este país de los álbumes de Adele.

La saturación supuso que otros artistas tuvieran que esperar hasta nueve meses para producir sus vinilos, según informó Variety. Los afectados no fueron solo debutantes o desconocidos, sino figuras actuales y pasadas de la talla de Elton John, Coldplay o ABBA. Esto provocó quejas por parte de distribuidores y artistas. El cantante Ed Sheeran dijo en una entrevista para una radio australiana que por culpa de la cola provocada por los cientos de miles de copias de 30 tuvo que adelantar dos meses la producción de su álbum Equals y así asegurar que podría sacar las copias a tiempo. Pese a la caótica producción y sus efectos, 30 fue con diferencia el vinilo más exitoso de 2021, con 318.000 copias vendidas, según Forbes. Esto no impidió que cientos de miles de copias quedaran sin vender y se acumularan durante meses en las estanterías de las tiendas hasta que bajaran los precios exorbitantes, que en su momento de lanzamiento rondaban los 40 dólares (unos 37 euros).

Hasta hoy todavía hay retrasos en la producción, escasez de suministros y alza de precios, de acuerdo con Eugenio López, socio y cofundador de la fábrica española de vinilos Mad Vinyl Music. Según López, los proveedores de materiales para la fabricación, como el plástico, son los mismos para todos los mercados en el mundo. Debido a esto, las industrias más grandes —como G2 Media o Record Industry— acapararon casi todos los recursos. “Nosotros compramos plástico con previsión, pero no podíamos comprar las portadas”, explica.

La dificultad para adquirir materiales provocó que el mercado español también pagara la factura. “Tuvimos retrasos de hasta tres o cuatro meses, porque a la saturación y la falta de suministro había que sumarle que estábamos en plena pandemia”, relata López, y detalla que el suministro ya se ha estabilizado, pero los precios no han bajado desde entonces. “El plástico sigue caro, pero esto también es por los precios del petróleo con el que se fabrica. Y el cartón está hasta un 40% más caro”.

Sin ningún indicio de que los precios vayan a bajar pronto, las tiendas de discos han tenido que adaptarse a los nuevos costes. Esa es ahora la realidad para los fabricantes, distribuidores y entusiastas del vinilo en general. Ser un melómano purista se ha vuelto más caro.

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