Concentrado pero esbelto

Javier Suqué, tercera generación de los nuevos señores del Castillo de Perelada, continúa la política expansiva de la bodega con la estratégica adquisición del Grupo Chivite, que se une a la pequeña pero significativa de Oliver Contí. Una aventura empresarial que tiene mucho de feliz salvamento. Pero sin olvidar su apuesta por la calidad vitivinícola de su finca Garbet, al norte de Cap de Creus, donde se da una conjunción de factores únicos: suelos de pizarra, terrazas sobre el Mediterráneo, fuerte insolación y el viento de tramontana. Aquí el...

Javier Suqué, tercera generación de los nuevos señores del Castillo de Perelada, continúa la política expansiva de la bodega con la estratégica adquisición del Grupo Chivite, que se une a la pequeña pero significativa de Oliver Contí. Una aventura empresarial que tiene mucho de feliz salvamento. Pero sin olvidar su apuesta por la calidad vitivinícola de su finca Garbet, al norte de Cap de Creus, donde se da una conjunción de factores únicos: suelos de pizarra, terrazas sobre el Mediterráneo, fuerte insolación y el viento de tramontana. Aquí el vino es una singularidad que no admite medianías. Al contrario, su verdadera riqueza se expresa en la fuerte personalidad de sus pagos. Así lo hace con este Aires de Garbet, elaborado con la acostumbrada pericia del enólogo Delfí Sanahuja. Parte de una soberbia garnacha, criada durante 15 meses en barrica de roble francés Tronçais de segundo vino. Así consigue un tinto poderoso, concentrado pero esbelto, que se beneficia de la brisa marina para estilizar la intensa carga aromática a jugosa fruta especiada, bien amparada por la madera, y recorrida por frescas notas balsámicas. Sensual y jugoso, seduce con su estimulante y luminosa frutosidad.