Nieva sobre el gran cañón

Daniel Slim (afp)

ENCLAVE INDÓMITO, donde amanecer supone un encuentro con la fuerza salvaje de la naturaleza, el Gran Cañón del Colorado sigue atrayendo a las masas de turistas que cada año visitan su parque nacional en el Estado de Arizona. La mayoría llegan buscando el selfi con el que gritar al mundo virtual “yo estuve aquí”. Los más intrépidos se aventuran a descender por su garganta hasta el río Colorado y pernoctar en el pintoresco Phantom Ranch, donde los visitantes son recibidos con una refrescante limonada tras el descenso y por la noche se comparte un guiso local con el resto de peregrinos. ...

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ENCLAVE INDÓMITO, donde amanecer supone un encuentro con la fuerza salvaje de la naturaleza, el Gran Cañón del Colorado sigue atrayendo a las masas de turistas que cada año visitan su parque nacional en el Estado de Arizona. La mayoría llegan buscando el selfi con el que gritar al mundo virtual “yo estuve aquí”. Los más intrépidos se aventuran a descender por su garganta hasta el río Colorado y pernoctar en el pintoresco Phantom Ranch, donde los visitantes son recibidos con una refrescante limonada tras el descenso y por la noche se comparte un guiso local con el resto de peregrinos. Al día siguiente, el ascenso permite regresar a la civilización con unas notables pero satisfactorias agujetas. Con las primeras luces del año, el espectáculo quedó rematado, como aparece en la foto, con una capa de nieve. 

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