Benbere: los blogueros malienses construyen convivencia

Una web anima el conocimiento de las diferentes comunidades de Malí y alienta debates sobre cuestiones cotidianas pero poco discutidas: desde los matrimonios precoces hasta la poligamia

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Benbere es el nombre que recibe el lugar de encuentro para hablar en la cultura peul. Es un espacio ubicado delante de la puerta de un notable en el que la gente se reúne para tratar los problemas que tienen en la ciudad, y es fácil encontrarlos en la zona de Mopti o Djenné, en Malí. Además, ben en bambará quiere decir entenderse, unirse; y beray, en songhai hace referencia a la idea de respeto. Benbere es también la plataforma informativa que ha puesto en marcha un grupo de blogueros y blogueras malienses con un objetivo ambicioso: animar el conocimiento entre las diferentes culturas del país para fomentar la unidad y desterrar los enfrentamientos entre comunidades.

“Ya desde el nombre queríamos mostrar y dar valor a toda esa diversidad de Malí. Además de lo que benbere significa dentro de la cultura peul, en el mismo nombre hay otras palabras que hacen referencia a los puntos clave del proyecto: la cultura de la paz, la cohesión social y la lucha contra los estereotipos”, explica Fatouma Harber, conocida ciberactivista maliense y una de las coordinadoras del proyecto. “Intentamos exponer el país”, continúa Harber, “porque nos hemos dado cuenta de que los malienses no se conocen entre sí y eso es lo que está generando problemas”.

Una treintena de blogueros de todo el país participan en una iniciativa que cuenta con el apoyo de la RNW, la organización de apoyo a la libertad de expresión en el mundo vinculada originalmente a la radio internacional de los Países Bajos. El proyecto se ha apoyado en una organización de blogueros malienses que ya existía, Doniblog, pero les ofrece más estructura, más medios y recursos para conseguir un alcance mayor. La iniciativa es bicéfala y tiene uno de sus núcleos en Bamako, la capital, y otro en Tombuctú, la ciudad icónica del norte. “Tenemos colaboradores en todas las regiones, aunque en Kidal, por ejemplo, solo hay uno. Por el contrario, en Tombuctú somos muchos”, comenta divertida Harber, “y es normal porque desde que empecé a bloguear me propuse no ser la única, teníamos que ser una comunidad, las voces tenían que multiplicarse para hacernos escuchar, así que he formado muchos blogueros. Además, Tombuctú es una ciudad cultivada y a la gente le gusta escribir”.

Imagen de portada de la web de Benbere.

Ahora, esa voluntad de hacer de la bitácora un medio de expresión que no sea subestimado se ha hecho realidad para esta mujer comprometida, acostumbrada a fomentar el mundo digital a contracorriente en un entorno, a menudo, hostil. Para Harber, Benbere solventa algunas de las deficiencias que encuentra en la prensa convencional, por la distribución de sus colaboradores. “Los periodistas malienses están completamente dirigidos”, se lamenta. “Lo que ocurre en el norte no les interesa y los medios no lo publican. Los periodistas malienses no vienen a Tombuctú a escribir sobre la circuncisión entre los songhai o el matrimonio entre los tuareg. Los medios se ocupan de lo que ocurre en Bamako y los actos institucionales de las grandes organizaciones. Después, como mucho, hacen una ronda por nuestras páginas de Facebook”.

Esta plataforma tiene la vocación de ser un altavoz de la vida cotidiana de las diferentes comunidades. Difunden esas historias del día a día en las que se transmiten las particularidades culturales, pero también demuestran a sus protagonistas que son importantes, que merecen la atención de los demás y que vale la pena contar su cotidianidad.

La iniciativa ha sido muy bien recibida desde su lanzamiento a mediados de mayo. En la primera semana, más de 2.000 personas se suscribieron a su página Facebook, y la cifra de seguidores en redes sociales ha llegado a los 25.000 en poco más de tres meses. Todo ello, teniendo en cuenta que, entre tanto, ha habido unas elecciones presidenciales que han monopolizado la atención. El equipo de Benbere también ha hecho su particular seguimiento de este delicado proceso electoral. Manteniendo su espíritu cívico, los blogueros y las blogueras han producido contenidos llamando a la participación. “Hemos intentado hacer una buena cobertura de los comicios. Lanzar mensajes sobre la importancia de ir a votar, transmitir que la paz necesita a la democracia y que la democracia pasa por participar”, comenta Harber.

Aunque hay ciertas reticencias en torno al desarrollo de las elecciones, la plataforma se ha posicionado a favor de un proceso transparente y de la diversidad de opiniones. Por eso, entre artículos como Tres razones para votar el 29 de julio y Por qué yo no iré a votar el 29 de julio, que plantean posiciones opuestas, hay un punto en común: abordar el proceso electoral como un ejercicio de ciudadanía responsable y reflexiva. En esta línea, los blogueros han publicado artículos como Ningún candidato comprará mi voto u otros de información práctica, como Cómo recoger tu carnet de elector. Diversos artículos de opinión completamente opuestos han buscado animar el debate. Por ejemplo, el 2 de julio se publicaba Por qué no votaré a IBK [Ibrahim Boubacar Keïta, el actual presidente] el 29 de julio y al día siguiente aparecía Por qué votaré a IBK el 29 de julio. Durante la campaña han difundido artículos comparando los programas o con visiones críticas de los actos electorales, por ejemplo.

Los artículos transmiten preocupaciones cotidianas que coinciden con las inquietudes de los ciudadanos de a pie

Más allá de las elecciones, que han marcado un paréntesis en la plataforma, los artículos transmiten unas preocupaciones más cotidianas que coinciden con las inquietudes de los ciudadanos de a pie, además de esa diversidad en la que insiste Fatouma Harber. “Tombuctú es una ciudad de tolerancia que ha pasado por momentos muy duros, pero está llena de riqueza. Es una ciudad que el país podría utilizar para atraer el turismo y desarrollarse, igual que Djenné. Pero, en realidad, ni siquiera la gente de Mali conoce Tombuctú. Esta plataforma puede permitirnos difundir la cultura, mostrar la ciudad de verdad. La gente del norte podrá conocer a la del sur y la del sur podrá conocer a la del norte. Va a permitir a los malienses conocerse para entenderse un poco mejor. En el sur, por ejemplo, no conocen la realidad de los nómadas y eso hace que haya comportamientos que la gente no entiende y malinterpreta”, explica la coordinadora de Benbere, que trabaja desde la ciudad del norte, conocida como La ciudad de los 333 santos.

Los derechos de las mujeres, en primera línea

Hasta el momento, Benberé ha abordado cuestiones espinosas, además de esa visión más o menos costumbrista que pueden transmitir una cierta candidez. Más allá de esos enfoques culturales, los blogueros de la red han demostrado valentía denunciando situaciones cotidianas y enfrentándose a temas socialmente conflictivos. Han hablado de las bodas arregladas de chicas menores, enfocándolas de manera descarnada como violaciones aceptadas; han alertado sobre los embarazos precoces entre las adolescentes; sobre la mendicidad o el consumo de cola entre algunos grupos de jóvenes. La violencia sexual, un tema siempre delicado, se ha puesto al descubierto en la plataforma sin ningún tipo de adorno, con la voluntad de sensibilizar a las familias.

En realidad, todas las cuestiones relacionadas con los derechos de las mujeres están muy presentes. “Benbere permite luchar contra los estereotipos, por ejemplo, yo puedo hacer mi feminismo desde la plataforma y recordar que cuando más de la mitad de la población no va a la escuela, todo el país sale perdiendo”, comenta Harber. Su impronta como coordinadora se hace evidente. El debate sobre los obstáculos que tienen las mujeres para sacar adelante sus carreras profesionales, sobre la poligamia o sobre los silbidos en la calle se han ido desplegando desde la perspectiva femenina poco habitual en los medios del país.

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