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Un museo al aire libre

Los coches y la arquitectura funden el presente y el pasado en La Habana. En Cuba se calcula que circulan unos 70.000 vehículos estadounidenses fabricados antes de 1959.

Un mar de columnas en la calle 10 de Octubre, en el barrio de La Víbora, en La Habana.Nigel Young
El Chevrolet Bel Air del artista plástico Marco Castillo, retratado fraente al hotel Riviera de La Habana.Nigel Young
Un Mercury Monterey de 1955 frente al Palacio de los Capitanes, en La Habana Vieja.Nigel Young
Una pareja se retrata el día de su boda en un Ford Thunderbird, también de mediados de los años cincuenta.Nigel Young
Los cubanos suelen llamar “almendrones” a los coches antiguos estadounidenses en referencia a su forma de almendra gigante.Nigel Young
Un Austin Healey de 1958 junto a la casa del arquitecto del famoso cabaret Tropicana.Nigel Young
Un Chevrolet de 1957 pasa por la mítica esquina de las calles L y 23, donde se sitúa el cine Yara, en el barrio del Vedado.Nigel Young
Un taller mecánico en plena calle de La Habana.Nigel Young
Un Mercury de 1954 con el palacio del Centro Gallego al fondo.Nigel Young
Un ‘almendrón’ pasa por delante del estadio del Parque Deportivo José Martí (Octavio Buigas, 1969), inspirado en el Hipódromo de Madrid.Nigel Young
Un coche clásico convertido en taxi en La Habana.Nigel Young
Un Pontiac de 1958 frente a la facultad de Danza Contemporánea, un edificio proyectado por Ricardo Porro a principios de los años sesenta.Nigel Young
El mausoleo de Catalina Lasa, proyectado por el arquitecto René Lalique, en el cementerio de Colón, en La Habana.Nigel Young