Arranca con nervios la selectividad del curso del coronavirus: “Algún tema te puede coger desprevenido o te puedes bloquear”
Un total de 3.815 alumnos inician en Navarra los exámenes de acceso a la Universidad bajo estrictas medidas de seguridad
Los bachilleres navarros han sido este martes los primeros en enfrentarse a las pruebas de selectividad en la convocatoria más atípica de los últimos años. 3.815 estudiantes de esta comunidad autónoma han comenzado a realizar los exámenes que dan el pasaporte universitario. Muchos nervios, tensión, caras de haber dormido poco, repaso a última hora de apuntes subrayados con rotulador fluorescente… Hasta ahí, nada distinto a ediciones anteriores. Lo inédito del d...
Los bachilleres navarros han sido este martes los primeros en enfrentarse a las pruebas de selectividad en la convocatoria más atípica de los últimos años. 3.815 estudiantes de esta comunidad autónoma han comenzado a realizar los exámenes que dan el pasaporte universitario. Muchos nervios, tensión, caras de haber dormido poco, repaso a última hora de apuntes subrayados con rotulador fluorescente… Hasta ahí, nada distinto a ediciones anteriores. Lo inédito del día ha sido el aspecto que presentaba la Universidad Pública de Navarra (UPNA) con cientos de alumnos protegidos con mascarillas y formando corrillos a las puertas de los tribunales examinadores. No se ha cumplido la obligación de mantener dos metros de distancia, como exige el protocolo sanitario. El aislamiento ordenado por la pandemia del coronavirus, con clases telemáticas durante la última parte del curso, ha exigido retrasar esta cita académica en toda España y celebrarla bajo estrictas medidas de prevención.
Henri Planés, francés residente desde hace muchos años en Mutilva (localidad vecina de Pamplona), se aparta de sus compañeros de curso y, con los ojos cerrados y gesticulando con las manos, recita en voz alta parte del temario de Literatura.”Estoy muy tranquilo, porque llevo la materia muy bien aprendida. Estoy repasando con los ojos cerrados para mantener la concentración”, dice en medio de un barullo sordo a las puertas del aulario de la UPNA. Quiere estudiar Medicina tras obtener una nota media de 9,5 durante el bachillerato: “Creo que podré conseguir la nota que me piden, la asignatura que más miedo me da es Lengua porque algún tema te puede coger desprevenido o te puedes bloquear”.
Los matriculados para la EBAU (Evaluación de Bachillerato para el Acceso a la Universidad) en Navarra suponen este año un 16% más que el anterior. La cifra ha subido pese a que el número de estudiantes de segundo de bachillerato apenas ha variado este curso. Son más candidatos para aspirar a las carreras universitarias más codiciadas. En España se calcula que serán 217.000 los alumnos que pasarán este mes por este trance. En Pamplona, para acoger a todos los candidatos a acceder a la Universidad y reducir en lo posible la masificación, además del aulario del campus de Arrosadia, la universidad pública ha tenido que echar mano de otras facultades y edificios del campus, además de cuatro institutos de la capital navarra y de Tudela.
El examen de Lengua Castellana y Literatura II abría por la mañana la serie. Por la tarde toca Historia de España, primero, y de Francés y Alemán, después. Las pruebas en Navarra se prolongarán durante cuatro días, hasta este próximo viernes. El 74% de los candidatos en esta comunidad han realizado las pruebas en castellano y el 26% restante, en euskera. Como en el resto de regiones, los aspirantes se enfrentarán a unos exámenes más flexibles y sencillos, con más opciones para elegir. El Ministerio de Educación ha entendido que debía suavizar las condiciones de la EBAU porque los estudiantes han tenido que finalizar este curso manteniéndose confinados en sus casas y, en muchos casos, con dificultades para seguir las clases por vía telemática.
Navarra no se siente un “conejillo de indias” por ser la primera comunidad en organizar la selectividad en estas condiciones tan especiales: “Somos los primeros y somos conscientes de que todos nos estarán mirando, pero es algo normal”, ha asegurado esta mañana la coordinadora de la EBAU en Navarra, la profesora Ana Zabalza Aznárez, en una conferencia de prensa telemática.
Una estampita de la virgen como amuleto
Los alumnos han ido accediendo a las aulas esta mañana de forma escalonada, por turnos y franjas horarias en virtud de sus apellidos, “para evitar las aglomeraciones” dentro de los recintos educativos, aunque en el exterior los bachilleres no han respetado la obligación de estar separados entre sí. Estaban advertidos de que tenían que acudir a la prueba tras tomarse la temperatura en casa. Las normas impedían a estos introducir en el aula ningún tipo de dispositivo electrónico (teléfonos móviles, ordenadores portátiles o relojes inteligentes). Sus enseres personales debían colocarse bajo la silla, y la mascarilla, nunca encima de la mesa.
Para supervisar la marcha de las pruebas, este año la UPNA ha contado con la ayuda de un centenar de personas de la comunidad universitaria que se han prestado voluntarias para participar en tareas de vigilancia. El acceso a las aulas de examen estaba hoy prohibido salvo para los aspirantes, vigilantes y miembros de los tribunales examinadores. “Los alumnos han entrado bastante ordenados. Creo que el acceso ha ido bastante bien. Han venido con mucho tiempo y que se junten entre ellos es inevitable, aunque ya les habíamos advertido de que respetaran los horarios de entrada”, ha afirmado Aznárez.
Elisabet Val y Sergio Torres, apuntes en mano y nervios “a flor de piel”, sobre todo ella, intercambian consejos y “trucos” para afrontar el comentario lingüístico de Lengua. “Calma, calma y calma”, le dice él, que se conforma con lograr un 4 porque así ya podría matricularse en la privada para cursar el grado de Educación Primaria. “Yo quiero hacer Psicología en la pública y tengo que sacar mejor nota”, comenta ella.
Clara Domínguez no se separa de su estampita con la virgen del Villar, patrona de la localidad navarra de Corella: “Hay nervios, sí, pero cada vez menos. La virgen del Villar no me va a fallar, tengo mucha fe en ella”, explica mientras lee y relee el tema de Literatura dedicado a Federico García Lorca.
Entre Sampedro y Jabois
Precisamente, el poeta granadino ha protagonizado una de las tres opciones a elegir en el examen de Literatura, consistente en explicar “los ejes temáticos en La casa de Bernarda Alba”. Las otras dos posibilidades eran hablar sobre crónica literaria y perspectivismo en Crónica de una muerte anunciada, de García Márquez, o de la poesía de Antonio Machado. Además, los alumnos han tenido que desarrollar una opinión crítica sobre una de estas dos preguntas: ¿considera que las personas mayores están suficientemente valoradas en nuestra sociedad? o ¿cree que la situación creada por la pandemia pone a prueba la solidaridad intergeneracional? Por último, para hacer un comentario lingüístico, tenían para elegir entre dos artículos del diario EL PAÍS: Las malas buenas noticias, de Manuel Jaobois, o El dilema del diablo, de Javier Sampedro.
A la salida del examen, han vuelto a formarse grupos de varias personas, esta vez con las caras más relajadas. Había que intercambiar impresiones sobre esta y aquella preguntas. La mayoría ha elegido realizar el comentario lingüístico sobre el artículo de Sampedro, frente al escrito por Jabois. “El de Sampedro daba más margen a la interpretación y por eso lo he elegido”, comentaba Henri Planés mientras conversaba con su amigo Iñigo Pennequin. Diego Aldaz y Sergio Valencia también se han inclinado por el artículo científico por ser “más sencillo y comprensible”.
¿Y las preguntas de Literatura? En este apartado había más debate; unos han optado por desarrollar la poesía de Machado, como Victoria Maiza (“Machado nunca decepciona”, decía), mientras que su amiga Helena Urzay ha preferido los ejes temáticos en La casa de Bernarda Alba, porque “Lorca es muy grande”. Sofía estaba exultante tras terminar la primera “batalla” de la selectividad: “He escrito a toda velocidad, dos hojas enteras. Creo que me ha salido bastante redondo”, reconocía con la felicidad dibujada en su cara.
Las notas de esta convocatoria ordinaria se podrán conocer antes del mediodía del 3 de julio. Cuatro tribunales con un total de 149 correctores se encargarán de poner calificación a todos los exámenes. “Este año esperamos llegar al 97% de aprobados y que las notas sean buenas”, ha confiado la profesora Aznárez, quien ha eludido comentar si los correctores van a tener manga ancha al poner sus calificaciones.
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