Agricultura negociará un plan para apoyar el cultivo de cítricos
La producción de naranja y mandarina sufrió en 2018 un grave hundimiento de precios con abandonos de fruta en los árboles
El Ministerio de Agricultura negociará con los productores de cítricos un plan integral para abordar los problemas y asegurar la viabilidad futura de un sector clave por su peso en la producción agraria en España. El plan, que contempla ayudas financieras y potenciar las organizaciones de productores, es la respuesta global a la grave crisis sufrida esta campaña sobre todo por los cultivadores de naranjas y mandarinas.
En 2018, los precios en origen cayeron a una franja entre 5 y 10 céntimos, frente a unos costes de producción de 15, lo que ha dado lugar a que mucha fruta se haya quedad...
El Ministerio de Agricultura negociará con los productores de cítricos un plan integral para abordar los problemas y asegurar la viabilidad futura de un sector clave por su peso en la producción agraria en España. El plan, que contempla ayudas financieras y potenciar las organizaciones de productores, es la respuesta global a la grave crisis sufrida esta campaña sobre todo por los cultivadores de naranjas y mandarinas.
En 2018, los precios en origen cayeron a una franja entre 5 y 10 céntimos, frente a unos costes de producción de 15, lo que ha dado lugar a que mucha fruta se haya quedado en los árboles. Los agricultores achacan este descenso al aumento de las importaciones de Sudáfrica (593.464 toneladas, 27.000 más que el año anterior). Sin embargo, también se apunta a una gran cosecha interior (7,4 millones de toneladas frente a una media de 6,7 millones), así como al retraso en la maduración de algunas variedades y su solapamiento con otras en los mercados.
Además, se alude a la falta de mecanismos del propio sector, como asociaciones de productores para actuar sobre la oferta.
Esta es la razón por la que desde Agricultura se plantea la necesidad de una estrategia con un plan integral. Además de ayudas financieras, el plan tiene el objetivo de desarrollar políticas de reestructuración de la producción para adecuar la oferta a las variedades más demandadas y con mayores posibilidades de competir.
Un segundo objetivo se centra en la necesidad de potenciar las organizaciones de productores para que tengan mayor protagonismo en la ordenación de la oferta. También contempla campañas de promoción, la elaboración de contratos homologados, mejorar los controles en la cadena alimentaria o acciones para la apertura de nuevos mercados.