Análisis:EL ACENTO

Una 'mozzarella pericolosa'

Si desapareciera la pasta, el italiano se moriría del susto. Si le prohibieran el consumo de mozzarella se levantaría en armas. O pediría que se reinventara el queso de búfala. "¡No nos obliguen a imaginar un mundo sin mozzarella!", ha declarado el ministro italiano de Desarrollo Económico, Pierluigi Bersani, después de descubrirse rastros de dioxina, una sustancia potencialmente cancerígena, en una parte de la leche y la mozzarella de búfala que se produce en la región meridional de Campania. Su colega de Agricultura, Paolo de Castro, ha decidido deleitarse del suculento ...

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Si desapareciera la pasta, el italiano se moriría del susto. Si le prohibieran el consumo de mozzarella se levantaría en armas. O pediría que se reinventara el queso de búfala. "¡No nos obliguen a imaginar un mundo sin mozzarella!", ha declarado el ministro italiano de Desarrollo Económico, Pierluigi Bersani, después de descubrirse rastros de dioxina, una sustancia potencialmente cancerígena, en una parte de la leche y la mozzarella de búfala que se produce en la región meridional de Campania. Su colega de Agricultura, Paolo de Castro, ha decidido deleitarse del suculento manjar rodeado de cámaras de televisión y fotógrafos. "No hay peligro. Hagan como yo", les ha dicho el ministro a los ciudadanos, muy preocupados tras conocerse el caso, que ha provocado ya el descenso del consumo del queso principalmente en Campania.

Bruselas ha puesto firmes a las autoridades italianas. Amenazó con un embargo comercial si no tomaban inmediatas medidas. El Gobierno en funciones de Prodi vio las orejas al lobo y anunció el viernes que ordenaba la retirada del mercado de las partidas de queso contaminadas y evitar así su entrada en el mercado europeo. La Comisión Europea se dio por satisfecha, por ahora, pero algunos de los países de la UE, como Francia, han decidido retirar de la circulación el queso italiano. Corea del Sur, Japón, Rusia y EE UU, también lo han hecho.

En Roma se habla de la existencia de una psicosis internacional exagerada. Pero lo cierto es que el caso detectado en las provincias de Caserta, Nápoles y Avelino deja en precario la seguridad alimentaria del país alpino, y especialmente en la zona meridional. Más allá de hacer un ejercicio de patriotismo retórico, el Gobierno de Romano Prodi debe reconocer que en Campania se han enterrado e incinerado ilegal y descontroladamente miles de toneladas de desperdicios tóxicos en los últimos años, y las dioxinas que producen esos incendios -y que a través de la contaminación de los pastos se han detectado en la mozzarella- no son un asunto nuevo. La Camorra, la Mafia napolitana, está implicada en el negocio de la recogida de basura y en la fabricación del sabroso queso de búfala. Ésa sí que es una realidad incontestable que habría que cambiar.

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