El número de explotaciones ganaderas de leche cae en picado en cinco años

Las cuotas impuestas por la UE son las causantes del retroceso de granjas

El número de explotaciones de leche ha caído en picado en Cataluña en los últimos cinco años. De los 1.460 centros distribuidos por el territorio en el año 2000, hoy no quedan más que 982, según las cifras que maneja la Federación de Cooperativas Agrarias de Cataluña (FCAC). Este repliegue se debe al plan de abandono puesto en marcha como consecuencia de la aplicación la cuota láctea, una medida de la Unión Europea que fija la cantidad máxima teórica reconocida por el Ministerio de Agricultura que cada explotación puede vender sin incurrir en sanción.

Sin embargo, de estas casi 500 expl...

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El número de explotaciones de leche ha caído en picado en Cataluña en los últimos cinco años. De los 1.460 centros distribuidos por el territorio en el año 2000, hoy no quedan más que 982, según las cifras que maneja la Federación de Cooperativas Agrarias de Cataluña (FCAC). Este repliegue se debe al plan de abandono puesto en marcha como consecuencia de la aplicación la cuota láctea, una medida de la Unión Europea que fija la cantidad máxima teórica reconocida por el Ministerio de Agricultura que cada explotación puede vender sin incurrir en sanción.

Sin embargo, de estas casi 500 explotaciones que han desaparecido en Cataluña en los últimos años, el 40% no representa un retroceso equivalente en producción, ya que de las 600.000 toneladas de leche que se alcanzaron en 2000, sólo se ha bajado a 585.000 este año. "El motivo es que, además de la campaña de abandono, se ha dado un proceso de concentración en el sector", explica el presidente de la FCAC, Xavier Tubert.

Cataluña, en su opinión, ha salido mal parada en el reparto de cuotas lecheras respecto a otras comunidades autonómicas españolas, que han aumentado de forma notable su producción, como por ejemplo Galicia. El motivo es que en los últimos años se ha primado la actividad en las explotaciones de menor tamaño -las de menos de 75.000 litros-, que han podido incrementar su producción, y ello ha perjudicado al resto.

Tubert explica que las casi 600.000 toneladas de leche que se generan cada año en las explotaciones del territorio representan el 10% del conjunto de España, mientras que el consumo de Cataluña alcanza el 15% del total. "Es absurdo tener que importar leche de fuera porque no se permite producir más aquí", se queja Tubert.

Frenar el descenso

La directora general de Producción e Innovación de la Industria Agroalimentaria del Departamento de Agricultura y Ganadería, Montserrat Gil de Bernabé, cree que la orden ministerial de abandonos de explotaciones de este año podría recortar la producción lechera catalana en el 5% o el 10%, pero la Generalitat "ha reclamado revisar la orden y se podrá contener este descenso".

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Gil de Bernabé afirma que Agricultura prevé que este año accedan a la cuota -es decir, que puedan producir más leche- las explotaciones de hasta 220.000 kilogramos y el Gobierno catalán reclama que se fije el límite en explotaciones de menos de 550.000 kilogramos anuales. La imposibilidad de crecer "desmoraliza a los productores y fomenta los abandonos de las explotaciones", lamenta el presidente de la FCAC.

El proceso de concentración del subsector de la producción láctea, no obstante, se ha dado en el conjunto del sector agrario, que cada vez necesita una mayor economía de escala para acceder a las ayudas europeas y poder hacer un frente común para la comercialización, muchas veces a través del cooperativismo.

Las cooperativas concentran la mayor parte de la producción agraria catalana: el 80% en el caso del aceite de oliva, el 60% en frutos secos y el 46% en leche y derivados, entre otros. Las alianzas entre productores facilitan el acceso de nuevos mercados. "Cataluña es uno de los lugares de Europa con más controles de calidad y seguridad alimentaria, y ello debe ponerse en valor", explica Tubert. El presidente de la federación de cooperativas catalanas reclama un plan estratégico para el conjunto del sector agrario catalán, que "es el principal motor de la economía catalana de largo".

"No pedimos sólo subvenciones, sino un retrato de las necesidades del sector y fomentar las explotaciones colectivas y programas específicos para la incorporación de jóvenes al sector", apunta Tubert. En otras palabras, frenar el progresivo abandono del sector agrícola, que sufre un grave problema de envejecimiento a causa del escaso relevo generacional.

El plan que reclama la FCAC al futuro Gobierno de Cataluña no dependería sólo del Departamento de Agricultura, ya que "la Administración debe entender que la industria agroalimentaria también es competencia de los departamentos de Industria y de Comercio".

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