Reportaje:

No te pegues por mí, Argentina

Oposición y prensa critican los enfrentamientos a tiros entre peronistas mientras Kirchner guarda silencio

El presidente argentino, Néstor Kirchner, apenas hizo ayer una referencia tangencial a los violentos enfrentamientos generados el martes entre diversas facciones peronistas, durante el traslado del cadáver del ex presidente Juan Domingo Perón a su nuevo mausoleo, y que se saldaron con más de cincuenta heridos, cuatro de ellos de bala, según fuentes hospitalarias. "Lo que ocurre no es casualidad. Hay que frenar a Kirchner para acabar con Argentina", subrayó en un multitudinario acto. La prudencia presidencial contrastó con las fuertes denuncias de la oposición y la opinión de diversos medios ar...

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El presidente argentino, Néstor Kirchner, apenas hizo ayer una referencia tangencial a los violentos enfrentamientos generados el martes entre diversas facciones peronistas, durante el traslado del cadáver del ex presidente Juan Domingo Perón a su nuevo mausoleo, y que se saldaron con más de cincuenta heridos, cuatro de ellos de bala, según fuentes hospitalarias. "Lo que ocurre no es casualidad. Hay que frenar a Kirchner para acabar con Argentina", subrayó en un multitudinario acto. La prudencia presidencial contrastó con las fuertes denuncias de la oposición y la opinión de diversos medios argentinos, que ayer destacaban la lamentable imagen que ha dado Argentina en el exterior.

Kirchner es un mandatario que, normalmente, aprovecha sus intervenciones en actos oficiales para referirse a fondo a los temas de actualidad. Pero ayer, en la Casa Rosada, se abstuvo de hacer mención a los incidentes protagonizados por los sindicalistas peronistas, y optó por reseñar los logros económicos de su mandato. Y por la tarde, en la localidad de José C. Paz, se refirió "a lo que sucedió" o "lo que está pasando". Más directo fue uno de sus hombres de confianza, el gobernador de Buenos Aires, Felipe Solá, quien advirtió que "todo tiene un límite".

Y es que lo que estaba previsto que fuera la exaltación del peronismo se transformó en otra cuenta del rosario de hechos violentos que históricamente caracterizan a este movimiento, fundado por el hombre cuyo cadáver tuvo que esperar para ser depositado en un mausoleo a 50 kilómetros al sur de Buenos Aires a que finalizaran los enfrentamientos entre los que se proclaman sus seguidores. Kirchner, que tenía prevista su asistencia al acto, la canceló a última hora ante el cariz que tomaba la pelea.

Denuncias de la oposición

La oposición ha señalado a Kirchner como responsable de lo sucedido. El dirigente del centro-derecha Mauricio Macri exigió al presidente que pida perdón "por el espectáculo que hemos presenciado", y la populista Elisa Carrió señaló directamente al mandatario al subrayar que "hay violencia de la cual el poder es responsable". Desde la Unión Cívica Radical (UCR), se exigió al presidente argentino "que destierre la intolerancia setentista con la que viene actuando".

Mientras, la fiscalía emitió ayer una orden de busca y captura contra Emilio Quirós, alias Madonna, cuya imagen empuñando una pistola y disparando contra sus rivales ocupaba ayer todas las portadas. Quirós es el chófer de Pablo Moyano, tesorero del sindicato de camioneros. Su padre es Hugo Moyano, líder de la Confederación General del Trabajo (CGT), el poderoso sindicato peronista. Madonna se entregó por la tarde.

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No obstante, la policía advirtió que en el lugar se encontraron casquillos de dos calibres diferentes. El zafarrancho dejó graves daños en finca-museo donde ya reposan los restos del ex presidente. Dos estatuas fueron hechas pedazos y el mismo coche del difunto -un Fiat 130, pieza única que llegó desde España- fue destruido.

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