Reportaje:

El motor del vino de Rioja

Una tesis doctoral muestra cómo las bodegas Marqués de Riscal impulsaron la renovación económica de la comarca

Las bodegas Marqués de Riscal se pueden considerar como el motor económico de la Rioja y, siglo y medio después de su fundación, todavía mantienen ese espíritu de vanguardia, de impulso de la actividad industrial y agraria de la zona. El entonces marqués de Riscal, Guillermo Hurtado de Amézaga, emprendió a partir de 1858 una renovación en las técnicas agrícolas y vinícolas como la plantación de la vid en espaldera o la técnica bordelesa de crianza. Así lo demuestra un libro escrito por Íñigo González Inchaurraga que se editará en octubre, al hilo de la inauguración del edificio que ha diseñado...

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Las bodegas Marqués de Riscal se pueden considerar como el motor económico de la Rioja y, siglo y medio después de su fundación, todavía mantienen ese espíritu de vanguardia, de impulso de la actividad industrial y agraria de la zona. El entonces marqués de Riscal, Guillermo Hurtado de Amézaga, emprendió a partir de 1858 una renovación en las técnicas agrícolas y vinícolas como la plantación de la vid en espaldera o la técnica bordelesa de crianza. Así lo demuestra un libro escrito por Íñigo González Inchaurraga que se editará en octubre, al hilo de la inauguración del edificio que ha diseñado Frank Gehry para la bodega de Elciego.

Hace cinco años, Íñigo González Inchaurraga no tenía la menor conexión con el mundo del vino. Este licenciado en Ciencias Económicas en una universidad de Los Ángeles (California), residente en Vitoria, y responsable de empresas relacionadas con la herramienta diamantada, emprendió entonces la redacción de una tesis doctoral sobre Historia Económica. "Primero lo intenté con Kas, la fábrica de refrescos, hoy propiedad de Pepsico, pero no encontré fuentes suficientes", recuerda.

Pero en Marqués de Riscal halló lo que buscaba: más de 150 cajas de documentación histórica, "perfectamente inventariadas por la Diputación de Álava con el permiso de los propietarios de la bodega", precisa Íñigo González.

La investigación (que se publicará con el título de Vinos de los herederos del marqués de Riscal. La revolución económica del vino de Rioja) ha sido apasionante, según el recién doctorado por la Universidad del País Vasco. El marqués de Riscal emprendió en 1858 un proyecto a largo plazo: 15 años estuvo trabajando hasta que vio los primeros resultados. No extraña que se quedara sólo en una aventura a la que se habían apuntado otros bodegueros de la zona.

Revolución económica

"La revolución económica no tiene nada que ver con la política: los plazos son mucho mayores; por eso se puede decir que Riscal puede ser calificada como la empresa más influyente y una de las más activas en la que fue la revolución económica y enológica de la Rioja Alavesa en el siglo XIX", explica el autor del estudio.

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Efectivamente, Guillermo Hurtado de Amézaga, y más tarde su hijo Camilo, hasta ofrecieron sesiones sobre estas nuevas técnicas de la vitivinicultura a sus vecinos y de manera desinteresada. Con su impulso, generaron en paralelo industria tonelera, del corcho, imprentas, fábricas de mallas metálicas para recubrir las botellas... "Se puede decir que buena parte del distrito industrial de Haro se desarrolló por impulso de la bodega de Elciego y no sólo gracias a la epidemia de filoxera que atrajo a los bodegueros bordeleses a La Rioja, como se ha sostenido".

González Inchaurraga también apunta el impulso de la bodega de Elciego en la promoción de los cultivos de la vid en los pueblos circundantes. "Marqués de Riscal nunca ha tenido mucho terreno; Guillermo Hurtado de Amézaga comenzó con 59 hectáreas heredadas; ahora tienen 200 y el vino que produce procede de la uva de 4.000 hectáreas cuyos propietarios reciben los consejos de la propia bodega para que produzcan la uva que requieren los vinos de la casa".

A la vanguardia

Esta voluntad innovadora que ha caracterizado a Marqués de Riscal durante este siglo y medio tendrá su último capítulo a principios de octubre, cuando se inaugure el edificio diseñado por Frank Gehry. En opinión de Íñigo González, el proyecto del actual consejo de administración, presidido por Alejandro Aznar, para dotar a sus bodegas de Elciego con el château más vanguardista de la comarca, dista mucho de querer ser sólo un monumento arquitectónico.

El edificio se enmarca dentro de una estrategia comercial original, por sus formas, pero que, al igual que Guillermo Hurtado de Amézaga en el año 1858, con su estrategia innovadora en los procesos de vitivinicultura, persigue "el lógico objetivo de cualquier estrategia de marketing, que es vender lo máximo posible, más a menudo y con los mayores precios".

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