Las nuevas tecnologías modifican el mercado

Hollywood busca más ingresos mediante nuevas vías de distribución

El 83% de los estadounidenses prefiere ver películas en casa a ir al cine

Los bolsillos de Hollywood son los que más motivos tienen para llorar por la piratería. Pero ése no es su único problema. Las grandes producciones cada vez son más caras y, sin embargo, cada vez menos espectadores acuden a los cines. Según una encuesta publicada el pasado año, el 83% de los estadounidenses prefiere ver una película de vídeo frente al 17% que prefiere ir al cine. Distribuir las películas por Internet y ofrecerlas para reproductores de música (iPod) y teléfonos móviles es el siguiente paso obligado que tendrá que dar Hollywood para arañar nuevos ingresos que le compensen por la ...

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Los bolsillos de Hollywood son los que más motivos tienen para llorar por la piratería. Pero ése no es su único problema. Las grandes producciones cada vez son más caras y, sin embargo, cada vez menos espectadores acuden a los cines. Según una encuesta publicada el pasado año, el 83% de los estadounidenses prefiere ver una película de vídeo frente al 17% que prefiere ir al cine. Distribuir las películas por Internet y ofrecerlas para reproductores de música (iPod) y teléfonos móviles es el siguiente paso obligado que tendrá que dar Hollywood para arañar nuevos ingresos que le compensen por la piratería y los fracasos en taquilla.

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Según la Motion Picture Association of America (MPAA), que representa los intereses de la industria del cine, el vídeo y la televisión estadounidenses, sus pérdidas por piratería en 2005 ascendieron a 6.100 millones de dólares (más de 4.800 millones de euros). Hollywood monopoliza cerca del 70% de lo que se proyecta en los cines y televisiones de todo el mundo por lo que la distribución y venta ilegal de películas es lo que más daño puede hacerle. Además, el sillón de casa es la nueva sala de proyecciones y con la tecnología empujando para que las películas puedan verse incluso en los iPod, la industria necesita con urgencia adaptarse a los nuevos tiempos.

En contraste con los 4.700 millones de entradas de cine vendidas en 1947, cuando la población estadounidense era de 151 millones de personas y casi 90 millones acudían a las salas al menos una vez por semana, en 2005, con el doble de población, sólo se vendieron 1.400 millones de entradas. Pero quizá lo más sorprendente sea cómo se han disparado los precios de producción. En 1947, hacer una película costaba una media de 730.000 dólares. Según datos de la MPAA, en 1995, el precio medio de un filme producido por alguno de los seis grandes estudios de Hollywood (Sony, Warner Brothers, Universal, Disney, 20th Century Fox y Paramount Pictures) fue de 54,1 millones de dólares. Y pese a ya estar alertados sobre la tendencia de las audiencias a quedarse en casa, en sólo 10 años el coste de producción y distribución ha llegado hasta los 96,2 millones de dólares de media, de los cuales 36,2 millones se destinaron sólo a gastos de publicidad. "Todas las grandes producciones pierden dinero en taquilla", asegura Frank Biondi, un ex directivo de Paramount y Universal citado por Edward Jay Epstein en el libro The big picture: the new logic of money and power in Hollywood.

La película Misión imposible III, que aspiraba a ocupar un lugar de honor en las recaudaciones de este año, es el último ejemplo de superproducción que se estrella en las salas. Con un presupuesto de 150 millones de dólares, el fin de semana de su estreno en EE UU sólo recaudó 47 millones de dólares, frente a los 57 millones conseguidos durante sus primeros días en pantalla por la segunda entrega de la saga hace seis años.

En 2003, según datos del libro de Epstein, Hollywood se gastó 18.000 millones de dólares en producir y distribuir 185 películas en todo el mundo. Sólo recuperó en taquilla 6.400 millones, algo impensable hace sólo 25 años, cuando la mayoría de los beneficios de las películas aún procedían de las entradas de cine. Ahora son las ventas de DVD, que en 2003 generaron 33.000 millones de dólares para Hollywood por ventas globales, las que compensan por esas pérdidas multimillonarias mientras que los estrenos en cines se están transformando en plataformas de lanzamiento para promocionar las películas con vistas a su larga vida como objeto de consumo.

La MPAA ha tomado nota y aunque le esté costando adaptarse al reto que ofrecen las nuevas tecnologías, desde 2002 observa en sus estadísticas el crecimiento del consumo medio de entertainment procedente de móviles y diversas tecnologías, que ha pasado de las cuatro horas de aquel año a las 15 de 2005.

Tom Cruise y Michelle Monaghan, en una imagen de Misión imposible III.REUTERS

Ladrones de películas

Cuando todo el planeta vive pendiente del Mundial de fútbol de Alemania, la Motion Picture Association of America ha aprovechado uno de los eventos deportivos con mayor audiencia del año para "meterle un gol a la piratería". Ésa es la frase con la que se cierra un anuncio protagonizado por el gran Pelé, el legendario jugador brasileño que metió más de mil goles y ganó tres copas del mundo. "Hay mucha gente decente trabajando en la industria del cine. Por eso tenemos que combatir la piratería", clama el brasileño en un anuncio que se está emitiendo tanto en inglés como en español en todas las cadenas que emiten los partidos del Mundial.

Pero la obsesión de la MPAA por luchar contra la distribución y venta ilegal de películas salta a la vista en cuanto se abre su ciberpágina, donde casi la totalidad de la pantalla la ocupan varios enlaces dedicados a hablar de "ladrones de películas", cómo cazarlos y detalles sobre derechos de autor.

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