Talento y profesionalidad
La Feria del Libro Infantil y Juvenil que se va a abrir en la ciudad de León es una iniciativa feliz que debemos consolidar con el esfuerzo e ilusión de los diversos actores comprometidos con la edición, la educación y la lectura. En efecto, no habrá crecimiento de ese índice cultural básico que es la lectura sin una acción sistemática desde el semillero que son los niños y jóvenes. Por otra parte, para la mejora de nuestra industria editorial, pocas vías habrá más eficaces que el crecimiento de su segmento de libros infantiles, tan maduro como lleno de talento y profesionalidad. La oferta es ...
La Feria del Libro Infantil y Juvenil que se va a abrir en la ciudad de León es una iniciativa feliz que debemos consolidar con el esfuerzo e ilusión de los diversos actores comprometidos con la edición, la educación y la lectura. En efecto, no habrá crecimiento de ese índice cultural básico que es la lectura sin una acción sistemática desde el semillero que son los niños y jóvenes. Por otra parte, para la mejora de nuestra industria editorial, pocas vías habrá más eficaces que el crecimiento de su segmento de libros infantiles, tan maduro como lleno de talento y profesionalidad. La oferta es rica en especialidades -literatura, libros ilustrados, humor, información y conocimientos-, no se vaya a pensar que sólo existe Harry Potter. Lo es igualmente en variedad de temáticas y estéticas, fruto de la creatividad de autores, ilustradores y editores que, por gusto y tradición, son gentes de mente abierta y sensibilidades enriquecidas por el conocimiento y contraste de lo que se hace en Europa y Estados Unidos.
Ojalá que en unos pocos años León sea una cita obligada en la agenda internacional de la edición. Sin embargo, y desde ya, puede ser algo más importante, un buen escenario que recuerde a entidades públicas y privadas, a bibliotecarios y educadores, que nada mejor que esta rica oferta cultural para cultivar la imaginación, alimentar la inteligencia y suministrar información de interés a niños y jóvenes.
Ojalá que esta rica oferta, que se ha ido abriendo paso entre minorías de profesores y padres con sensibilidad, llegue a toda la población escolarizada, como reclama cualquier principio de responsabilidad y cualquier criterio de hacer una educación de más calidad. La inclusión en la nueva Ley de Educación de la obligatoriedad de las bibliotecas escolares es un buen anuncio, junto a la Feria de León, de esta primavera. No todo iban a ser malas noticias.
Emiliano Martínez es presidente de la Federación de Gremios de Editores de España.