Solbes reparte los frutos del crecimiento

Los Presupuestos de 2006 entraron ayer en el Congreso. Su objetivo es el superávit, ingresar más de lo que se gasta, y reducir la deuda pública, sin por ello sacrificar el crecimiento económico y el empleo. La mejora de la productividad y un reparto equitativo de la riqueza marcan las políticas de gasto, mientras que en los ingresos, los impuestos se mantienen como están. Son también los primeros Presupuestos que se entregan en formato CD, sin la voluminosa documentación que otros años necesitaba de una camioneta para su traslado al Congreso. Y, sobre todo, son los Presupuestos que el equipo d...

Los Presupuestos de 2006 entraron ayer en el Congreso. Su objetivo es el superávit, ingresar más de lo que se gasta, y reducir la deuda pública, sin por ello sacrificar el crecimiento económico y el empleo. La mejora de la productividad y un reparto equitativo de la riqueza marcan las políticas de gasto, mientras que en los ingresos, los impuestos se mantienen como están. Son también los primeros Presupuestos que se entregan en formato CD, sin la voluminosa documentación que otros años necesitaba de una camioneta para su traslado al Congreso. Y, sobre todo, son los Presupuestos que el equipo del vicepresidente segundo y ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, elabora sin las deudas del Gobierno del PP.

La subida de los tipos de interés, el precio del crudo, la inflación y las ayudas de la UE, principales riesgos

El Presupuesto prevé un crecimiento ecónomico del 3,3%, crear 470.000 empleos y obtener superávit del 0,2%

Las pensiones mínimas y el sueldo de los funcionarios se incrementan por encima del IPC

Investigación y desarrollo, educación e infraestructuras son las partidas que más crecen

Se actualiza la tarifa del IRPF con el objetivo de inflación del 2% y se congelan los impuestos especiales

RTVE recibirá una subvención extraordinaria de 570 millones condicionada a su saneamiento

En sus grandes cifras, los Presupuestos de 2006 cuentan con un volumen de gasto de 252.068 millones de euros para la Administración central (Estado, Seguridad Social y organismos autónomos) y unos ingresos de 253.109 millones. El saldo es positivo en una cifra que representa el 0,3% del PIB y el 0,2% si se tiene en cuenta a comunidades y ayuntamientos.

Se enmarcan en una previsión de crecimiento de la economía del 3,3% en términos reales (descontada la inflación) y una creación de empleo de 460.000 nuevos puestos de trabajo. El modelo de crecimiento gira un poco más a favor del sector exterior, con una contribución algo menos negativa (1,1 puntos), en detrimento del consumo y de la inversión por el menor empuje a la construcción.

Solbes calificó estos Presupuestos de "neutrales" desde el punto de vista de la inflación. Los gastos consolidados aumentan un 7,3%, por encima del crecimiento nominal de la economía (6,6%), pero los ingresos consolidados se sitúan por encima (8,4%), en ambos casos respecto del Presupuesto inicial de 2005. Ésta es, según Solbes, la garantía de la reducción de la deuda, hasta el 43% del PIB para el conjunto de las administraciones públicas, casi un punto menos.

Principales riesgos

Se trata de que los Presupuestos no echen más leña al fuego de la inflación, cuyo objetivo se mantiene en el 2%. Éste es el principal riesgo, junto a un descenso progresivo de los fondos de la UE, la posible subida de tipos de interés y la evolución del precio del petróleo. Los Presupuestos están elaborados con una previsión para el crudo de 55 dólares el barril, frente a una media de 38,2 dólares en 2004 y 52,5 en lo que va de 2005, año en que se preveía un precio medio de 33 dólares.

Otro riesgo es que las economías de la zona euro no acaben de despegar (el FMI acaba de revisar sus previsiones a la baja) y el sector exterior reste todavía más puntos al crecimiento español. La estimación es que España mantenga un holgado diferencial de crecimiento con la zona euro, cercano a dos puntos, aunque el "coste" es un modelo más desequilibrado, como admitió el ministro. El diferencial de inflación supera ahora un punto y lesiona la competitividad.

Con estos condicionantes, Solbes ha diseñado el Presupuesto de 2006 con cierto margen para uno de sus grandes objetivos: la mejora de la productividad. El gasto en partidas como I+D+i crece un 30%, a educación se destina un 16,6% más y para infraestructuras del Estado está previsto un aumento del 12,4%.

Más gasto social

El gasto social, que absorbe la mitad del Presupuesto total, es la otra gran prioridad. Crece un 8,1% y contempla subidas del 6,5% en las pensiones mínimas (el 5%, sin cónyuge a cargo). Para los funcionarios, la subida es del 3,1%, superior en el caso del personal de las fuerzas armadas, seguridad del Estado y del personal de Justicia. No hay fondos adicionales para incentivar la jubilación anticipada, porque para Solbes ése no es el aspecto esencial de la modernización de la Administración.

En los ingresos, la "mejor noticia", según el vicepresidente, es que no hay cambios. Únicamente se deflacta un 2% la tarifa del IRPF para que los aumentos de rentas sin mejora de poder adquisitivo no impliquen un aumento del impuesto. El ahorro para los contribuyentes se estima en 227 millones de euros. Los impuestos especiales se congelan tras la subida este mes de los que gravan el consumo de alcohol y tabaco. Se renuncia a aumentar el de los carburantes y suben las tasas de cuantía fija en un importe total de 59 millones.

Los Presupuestos inician ahora y hasta final de año su tramitación parlamentaria, para la que Solbes reconoció ayer que aún no tiene cerrados los apoyos suficientes. El ministro admitió que hasta ahora lo único que hay son "filosofías y teorías generales". No hay compromisos de más inversiones, e incluso Solbes no pareció ayer dispuesto a primar territorios como Cataluña, pese a que quiere contar con el respaldo de ERC. Tampoco se ha cedido, de momento, a incrementar las pensiones no contributivas, como demanda Izquierda Verde. La subida será del 2%, igual que para el resto de pensiones.

A este frente todavía abierto se añade el de Radiotelevisión Española. Al ente se le subvenciona con 570 millones de euros, una cantidad que Solbes calificó de "excepcional para poner fin a un modelo de financiación insostenible". A cambio, RTVE tendrá que tener una respuesta "responsable" con un plan de saneamiento que incluye ahorro de gastos y, por tanto, reducción de plantilla.