España se opone a la declaración de la ONU sobre la clonación

La Asamblea General de Naciones Unidas aprobó ayer, por 84 votos a favor, 34 en contra y 37 abstenciones, la declaración de la comisión jurídica sobre la clonación, que debe servir ahora como referencia a los distintos países. España se opuso al texto de compromiso al considerar que es confuso "en el juego de términos" y carente de una base sólida.

La declaración pide a los Estados miembros que prohíban cualquier forma de clonación "en la medida que sean incompatibles con la dignidad humana y la protección de la vida humana". Se hace referencia también a la prohibición "de la aplicación...

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La Asamblea General de Naciones Unidas aprobó ayer, por 84 votos a favor, 34 en contra y 37 abstenciones, la declaración de la comisión jurídica sobre la clonación, que debe servir ahora como referencia a los distintos países. España se opuso al texto de compromiso al considerar que es confuso "en el juego de términos" y carente de una base sólida.

La declaración pide a los Estados miembros que prohíban cualquier forma de clonación "en la medida que sean incompatibles con la dignidad humana y la protección de la vida humana". Se hace referencia también a la prohibición "de la aplicación de técnicas de ingeniería genética contrarias" a estos principios. Pero España considera que el término vida humana es confuso y puede ser objeto de interpretaciones diversas.

"España tiene una clara preferencia por la expresión ser humano, que es la empleada en los debates científicos y políticos". Además, no recoge las diferencias fundamentales que existen en el debate sobre la clonación reproductiva y la clonación con fines terapéuticos", añade. Para el Gobierno español, el hecho de que no se haya alcanzado un acuerdo pone de relieve la "precariedad" sobre la que se asienta el texto adoptado ayer.

El documento, que no es vinculante, es el mismo que el adoptado el 18 de febrero. Entonces contó con el voto favorable de escasamente 71 países sobre un total de 191. La posición de España ha variado. Con el Ejecutivo del PP se alineó a favor de la posición de Costa Rica, que, como parapeto de EE UU, buscaba que se prohibiera la clonación terapéutica. Con el cambio de Gobierno pasó a la abstención y ayer optó por rechazar la declaración definitiva.

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