Un jurado dividido concede el Nacional de Narrativa a De Prada

'La vida invisible', mejor novela de 2003 por 6 votos frente a 4

Con La vida invisible, Juan Manuel de Prada (Barakaldo, Vizcaya, 1970) ganó en 2003 el Premio Primavera, que convoca Espasa y Ámbito Cultural de El Corte Inglés. Ayer, un jurado presidido por Rogelio Blanco, director general de Libro, Archivos y Bibliotecas, la distinguió con el Nacional de Narrativa, que premia una obra escrita en cualquiera de las lenguas del Estado y publicada en 2003. Hubo una notable división de opiniones entre los miembros del jurado. Seis votaron por la obra de De Prada, mientras cuatro se decantaban por El hijo del acordeonista, de Bernardo Atxaga.
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Con La vida invisible, Juan Manuel de Prada (Barakaldo, Vizcaya, 1970) ganó en 2003 el Premio Primavera, que convoca Espasa y Ámbito Cultural de El Corte Inglés. Ayer, un jurado presidido por Rogelio Blanco, director general de Libro, Archivos y Bibliotecas, la distinguió con el Nacional de Narrativa, que premia una obra escrita en cualquiera de las lenguas del Estado y publicada en 2003. Hubo una notable división de opiniones entre los miembros del jurado. Seis votaron por la obra de De Prada, mientras cuatro se decantaban por El hijo del acordeonista, de Bernardo Atxaga.

Ya fue difícil llegar a la terna final, en la que, además de las novelas de Atxaga y De Prada, estuvo El purgatori, de F. Mira. En el camino quedaron eliminados títulos de autores como Enrique Vila-Matas, José María Merino, Juan Eduardo Zúñiga, Ignacio Martínez de Pisón o Luis Mateo Díez, entre otros.

"Este premio es una vergüenza literaria", comentó Suso de Toro, que participó como miembro del jurado como ganador del año pasado. "Se ha premiado una obra kitsch, como si eso fuera la excelencia, y un premio nacional debe ser otra cosa".

Gonzalo Santonja, de la Asociación Colegial de Escritores, destacó de esta obra la capacidad de De Prada para "dar un giro en su obra y apostar por la barroquización del lenguaje para retratar la sociedad norteamericana de nuestros días".

También Nicasio Salvador destacó de la novela premiada su apuesta "por la resurrección de un lenguaje barroco", y lamentó no leer en euskera ("hemos leído el libro de Atxaga traducido"), ya que considera esencial la lengua original de cada texto literario. Víctor Freixanes, de la Real Academia Gallega, definió La vida invisible como "retórica y estéticamente pretenciosa".

El Premio Nacional de Narrativa está dotado con 15.025,30 euros y ha distinguido una novela que Juan Manuel de Prada, que ganó el Planeta de 1997 con La tempestad, definió en su día como "una obra sobre los infiernos de la culpa".

La vida invisible cuenta la historia de un escritor (Ángel Losada) que, a punto de casarse, viaja a Chicago para dar una conferencia sobre literatura española. En el avión conoce a Laura, y el descenso a "los infiernos de la culpa" que el libro cuenta está servido. Surge entre los dos una historia, a Losada se le cruzan los cables. Y es que al tiempo descubre las extrañas peripecias de Fanny Riffel, un mito erótico de la posguerra norteamericana.

Además de los citados, en el jurado han estado Gregorio Salvador, de la Real Academia Española; María José Olaziregi, de la Real Academia de la Lengua Vasca; Israel Prados, de la Asociación Española de Críticos Literarios; Jaime Siles, Jorge Urrutia y José María Balcells. Presidió el jurado Rogelio Blanco, y como vicepresidenta estuvo Mónica Fernández, subdirectora general de Promoción del Libro, la Lectura y las Letras Españolas.

Juan Manuel de Prada en su casa de Madrid.EFE
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