Los traductores discuten en Toledo sobre las aportaciones de su oficio al español

El II Congreso Internacional centrado en esta disciplina reúne a más de 200 profesionales

Más de 200 traductores del español, lingüistas, lexicógrafos y autores de diccionarios técnicos han participado en el II Congreso Internacional de El español, lengua de traducción, que ayer se clausuró en Toledo, en la iglesia del antiguo convento de San Pedro Mártir, sede de la Universidad de Castilla-La Mancha. Las aportaciones de la traducción al léxico, la reivindicación del español como una lengua vigente en la creación, la tecnología y la política, y la relación entre traductores y periodistas como creadores de lenguaje centraron los debates y las ponencias.

Sobre el congre...

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Más de 200 traductores del español, lingüistas, lexicógrafos y autores de diccionarios técnicos han participado en el II Congreso Internacional de El español, lengua de traducción, que ayer se clausuró en Toledo, en la iglesia del antiguo convento de San Pedro Mártir, sede de la Universidad de Castilla-La Mancha. Las aportaciones de la traducción al léxico, la reivindicación del español como una lengua vigente en la creación, la tecnología y la política, y la relación entre traductores y periodistas como creadores de lenguaje centraron los debates y las ponencias.

Sobre el congreso, en el que han participado profesionales procedentes de organismos como la ONU, el Parlamento Europeo y la Organización Mundial de la Salud, entre otros, y que se ha celebrado a instancias de la Universidad de Castilla-La Mancha y de la Asociación de Traductores, ha planeado el espíritu de la Escuela Medieval de Traductores de Toledo, creada en el siglo XIII, refundada hace 10 años y adscrita a la universidad.

"Desde nuestra posición de traductores especializados tenemos ese vínculo simbólico, porque reivindicamos que el español sigue siendo una lengua vigente en los campos de la creación, la tecnología y la política internacional, y ellos fueron los primeros que promocionaron el uso del castellano naciente como lengua de cultura frente al latín", aseguró ayer Luis González, presidente de la comisión que ha organizado el encuentro y terminólogo del Departamento de Español de la Dirección General de Traducción de la Comisión Europea, con sede en Bruselas.

A diferencia de los traductores medievales, los profesionales del siglo XXI reconocen que su fuerza radica en su carácter colectivo y anónimo. "Tenemos que ser invisibles", añade González. "Se dice que la buena traducción no tiene que oler, pero esto no implica que no reivindiquemos la influencia de nuestro oficio en la creación de neologismos y que utilicemos las oportunidades que nos brindan las nuevas tecnologías y la Red para organizarnos e intercambiar opiniones y producción".

El español es la primera lengua de traducción del mundo. Sin embargo, los organismos internacionales elaboran los documentos en francés e inglés y hay una tendencia generalizada al uso del inglés, lo que ha generado una cierta preocupación por el impacto que pueda ocasionar en las lenguas minoritarias, y el español lo es en Europa. De hecho, la reciente incorporación de nuevos países a la Unión Europea ha restado aún más fuerza al español en este marco. La idea que emana de este encuentro toledano es la de combinar la necesidad de tener una lengua franca y la de proteger la diversidad lingüística.

En la situación actual muchos de estos profesionales se quejan de andar a remolque del inglés. "Ante este hecho sólo cabe la resignación o la actitud activa. Tendemos a atribuir al inglés un papel de autoridad lingüística que tiene que ver más con la hegemonía anglosajona. Por eso en los debates del congreso se ha abogado por soluciones productivas para la creación de nuevos términos, como el uso de nuestros recursos de derivación y composición de palabras sin renunciar al calco y al préstamo", concluye González, que, sin embargo, parece resignado a no dar la batalla ante el uso de anglicismos implantados como software o palabras de jerga como breafing o moving.

La relación entre traductores y periodistas por la inmediatez del trabajo realizado y su difusión fue otro de los temas abordados en este II Congreso. Xavier Vidal-Folch, director adjunto de EL PAÍS y responsable de la edición en catalán, definió al periodista como un traductor de la realidad de la palabra y defendió la diversidad cultural y lingüística. "La esencia del periodismo son las noticias expresadas con palabras precisas", aseguró.

Material sensible

"Trabajamos con un material sensible y estamos construyendo el muro de una edificación más amplia". Vidal-Folch, hijo y nieto de traductores, habló también sobre la dificultad entre la oralidad y la textualidad. Como ejemplo citó su paso por la segunda ciudad más importante de Kosovo cuando un millón de albanokosovares acababan de ser expulsados de sus hogares y sus casas incendiadas por los serbios. ¿Cómo explicar semejante destrucción? La solución, en su caso, fue recurrir a un truco periodístico: "Incorporar las palabras como ladrillos para la reconstrucción de un edificio que había sido derribado".

Para el director adjunto de EL PAÍS, en estos momentos imperan dos estilos de periodismo: el anglosajón, basado en la economía de palabras y una ordenación jerárquica de conceptos aplicable tanto a la opinión como a la información, y el mediterráneo, que utiliza la abundancia de elementos lingüísticos, la ordenación subjetiva de conceptos y la confusión entre opinión e información. En España se combinan ambos estilos: "EL PAÍS", señaló, "es el más anglosajón de los periódicos mediterráneos".

A su juicio, los medios de comunicación están obligados a adaptarse a lo nuevo y a mantener la corrección. "Los neologismos llegan desde universos ajenos y se expanden a través de la Red, que contribuye a una globalización del mercado de la lengua", concluyó.

Con todos los acentos

En el II Congreso Internacional de "El español, lengua de traducción", en el que han estado presentes la Real Academia Española y el Instituto Cervantes, se ha escuchado español de todos los acentos (www.toledo2004.net). La conexión entre el español técnico de España y el de América ha quedado patente en estas jornadas, en las que han participado incluso traductores de Namibia o Nueva Zelanda.

Conscientes de la diversidad lingüística -el español está presente en más de 40 organismos e instituciones internacionales- , los profesionales de la traducción han decidido dar un carácter bienal e iberoamericano a estos encuentros. El próximo congreso podría celebrarse en México en 2006, aunque Toledo conservaría su condición de sede permanente del congreso de las tres culturas.

Concepción Sanz, gestora del Departamento del Conocimiento y Nuevas Tecnologías del campus de Albacete, es una de las principales defensoras de combatir la idea de los que tratan de asimilar el español de la Península -que somos la minoría- con el español estándar cuando existen muchas variantes. "La celebración de futuros congresos de traductores en países hispanohablantes es una forma de contribuir al reconocimiento de una diversidad lingüística y a la potenciación de las lenguas minoritarias".

El trabajo de los traductores es más influyente de lo que parece; por eso defienden que se produzcan intercambios, que haya autocrítica y que se fomenten las plataformas de encuentro y reflexión de los grandes organismos internacionales. El I Congreso Internacional se celebró en Almagro en 2002 y muchos de los asistentes han repetido en esta cita dedicada a hablar de los aspectos prácticos de la profesión y la influencia de la traducción especializada en el uso de una lengua común.

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