Ron y ceviche para la dama del compromiso y la simpatía
Restrepo fue felicitada por numerosas personalidades de la cultura y la política, en medio de la alegría por el cambio de Gobierno
"Además de una gran escritora, Laura Restrepo es una gran persona". Con esta carta de presentación de José Saramago, y tras el discurso, sobrio y libérrimo, que hizo Restrepo para denunciar la sociedad de consumo engañabobos y las democracias de bolsillo que matan la concordia y asesinan a las palabras, la ganadora del Premio Alfaguara 2004 fue besada y felicitada por unas 300 personas (eso sí, de una en una) que llenaron el salón de actos de la sede de la editorial en Madrid.
Gente como el actor Juan Luis Galiardo, que se declaró "totalmente seducido" por las palabras de ...
"Además de una gran escritora, Laura Restrepo es una gran persona". Con esta carta de presentación de José Saramago, y tras el discurso, sobrio y libérrimo, que hizo Restrepo para denunciar la sociedad de consumo engañabobos y las democracias de bolsillo que matan la concordia y asesinan a las palabras, la ganadora del Premio Alfaguara 2004 fue besada y felicitada por unas 300 personas (eso sí, de una en una) que llenaron el salón de actos de la sede de la editorial en Madrid.
Gente como el actor Juan Luis Galiardo, que se declaró "totalmente seducido" por las palabras de Restrepo y buscaba un ejemplar de la novela desesperadamente. O como el eufórico Álvaro de Luna, el meditabundo Manuel Aleixandre ("la vida social nunca fue lo mío") y el elegante Manuel Vicent, un trío inseparable a pesar de la aguda crisis que vive la vieja tertulia del Café Gijón.
Sonaban cumbias, boleros y vallenatos, se servía ron Viejo de Caldas (como el que se bebe en la novela) y se respiraba la alegría general por el reciente cambio político. Carmen Alborch, futura Defensora del Pueblo, estaba "encantada". Trinidad Jiménez sonreía más feliz que nunca. Y allí estaban también Santiago Carrillo, su camarada Miguel Núñez y Paca Sauquillo, rodeados por el gremio de cineastas, representado por los directores Álex de la Iglesia, Fernando León,
José Luis Borau, Felipe Vega,
Fernando Trueba y Azucena Rodríguez.
Javier Gurruchaga era uno de los pocos sino el único cantante del día, pero escritores había como para un congreso: Juan José Millás, Carmen Posadas, Luis Goytisolo, Juan Luis Cebrián, Rosa Montero, Jorge Edwards, Ian Gibson, Jorge Eduardo Benavides, Clara Sánchez, José María Guelbenzu, Juan Eduardo Zúñiga, Joaquín Leguina, José Machado, Borja Casani, Ramón Irigoyen, Sealtiel Alatriste, Fernando Schwartz...
También acudieron al cóctel de mediodía el pintor Cristóbal Toral; el fotógrafo Carlos Díez Polanco; los editores Pancho Pérez González y Carmen Fernández de Blas; las jefas de la Casa de América María Asunción Ansorena y Ana López Alonso; periodistas como Daniel Gavela,
Blanca Berasategui, Fernando Rodríguez Lafuente, Francisco Basterra, Víctor Márquez Reviriego o Álex Grijelmo; el librero y editor Miguel Visor; los críticos Miguel García Posada o Manuel Rodríguez Rivero y la planetaria Ana
Gavín...
Las sonrisas y rumores sobre nombramientos delataban el nuevo estado de ánimo de la cultura española. Pero el ex director general del libro, Fernando de Lanzas (que será sustituido por el andaluz Rogelio Blanco), Forges, Patricia y Morgana (esposa e hija de Vargas Llosa), Pilar del Río (mujer de Saramago) y muchos más celebraron el Alfaguara de la antigua militante marxista del PSOE.