La clase política chilena señala el papel directo de Pinochet en la represión

Ernesto Ekaizer presenta en Santiago de Chile su libro 'Yo, Augusto'

Los presidentes del Senado chileno, el democristiano Andrés Zaldívar, y de la Cámara de los Diputados, la socialista Isabel Allende, coincidieron en señalar que el ex dictador Augusto Pinochet tuvo responsabilidad política y directa en la represión de la dictadura contra los opositores (1973-1990), durante sus intervenciones en el lanzamiento en Chile del libro Yo, Augusto, del periodista y adjunto a la dirección de EL PAÍS, Ernesto Ekaizer.

En un salón atestado de la Feria Internacional del Libro de Santiago, ante 150 asistentes, Zaldívar admitió que la detención de Pinochet en ...

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Los presidentes del Senado chileno, el democristiano Andrés Zaldívar, y de la Cámara de los Diputados, la socialista Isabel Allende, coincidieron en señalar que el ex dictador Augusto Pinochet tuvo responsabilidad política y directa en la represión de la dictadura contra los opositores (1973-1990), durante sus intervenciones en el lanzamiento en Chile del libro Yo, Augusto, del periodista y adjunto a la dirección de EL PAÍS, Ernesto Ekaizer.

En un salón atestado de la Feria Internacional del Libro de Santiago, ante 150 asistentes, Zaldívar admitió que la detención de Pinochet en Londres en 1998 tuvo un fuerte impacto favorable en la justicia chilena. Entre el público asistente, en primera fila, estaba Hortensia Bussi, viuda del ex presidente chileno Salvador Allende, derrocado por Pinochet y muerto durante el asalto al palacio presidencial.

En el panel de presentadores del libroestaba también Carmen Hertz, viuda de uno de los 75 prisioneros políticos ejecutados por la Caravana de la Muerte, una comitiva que Pinochet envió a recorrer el país, y calificó a la obra como "un aporte notable a la memoria histórica del país" y sostuvo que con la detención del ex dictador se fracturó el compromiso del Estado chileno con la impunidad.

Zaldívar, que fue opositor a Allende y después exiliado por la dictadura, recordó a Pinochet como un "senador con una disciplina muy militar". A mediados de 1998 le contó que iría a Londres invitado por una empresa y aprovecharía para operarse de la columna. Como había podido salir muy poco del país, y cuando lo hizo le fue mal, afirmó, "tenía la necesidad, el desafío de salir". El presidente del Senado le advirtió de que corría mucho riesgo y que a veces los aviones bajan en lugares no planificados, por lo que Pinochet es también responsable de su detención. La decisión de asignarle una "misión" especial para darle cobertura en su viaje fue posterior.

La detención del ex dictador "produce un quiebro en la justicia chilena, al atreverse a ir más allá", afirmó Zaldívar, que en esos días abogó por traer a Pinochet de regreso a Chile. Contó que en una reunión con José María Aznar, en Madrid, le planteó al jefe del Gobierno español: "¿Qué te parece si se te viene Pinochet?, ¿qué vas a hacer con él?", para convencerlo de la conveniencia de que regresara a Chile. Con su retorno, agregó, se abrió una nueva etapa en la justicia. "El desafuero de Pinochet fue equivalente a una "sentencia de culpabilidad" para los chilenos.

Al recordar las reuniones diarias que Pinochet sostenía con el jefe de la DINA (policía política), Manuel Contreras, como relata el libro, queda clara "la absoluta responsabilidad política y de acción" del ex dictador, sostuvo Zaldívar. La presidenta de la Cámara baja, Isabel Allende (hija del ex presidente Allende), coincidió en este último aspecto con el presidente del Senado y señaló también que quedan aspectos pendientes de impunidad del ex dictador como el enriquecimiento suyo y de su entorno familiar. Según ella, "hay un antes y un después de la detención de Pinochet. Esos 503 días (detenido en Londres) cambiaron el país. Los chilenos se convencieron de que hubo graves violaciones de los derechos humanos".

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Para Allende, si bien sólo se alcanzó a medias la justicia en el caso Pinochet -el ex dictador fue procesado por los crímenes de la Caravana de la Muerte y después sobreseído por demencia senil-, "se abrieron las puertas para la justicia en otros casos". Ekaizer sostuvo en su intervención que en el libro no quiso ni necesitó calificar la represión realizada por la dictadura por respeto al lector. A partir de la trama de la detención en Londres de Pinochet, en noviembre de 1998, Yo, Augusto relata en 1.022 páginas el proceso de extradición en Londres, el juicio en Chile y retrocede hasta el golpe de Estado de septiembre de 1973 y los crímenes de la dictadura. Por su cobertura del caso para EL PAÍS, Ekaizer recibió el Premio Ortega y Gasset de periodismo en 2000.

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