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Monteseirín dice que Sevilla será un "laboratorio de democracia" con presupuestos participativos

El alcalde reelegido le propone al Gobierno central "el inicio de un tiempo nuevo"

Alfredo Sánchez Monteseirín, reelegido alcalde de Sevilla, aspira a hacer de la ciudad un "verdadero laboratorio de democracia". En su discurso de investidura, Monteseirín se apuntó decididamente a los presupuestos participativos, la joya del programa de IU, su nuevo socio de gobierno. "Vamos a ser la primera gran ciudad española que ponga en marcha los presupuestos participativos", insistió el alcalde. Paula Garvín, la portavoz de IU, ahondó en esta idea de "cogobernar" con los ciudadanos y se mostró convencida de que, al pactar con el PSOE, su partido "ha hecho una lectura correcta del resul...

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Alfredo Sánchez Monteseirín, reelegido alcalde de Sevilla, aspira a hacer de la ciudad un "verdadero laboratorio de democracia". En su discurso de investidura, Monteseirín se apuntó decididamente a los presupuestos participativos, la joya del programa de IU, su nuevo socio de gobierno. "Vamos a ser la primera gran ciudad española que ponga en marcha los presupuestos participativos", insistió el alcalde. Paula Garvín, la portavoz de IU, ahondó en esta idea de "cogobernar" con los ciudadanos y se mostró convencida de que, al pactar con el PSOE, su partido "ha hecho una lectura correcta del resultado de las urnas".

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Entre los asistentes al acto de constitución de la nueva Corporación de Sevilla estuvieron el presidente de la Junta, Manuel Chaves; el coordinador andaluz de IU, Diego Valderas; el portavoz parlamentario socialista, José Caballos; y la duquesa de Alba, que se acercó a felicitar a Monteseirín del brazo de la madre del alcalde. Asistieron también todos los ex alcaldes, menos Soledad Becerril; y los 18 ediles que no repiten en la nueva Corporación, con la excepción del socialista Carmelo Gómez, a quien Monteseirín destituyó de todos sus cargos el pasado mes de septiembre y que ha terminado el mandato como concejal raso.

Una vez proclamado alcalde con los 14 votos de su grupo y los tres de IU, a Monteseirín le temblaba la mano que apoyaba sobre la Constitución cuando prestaba su juramento como alcalde de Sevilla. "Está muy, muy nervioso", admitían personas de su entorno. Con la medalla y el bastón de mando ya en su poder, el alcalde se comprometió a gobernar la ciudad "sin altanería, sin falsas poses" y se centró en sus tres grandes "desafíos": "prosperidad, equidad y eficacia".

Para conseguir éste último, Monteseirín abogó por impulsar dos de los principales puntos del programa con el que IU concurrió a las elecciones y que han quedado recogidos en el acuerdo programático entre los dos partidos: "la titularidad pública" de los bienes y servicios municipales; y los presupuestos participativos, en los que el alcalde quiere que Sevilla sea pionera entre las grandes ciudades españolas.

Este reto, admitió Monteseirín, "exigirá mucho de todos". Hará falta adaptar las estructuras y, sobre todo, concienciar a los gobernantes y a los ciudadanos de que hay que "evolucionar" en esta nueva cultura. "No se trata de sustituir la legitimidad de la representación democrática, sino completarla y extenderla por toda la ciudad", advirtió el alcalde.

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Monteseirín aprovechó también su primer discurso para "proponerle" al Gobierno central "el inicio de un tiempo nuevo". Después de los enfrentamientos de los últimos cuatro años, el alcalde aboga por que entre las dos administraciones reine ahora el "diálogo". Al presidente de la Junta, por su parte, le pidió que trasladara a los andaluces la "total disposición" del Ayuntamiento sevillano para ejercer de "motor" de la modernización de la comunidad.

Paola Vivancos, la portavoz del PA, que por primera vez en 12 años se queda fuera del gobierno, se saltó el tono solemne y sorprendió a todos con un discurso muy crítico en el que denunció "la suciedad" de la campaña electoral, "programada al alimón" por PSOE e IU, aseguró. "Tras estos años nos marchamos por voluntad propia del gobierno municipal", subrayó Vivancos, una afirmación que causó que el silencio general se rompiera con una carcajada corta pero casi generalizada.

El portavoz del PP, Jaime Raynaud, se mostró más deportivo en el encaje de la derrota, aunque insinuó cierto disgusto con el pacto. "No se puede pactar a cualquier precio", dijo. "Bueno es recordar que se puede gobernar en minoría si existe el talante y la voluntad del consenso".

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