62º FERIA DEL LIBRO DE MADRID

Manuel Rivas esgrime su ironía defensiva entre las casetas

Hizo jornada completa. Por la mañana, Manuel Rivas firmó; por la tarde también, otro ratito, y en la recta final, a las 19.30, se entregó a las preguntas de sus lectores en el pabellón Martín Gaite, donde Juan Cruz le sacó varias frases brillantes, socarronería, retranca, dardos y una ironía más fresca que los rodaballos de su Galicia amada: "La ironía es fundamental. Para defendernos", decía el escritor, que acaba de publicar Mujer en el baño (Alfaguara), una selección de artículos ya aparecidos y reflexiones anchas que tenía en el cajón.

¿De dónde sale su nuevo libro? "De la ne...

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Hizo jornada completa. Por la mañana, Manuel Rivas firmó; por la tarde también, otro ratito, y en la recta final, a las 19.30, se entregó a las preguntas de sus lectores en el pabellón Martín Gaite, donde Juan Cruz le sacó varias frases brillantes, socarronería, retranca, dardos y una ironía más fresca que los rodaballos de su Galicia amada: "La ironía es fundamental. Para defendernos", decía el escritor, que acaba de publicar Mujer en el baño (Alfaguara), una selección de artículos ya aparecidos y reflexiones anchas que tenía en el cajón.

¿De dónde sale su nuevo libro? "De la necesidad de pararse y reflexionar; éste es el libro de los porqués, y más en una sociedad anfetamínica, acelerada y pocholista como la que vivimos", empezó Rivas. También dijo que estos escritos eran producto entre la lucha de Marte y Venus que todos llevamos dentro y un homenaje a las mujeres contemporáneas, que queda patente en la portada, un cuadro del artista pop Roy Linchestein en el que una mujer sonríe, pero que a Rivas no le engaña: "Detrás de esa sonrisa hay mucho sufrimiento", cree.

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Retos y compromisos

También hay retos en las palabras de Rivas. "Para dejar de ser machista hay que tener muchos huevos", dice él. Y pedir compromisos, como los que este hombre practica y exige, compromisos que le han llevado a liderar moralmente parte de la rebelión del Prestige en su tierra y que han dado sus frutos, pese a que el PP haya ganado en Muxia. "Han ganado allí porque este pueblo ha sufrido una especie de acoso sexual y ha pasado de la desatención del Estado al achuchón para convertirlo en escaparate, pero han perdido en otros pueblos de la zona mayores, y la oposición a los conservadores ha ganado 100.000 votos, lo que quiere decir que si las municipales hubiesen sido autonómicas, Galicia habría dicho adiós al PP".

La campaña ha dejado frases memorables para Rivas, que las ha apuntado. "Muchos candidatos han dicho cosas gloriosas, como aquel que decía que tenían el handicap en contra, u otro que avisó: 'Si no ganamos, vamos a fracasar". Aunque la palma se la lleva, como casi siempre, Manuel Fraga, presidente de la Xunta. "Fue insuperable cuando dijo: 'A ver qué futuro vamos a dejar a nuestros antepasados", recordó Rivas de su personal antología.

Los asistentes al coloquio quisieron saber por qué Fraga nunca pierde en Galicia, algo para lo que Rivas tiene su explicación: "En Galicia pasa como en las comunidades de vecinos, que generalmente nadie quiere ser presidente y a veces sale uno que se realiza. La gente ve que Fraga tiene muchas ganas y piensa que, si no sale, le va a dar un patatús, así que le votan un poco por compasión".

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