Intercitrus pide al Gobierno que sea más contundente y ágil tras el bloqueo de un envío de naranjas en Suráfrica

La interprofesional citrícola Intercitrus considera que el Gobierno español debe ser más ágil y contundente a la hora de resolver problemas o desacuerdos fitosanitarios en los países terceros a los que exporta. El sector sufre, ante cualquier traba que pueda producirse y a pesar de que el problema se resuelva finalmente a su favor, pérdidas económicas y un daño de imagen que no quiere que se convierta en norma habitual. La protesta, en forma de carta dirigida a los ministerios de Agricultura y Comercio, se ha desencadenado tras un problema planteado en la exportación citrícola a Suráfrica, paí...

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La interprofesional citrícola Intercitrus considera que el Gobierno español debe ser más ágil y contundente a la hora de resolver problemas o desacuerdos fitosanitarios en los países terceros a los que exporta. El sector sufre, ante cualquier traba que pueda producirse y a pesar de que el problema se resuelva finalmente a su favor, pérdidas económicas y un daño de imagen que no quiere que se convierta en norma habitual. La protesta, en forma de carta dirigida a los ministerios de Agricultura y Comercio, se ha desencadenado tras un problema planteado en la exportación citrícola a Suráfrica, país en el que España acaba de empezar a vender naranjas.

Según explican fuentes de la interprofesional, tras un acuerdo alcanzado hace pocos años entre la Unión Europea y Suráfrica para liberalizar progresivamente el tráfico de frutas se iniciaron tímidamente, en el caso citrícola, las exportaciones a ese país hace un par de años. Y este año, tras un pequeño envío primero de cítricos que entró en el país con normalidad, surgió el problema. Las autoridades fitosanitarias surafricanas paralizaron el pasado mes de marzo un segundo envío de dos contenedores con alrededor de 40 toneladas de naranjas argumentando la detección de un insecto "no clasificado". La reacción de las autoridades españolas de sanidad vegetal, que el sector considera que ha tenido un comportamiento correcto, supuso el envío de un representante en un proceso que tardó varias semanas en resolverse y que aunque se cerró a favor del sector, la mercancía acabó destruyéndose a principios de abril. España no tiene agregado agrícola en Suráfrica y eso complica el proceso.

Aunque son casos distintos, aún está fresco en la memoria el veto que EE UU planteó a las clementinas españolas durante casi un año y que obligó al sector a pasar un auténtico viacrucis para resolverlo. Suráfrica no es un destino considerado prioritario, pero "toda piedra hace pared", como explica un responsable del sector y es un país en el que España empieza a abrirse paso. Problemas como el ocurrido disuaden a las empresas. El sector, por ello, pide más contundencia y agilidad en la actuación del Gobierno ante eventuales situaciones como la de Suráfrica y la misma dureza inspectora que sufren los productos españoles en terceros países. En este caso, la Unión Europea también importa, entre otras frutas, cítricos de Suráfrica.

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