China reconoce la muerte de 34 personas por la neumonía atípica

La OMS no puede recomendar un tratamiento mientras no se aclare la identidad del virus

El Gobierno chino se rindió ayer ante las evidencias y reconoció que el brote de neumonía asiática que surgió en noviembre en la provincia sureña de Guangdong se ha cobrado 34 vidas y ha contagiado a unas 800 personas. Tres de las muertes se han registrado en Pekín. Hasta ahora, China había negado sin cesar que hubiera más de los 305 afectados y cinco fallecidos que comunicó en febrero y había dicho que el problema estaba "bajo control".

El anuncio supone un paso adelante en la lucha que la Organización Mundial de la Salud (OMS) mantiene para probar si realmente el brote chino está cone...

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El Gobierno chino se rindió ayer ante las evidencias y reconoció que el brote de neumonía asiática que surgió en noviembre en la provincia sureña de Guangdong se ha cobrado 34 vidas y ha contagiado a unas 800 personas. Tres de las muertes se han registrado en Pekín. Hasta ahora, China había negado sin cesar que hubiera más de los 305 afectados y cinco fallecidos que comunicó en febrero y había dicho que el problema estaba "bajo control".

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El anuncio supone un paso adelante en la lucha que la Organización Mundial de la Salud (OMS) mantiene para probar si realmente el brote chino está conectado con el que se inició a mediados de febrero en Hong Kong y que se ha extendido a varios países. Los responsables de la OMS aseguran que los dos brotes forman parte del mismo rompecabezas, aue ha denominado síndrome respiratorio agudo severo (SRAS).

El nexo de unión es un médico de Guangdong, que después de tratar a varios enfermos en esta provincia viajó a Hong Kong. Allí contagió a varios clientes que se alojaban en su mismo hotel, el Metropole. A partir de entonces, la epidemia se ha mundializado y ha provocado otros diez muertos en la ex colonia británica, tres en Canadá, cuatro en Vietnam y uno, ayer, en Singapur. Este país ha anunciado el cierre de todas sus escuelas, y ha dejado a sus 500.000 alumnos sin clase hasta el 6 de abril. El lunes puso en cuarentena a 740 personas. Las estadísticas de la OMS publicadas ayer no incluyen los fallecidos en Pekín.

La insistencia del Gobierno chino en circunscribir la enfermedad a Guangdong ha disparado las especulaciones en la capital china. A falta de información, los rumores circulan de boca en boca y pocos son quienes no han oído que hay decenas de enfermos ingresados en los hospitales de la capital.

Hasta el punto de que algunos ciudadanos se han lanzado a las farmacias a comprar productos que piensan que pueden prevenir la infección. La OMS ha asegurado que mientras no esté identificado exactamente el causante de la rara neumonía -un paramixovirus o un coronavirus, según las últimas investigaciones-, no se puede decir cuál es el tratamiento más adecuado.

En previsión de lo que pueda suceder, las autoridades sanitarias chinas han puesto en alerta a los hospitales y les han enviado una nota para evitar que el mal se propague por Pekín. La circular, citada por la agencia Reuters, señala que se ha puesto en marcha un plan para "responder efectivamente al brote de neumonía atípica, proteger la salud de la población y asegurar la estabilidad social en la capital". La nota da instrucciones de que no se mencione ni se haga campaña para alertar a la gente.

La televisión reservó ayer la última noticia del principal informativo, el de las siete de la tarde, para decir que ha habido un "notable progreso" en el control de la neumonía atípica en Guangdong. Sólo al final, en la última frase de la crónica, deslizó que han muerto 24 personas en la capital provincial, Guangzhou. No hizo mención a los fallecidos en Pekín.

En Hong Kong, siguió aumentando el número de infectados, que alcanzan 316. Según la televisión local un centenar de escuelas han suspendido las clases. Las autoridades han descartado, de momento, imponer la medida a los 2.000 centros de la ex colonia.

Los técnicos de la OMS están intentando decidir si el agente causal es un paramixovirus (de la familia del sarampión), un coronavirus (como el virus del catarro) o una combinación de ambos, pero no se atreven a descartar otras posibilidades.

Niños con máscara protectora contra la neumonía, ayer en una escuela de Hong Kong.REUTERS

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