Las milicias palestinas amenazan con asesinar a quien margine a Arafat

Las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa asesinarán a quienes traten o planeen marginar a Yasir Arafat. La amenaza fue difundida ayer desde Gaza en el transcurso de una manifestación por las calles de la ciudad, en la que participaron miles de personas en apoyo del presidente de la Autoridad Nacional Palestina y en contra de los proyectos de Estados Unidos, que trata de desplazar a la actual cúpula dirigente palestina.

'No tenemos más líder que Arafat', gritaron ayer millares de gargantas en el centro de la capital de la franja de Gaza, mientras blandían pancartas y banderas en apoyo del...

Las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa asesinarán a quienes traten o planeen marginar a Yasir Arafat. La amenaza fue difundida ayer desde Gaza en el transcurso de una manifestación por las calles de la ciudad, en la que participaron miles de personas en apoyo del presidente de la Autoridad Nacional Palestina y en contra de los proyectos de Estados Unidos, que trata de desplazar a la actual cúpula dirigente palestina.

'No tenemos más líder que Arafat', gritaron ayer millares de gargantas en el centro de la capital de la franja de Gaza, mientras blandían pancartas y banderas en apoyo del liderazgo del presidente palestino, Yasir Arafat. La manifestación había sido convocada por los dirigentes locales del partido gubernamental de Al Fatah, contó con el apoyo de los responsables políticos y fue respaldada por la mayoría de los funcionarios de los ministerios y miembros de las fuerzas de seguridad, que fueron invitados de forma tajante por sus superiores a participar en la marcha.

La muchedumbre recorrió las mismas calles por la que días atrás había transcurrido una manifestación de signo opuesto, en la que cerca de 7.000 desempleados protestaron contra la política de cierres impuesta en los territorios por el primer ministro israelí, Ariel Sharon, y contra la corrupción galopante detectada en la Administración del presidente Arafat, las dos causas principales, según ellos, de una crisis económica que ha provocado el paro del 75% de la población palestina.

Ayer al mediodía, al finalizar la manifestación, un militante de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, con el rostro cubierto, leyó un comunicado en el que se anunció: 'Seremos los primeros en matar a quien piense o trate de contactar con otro representante del pueblo palestino que no sea Arafat'. Las amenazas iban asimismo dirigidas a los palestinos que accedan reunirse con representantes internacionales y se hagan cómplices de los proyectos de la Casa Blanca de aislar al presidente palestino.

Mientras los manifestantes se comprometían a dar hasta la última gota de sangre por Arafat, en la otra punta de Gaza, en Rafah, junto a la frontera con Egipto, se enfrentaban las fuerzas de seguridad palestinas y militantes y simpatizantes de Hamás, en una batalla campal que provocó 30 heridos, siete de ellos policías. Los incidentes se iniciaron después de que un grupo de fundamentalistas asediara una estación de policía, pidiendo la entrega de un presunto colaborador de Israel.

Las tensiones políticas que desde hace cerca de una semana han aflorado en Gaza amenazan trasladarse a Cisjordania tan pronto como se mitigue el toque de queda impuesto a todas las ciudades autónomas, menos a Jericó, por las tropas del Ejército israelí. Síntomas de malestar evidente se detectaron ayer en Ramala, cuando el jefe de la seguridad preventiva de la zona, el coronel Jibril Rajoub, anunció públicamente que permanecía en su cargo y se negaba a reconocer un cese anunciado horas antes por el nuevo ministro del interior, el general Mahmoud Abu Marzouk, quien le ha ofrecido a cambio ser embajador en Egipto.

Jibril Rajoub, uno de los personajes más corruptos y ambiciosos del régimen palestino, había estado presionando en las últimas semanas para convertirse en el responsable del mando unificado de las fuerzas de seguridad de Arafat, entrando así en colisión con otro aspirante, tan ambicioso como él, el coronel Mohamed Dhalan. Los dos responsables policiales, líderes de la joven guardia, se encuentran de hecho apartados del poder por decisión de Arafat, que decidió traspasar el control de sus fuerzas a un nuevo ministro del Interior, el general Marzouk, un hombre de absoluta confianza y misma edad, miembro de la antigua guardia.