Los libros abandonan el Retiro después de haberlo llenado de lectores durante 17 días

El gran cambio se hizo en 2001: menos casetas, mejor ordenadas y, lo más importante, se suprimieron las listas de libros más vendidos. Y este año se han recogido los frutos. El balance de la 61ª edición de la Feria del Libro de Madrid, que terminó ayer, es positivo. Los datos finales se harán públicos hoy, pero se sabe que ha ido más gente que nunca, que el Pabellón Carmen Martín Gaite ha funcionado a tope, como el de la UNED y la Carpa de las Tertulias Literarias. 'Hemos ganado las batallas de la normalidad y de la racionalidad', afirmó ayer el director de la feria, Antonio Albarrán.

H...

El gran cambio se hizo en 2001: menos casetas, mejor ordenadas y, lo más importante, se suprimieron las listas de libros más vendidos. Y este año se han recogido los frutos. El balance de la 61ª edición de la Feria del Libro de Madrid, que terminó ayer, es positivo. Los datos finales se harán públicos hoy, pero se sabe que ha ido más gente que nunca, que el Pabellón Carmen Martín Gaite ha funcionado a tope, como el de la UNED y la Carpa de las Tertulias Literarias. 'Hemos ganado las batallas de la normalidad y de la racionalidad', afirmó ayer el director de la feria, Antonio Albarrán.

Han sido 17 días intensos, con más de 200 actos culturales. La Feria del Libro de Madrid cerró ayer sus puertas con la satisfacción del deber cumplido. Pero sus directivos, Fernando Valverde y Antonio Albarrán, se plantean nuevos retos para el próximo año. 'En esta edición hemos tenido un pabellón dedicado al libro electrónico y se ha hablado bastante de las nuevas tecnologías, pero para 2003 queremos que no sólo se hable de las nuevas tecnologías, queremos que se vivan. Queremos que sea efectivo el pago generalizado por tarjeta y que todas las casetas puedan tener ordenadores para informar mejor a los lectores'.

Otro de los retos es que tanto las casetas de las editoriales como las de los libreros tengan personal especializado, 'La figura del librero prescriptor es imprescindible', añadió Valverde. Y ahí surge la anécdota. La reina Sofía, que visitó la feria de forma privada y que se gastó un montón de euros en libros, se encontró con que en la caseta de una editorial no supieron informarle de uno de los libros que ellos mismos habían publicado. El Rey, que inauguró la feria y al que le regalaron diversos libros, envió al día siguiente a un miembro de la Casa Real a comprar los mismos libros con que le habían obsequiado el día anterior.

Ayer, uno de los grandes protagonistas fue el juez Baltasar Garzón, que presentó Cuento de Navidad: es posible un mundo diferente, 'un homenaje a las víctimas de la violencia, el poder, la pobreza, a las víctimas universales que vagan por el mundo implorando justicias cuando su derecho es exigirla', según sus propias palabras.

La eliminación de las controvertidas listas ha despejado el ambiente y han sido muchos más los autores que han pasado por el Retiro. No hace falta hacer muchos cálculos para saber las inmensas colas que han tenido Mario Vargas Llosa, José Saramago, Antonio Gala, Salman Rushdie, que se ha paseado por el Retiro con toda la felicidad de un hombre que se siente libre, o Almudena Grandes. Dicen los expertos que Almudena lleva camino de convertirse en la gran reina de la feria, como lo fue la añorada Carmen Martín Gaite.

Si Valverde y Albarrán están contentos de cómo han funcionando los actos culturales, también lo están del catering. Los cócteles y copas han ido de maravilla. Si no que se lo digan a los simpáticos carpantas, así los llaman, que no se pierden uno. Cuentan que uno de ellos, en la fiesta de Random House Mondadori, pidió incluso a un camarero que le troceara un hueso de jamón para llevárselo a casa. Uno de los broches de oro del fin de la feria fue la subasta de ACNUR, que recogía así fondos para Afganistán y Colombia. En total se recaudaron 18.000 euros entre 100 obras. El dibujo por el que más se ha pujado es de Antoni Tàpies (4.700), seguido de otro de Genovés (2.900).