Rusia y la OTAN pactan una estrategia contra el terrorismo y los nuevos riesgos

La Declaración de Roma abre una nueva etapa de aliados para 'construir una paz duradera'

La Alianza Atlántica y Rusia, enemigos hasta hace una década, abrieron ayer una nueva etapa de relación entre aliados para 'luchar juntos contra las amenazas y riesgos' y 'construir una paz durable y abierta a todos en la región euroatlántica sobre los principios de la democracia, la seguridad y la indivisibilidad de todos los Estados de esa comunidad'. Así reza la Declaración de Roma, firmada ayer en la base aérea de Pratica di Mare por los líderes de Rusia y la Alianza Atlántica. Se crea el Consejo OTAN-Rusia, en el que Moscú y los 19 países aliados debatirán 'entre iguales' iniciativas conj...

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La Alianza Atlántica y Rusia, enemigos hasta hace una década, abrieron ayer una nueva etapa de relación entre aliados para 'luchar juntos contra las amenazas y riesgos' y 'construir una paz durable y abierta a todos en la región euroatlántica sobre los principios de la democracia, la seguridad y la indivisibilidad de todos los Estados de esa comunidad'. Así reza la Declaración de Roma, firmada ayer en la base aérea de Pratica di Mare por los líderes de Rusia y la Alianza Atlántica. Se crea el Consejo OTAN-Rusia, en el que Moscú y los 19 países aliados debatirán 'entre iguales' iniciativas conjuntas.

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'Acontecimiento histórico' para George W. Bush, 'acuerdo impensable hace poco' en palabras del ruso Vladímir Putin o 'hito para un nuevo mundo europeo', según el francés Jacques Chirac, el acuerdo de ayer tiene como origen el 11 de septiembre y el convencimiento de los 20 líderes mundiales de que 'las amenazas y los desafíos nuevos exigen respuestas más y más conjuntas'. 'Hemos pasado del enfrentamiento a la colaboración', resumió Putin.

Uno de los primeros objetivos del nuevo Consejo OTAN-Rusia, que prevé también reuniones de los mandos militares de los 20 países, consistirá en una evaluación conjunta de las amenazas en la región euroatlántica contra 'los aviones o las infraestructuras vitales' o la posibilidad de crear un 'centro de entrenamiento militar integrado OTAN-Rusia frente a los desafíos del siglo XXI', así como la cooperación en 'la protección contra los agentes nucleares, biológicos y químicos'. En las reuniones de este Consejo, una al mes de embajadores y dos al año de ministros de Exteriores, el representante ruso, como hizo Putin, se sentará entre los de España y Portugal, según el orden alfabético en la denominación inglesa de cada país.

George Robertson, el secretario general de la OTAN, animó a los líderes a traducir en hechos concretos su pacto, que sólo 'es el principio, no el fin', porque, como añadió Bush, no es sino la vía 'hacia un objetivo aún más ambicioso: una Europa totalmente unida, libre y en paz'. Para ello, todos se comprometieron a combatir el terrorismo de forma activa para no caer, señaló Putin, en 'la miopía de los políticos' que hizo posible la II Guerra Mundial.

'El terrorismo tiene unos medios excepcionales que requieren una respuesta excepcional', declaró Chirac. 'El pueblo británico ya no teme al ruso, pero los dos tememos el terrorismo', señaló el primer ministro británico, Tony Blair. 'No podéis vencernos, no tenéis ninguna oportunidad', espetó Berlusconi a los terroristas. 'Los valores no se defienden solos. No debemos esperar sentados a ser agredidos', dijo en su discurso el presidente español, José María Aznar, que horas después viajó en el mismo avión con Putin a Moscú para asistir a la cumbre UE-Rusia.

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Por encima de los objetivos concretos de la Declaración de Roma y el Consejo OTAN-Rusia, el paso dado ayer por los 20 líderes es un balón de oxígeno para una Alianza Atlántica en crisis tras el 11-S y da una imagen de mayor protagonismo a Rusia en la nueva escena internacional. Los dirigentes coincidieron al asegurar que es la seguridad de Europa la que sale ganando. 'Significa el ingreso de Rusia en la comunidad transatlántica', repitió Aznar, 'y es el acontecimiento más importante, tras la caída del muro de Berlín, desde el punto de vista geoestratégico'. 'Rusia se suma al esfuerzo común de defensa del continente europeo', dijo Chirac.

Por eso, todos los líderes destacaron el protagonismo de Rusia, de Putin en particular, a la hora de lograr el importante paso de ayer en defensa de valores como la democracia y la libertad. Era de esperar, porque, como reconocieron en días previos fuentes oficiales de la OTAN, la cumbre de Roma se organizó a mayor gloria del líder ruso para aminorar las críticas internas que recibe por su aproximación a la Alianza Atlántica, que, a la vez que firma el pacto con Moscú, avanza en su plan para acoger en su seno a nuevos países del Este próximos a la frontera rusa, pese a las críticas de su nuevo amigo y socio. 'Rusia está creando la libertad en su propio territorio', destacó Bush. 'Rusia y la OTAN celebran un matrimonio fantástico para todo el mundo', dijo Berlusconi a Putin.

Puestos a la obra, la primera iniciativa que ayer tomaron los 20 dirigentes mundiales consistió en pedir a India y Pakistán que rebajen la tensión en sus fronteras y se sienten a dialogar. 'Hay que evitar lo peor', comentó Chirac en referencia al poderío nuclear de ambos países.

Recelo de mandos militares

'Hemos de reconocer el coraje y la tenacidad de Putin para escribir así una página nueva de la historia de la humanidad', destacó Berlusconi. 'Quiero agradecer a Putin sus esfuerzos para llegar hasta aquí', señaló Aznar. Prácticamente todos los líderes hicieron menciones de ese tipo, conscientes del recelo que ha levantado en Rusia el acuerdo, sobre todo entre altos mandos militares.

El último ejemplo se había producido el día anterior. El jefe del Estado Mayor del Ejército ruso, el general Anatoli Kvachnine, optó por no asistir a la inauguración de la oficina militar de enlace abierta por la OTAN en Moscú el lunes ante la desagradable sorpresa del almirante Guido Venturoni, jefe del Comité Militar de la OTAN, asistente al acto.

Para Putin, su pacto con la OTAN ayudará a modernizar y reformar los ejércitos rusos y sus mandos. En la Declaración de Roma se incluye la celebración de ejercicios conjuntos y la cooperación para hacer compatibles los sistemas de defensa de ambas partes, lo que implica una tremenda transformación de las unidades rusas para hacerlas más ágiles, móviles y operativas. Uno de los recelos militares, en este caso compartido por el Gobierno ruso, es la ampliación de la OTAN, pero el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, insistió ayer en Pratica di Mare en que 'no hay duda de que la OTAN invitará a otros países a adherirse en la cumbre de Praga', prevista para noviembre.

Pese a todo, el líder ruso ha trazado un camino irreversible. 'No hay alternativa a esta colaboración entre la OTAN y Rusia', comentó al referirse a las nuevas amenazas y el papel ruso, para exigir acto seguido 'respeto recíproco'. 'No podemos pensar Rusia fuera de Europa', agregó.

De izquierda a derecha, Jacques Chirac, Vladímir Putin y George W. Bush posan para la foto de familia de la cumbre OTAN-Rusia en Roma.REUTERS

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