El fiscal general pide a la Casa Blanca que no destruya papeles del 'caso Enron'

Bush nombró altos cargos en el Ministerio de Energía a dos recomendados de la empresa

Consciente de que la petición parece más bien una acusación, el Departamento de Justicia de EE UU ha enviado un escrito a la Casa Blanca en el que exige la conservación de cualquier documento relacionado con el caso Enron. La fiscalía trata de evitar que la Casa Blanca siga el ejemplo de los directivos de Enron, que destruyeron documentos relevantes para la investigación del caso. También se sabe ahora que el ex presidente de Enron Kenneth Lay recomendó a varias personas para puestos en el Ministerio de Energía; Bush dio altos cargos al menos a dos de los recomendados.

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Consciente de que la petición parece más bien una acusación, el Departamento de Justicia de EE UU ha enviado un escrito a la Casa Blanca en el que exige la conservación de cualquier documento relacionado con el caso Enron. La fiscalía trata de evitar que la Casa Blanca siga el ejemplo de los directivos de Enron, que destruyeron documentos relevantes para la investigación del caso. También se sabe ahora que el ex presidente de Enron Kenneth Lay recomendó a varias personas para puestos en el Ministerio de Energía; Bush dio altos cargos al menos a dos de los recomendados.

Deberá conservarse todo el material que se pueda recopilar desde enero de 1999
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El Departamento de Justicia envió a Bush una carta con este texto: 'Pensamos que documentos en posesión de la Casa Blanca, su personal y sus empleados pueden contener información relevante para nuestra investigación'. Ese departamento y el FBI investigan el colapso financiero de la compañía Enron, que arruinó a miles de trabajadores y accionistas. La empresa ocultó la situación real de sus cuentas mientras sus directivos se deshacían rápidamente de sus acciones cuando todavía tenían valor.

Según la orden, el Gobierno de Bush tiene que asegurarse de que 'se conservan todos los documentos relacionados con esta cuestión, incluso aunque hubiera dudas sobre si un documento es de carácter presidencial o federal e incluso aunque la destrucción de ese documento pudiera estar permitida'.

La Casa Blanca tiene que conservar no sólo los documentos oficiales, sino también cartas, correos electrónicos, datos informáticos e incluso notas en cuadernos relativas a cualquier contacto con directivos o representantes de Enron.

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Esto es especialmente relevante por cuanto obliga a la Casa Blanca a conservar aquello que no quiere entregar: la información sobre las reuniones que el vicepresidente Dick Cheney mantuvo con el ex presidente de Enron Kenneth Lay cuando el Gobierno de Bush preparaba su plan energético. Las investigaciones tratan de averiguar si ese plan -presentado en mayo del año pasado- se rindió de alguna manera a la influencia de Enron para beneficiar específicamente a esta empresa.

La Casa Blanca respondió a la orden con un comunicado en el que se comprometía a cumplir la exigencia del Departamento de Justicia, aunque aclaraba que lo hacía como parte de su 'compromiso de cooperar enteramente' con las investigaciones en marcha. No concuerda ese compromiso con la negativa de la Casa Blanca a entregar al Congreso -en un enfrentamiento que acabará en los tribunales- las informaciones que ahora se ven obligados a preservar.

El equipo de Bush difundió un correo electrónico entre todos sus empleados para que se ajustaran a la orden del Departamento de Justicia.

La orden en cuestión exige la conservación de todo el material que pueda recopilarse desde el 1 de enero de 1999, dos años antes de la llegada de Bush a la Casa Blanca. Enron, donante generoso del Partido Republicano y particularmente de George W. Bush, ayudaba en igual medida a políticos demócratas. Es difícil encontrar en Washington a un congresista o un senador que no haya recibido alguna contribución de la compañía energética.

Ahora se sabe que Enron trató de usar esas contribuciones en beneficio propio en cuanto Bush llegó a la Casa Blanca. Hacer donaciones y pretender obtener algo a cambio es el principal deporte político washingtoniano: Kenneth Lay entregó al director de personal de Bush una lista de recomendados para posibles nombramientos en el Departamento de Energía. Entre los ocho nombres estaba el de Pat Wood, que no por casualidad ocupa ahora el cargo de presidente de la Comisión Federal Reguladora de Energía. Nora Brownell, otra recomendada de Enron, es también miembro de esa comisión, de la que depende en buena medida la política energética de EE UU. La Casa Blanca asegura que las recomendaciones de Enron fueron 'una entre las muchas, muchísimas' que recibió el Gobierno en la fase de nombramientos. Hace unos días, Bush trató de defenderse: 'Enron hizo contribuciones a mucha gente en Washington. Si acudieron a este Gobierno buscando ayuda, no la encontraron', dijo el presidente.

Kenneth Lay desveló la existencia de la lista de recomendados en una entrevista con la cadena pública de televisión PBS grabada en mayo del año pasado, aunque no emitida hasta el pasado viernes por la noche.

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