Columna

Noticias wagnerianas

La noticia wagneriana más sorprendente de los últimos tiempos ha venido de Bayreuth. Se trata de la producción de 'El anillo del Nibelungo' a partir de 2006 con Christian Thielemann y Lars von Trier

La atención preferente a Verdi durante 2001 con motivo del centenario de su muerte ha desplazado a un segundo plano las noticias sobre Wagner. No es que una cosa deba excluir la otra, desde luego, pero ya se sabe que algunos focos de atención suelen ser bastante absorbentes. Verdi y Wagner conviven en La novela de la ópera, un relato de Franz Werfel que va a publicar en breve Espasa y cuya reedición ha sido uno de los puntos comunes alrededor de Verdi en un buen puñado de países europeos. Werfel fue marido de Alma Mahler desde 1929 y es un exquisito autor de impagables fábulas, o retrat...

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La atención preferente a Verdi durante 2001 con motivo del centenario de su muerte ha desplazado a un segundo plano las noticias sobre Wagner. No es que una cosa deba excluir la otra, desde luego, pero ya se sabe que algunos focos de atención suelen ser bastante absorbentes. Verdi y Wagner conviven en La novela de la ópera, un relato de Franz Werfel que va a publicar en breve Espasa y cuya reedición ha sido uno de los puntos comunes alrededor de Verdi en un buen puñado de países europeos. Werfel fue marido de Alma Mahler desde 1929 y es un exquisito autor de impagables fábulas, o retratos de época, como Una letra femenina azul pálido (Compactos Anagrama). De Wagner, Alianza Música acaba de sacar al mercado una revisión actualizada de la monumental biografía del compositor a cargo de Martín Gregor Dellin, con traducción y supervisión de nuestro wagneriano oficial, Ángel-Fernando Mayo. La primera vez que apareció en España, en la misma colección, fue en 1983. No ha perdido ni un ápice de actualidad y, como dice Carl Darlhaus, representa 'el raro golpe de fortuna de una biografía de compositor que es inobjetable científicamente y al mismo tiempo constituye una lectura en todo momento atrayente para un gran público'.

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El gran público español que desea acercarse a Wagner necesita, en efecto, fuentes de información fidedignas, especialmente en estos momentos en que el autor alemán está ganando terreno a pasos agigantados en nuestro país. La ABAO de Bilbao, en conjunción escénica con la Ópera de Ginebra y el Festival de Canarias en versión de concierto, por ejemplo, ya han sobrepasado la cota de Siegfried en sus retos de El anillo del nibelungo, Sevilla ya ha disfrutado con Tannhäuser y Lohengrin, la Quincena de San Sebastián tiene previsto El holandés errante para 2003 y, en fin, el Real inicia el próximo mayo su Anillo, en coproducción con la Semperoper de Dresde. La vinculación wagneriana de Barcelona garantiza que la ciudad condal es terreno conquistado desde hace muchos años. Algunos documentos sonoros y visuales recientemente aparecidos pueden ayudar a tener una visión más completa en el campo de las interpretaciones. La grabación discográfica de El anillo, de Bayreuth, de 1958, dirigido por el sumo sacerdote Hans Knappertsbusch, o la visual en DVD de la producción del centenario de Bayreuth con la rompedora pareja Boulez-Chereau, invitan a profundizar en una polémica que no cesa.

La noticia wagneriana más sorprendente de los últimos tiempos ha venido, en cualquier caso, de Bayreuth y no está relacionada con cuestiones sucesorias, aunque sí con una decisión del octogenario Wolfgang Wagner. Se trata de la próxima producción de El anillo del nibelungo a partir de 2006 que contará en la dirección musical con Christian Thielemann, y en la escénica nada menos que con el bautismo en la ópera del cineasta danés Lars von Trier, responsable de películas como Rompiendo las olas o Bailando en la oscuridad. Lo de Thielemann era de esperar, pues es el nuevo rey musical de Bayreuth, fenómeno que no se puede explicar únicamente por causas de ascenso del neoconservadurismo, como se ha hecho desde algunos sectores. En recientes conversaciones personales con dos artistas nada sospechosos de derechismo, como son el compositor Hans Werner Henze (del que Thielemann dirigirá su próximo estreno operístico en Salzburgo en 2003, después de una prodigiosa versión hace un par de años o tres de su ópera El príncipe de Homburg en Berlín) y el director de escena Herbert Wernicke (con el que Thielemann comparte la versión actualmente en cartel de La mujer sin sombra, de Strauss, en el Metropolitan de Nueva York), ambos manifestaron su profunda admiración por el director musical en el repertorio alemán, admiración compartida por los wagnerianos más militantes. Lo de Trier ha oscurecido incluso el retorno a Bayreuth de Boulez en 2004 con Parsifal, con el apoyo del joven director de escena austriaco Martin Kusej, el mismo que inaugurará, junto a Harnoncourt, el próximo Festival de Salzburgo con Don Giovanni.

¿Y fuera de Bayreuth? Pues, bueno, hay un par de propuestas muy estimulantes. Simon Rattle dirigirá El anillo en fechas más o menos coincidentes con el de Thielemann en un nuevo teatro que se está construyendo en Aix-en-Provence. El contraste puede ser apasionante. Más cercano en el tiempo se encuentra Parsifal, con Claudio Abbado, la Filarmónica de Berlín y Peter Stein en el Festival de Pascua de Salzburgo. En el verano se repetirá en el Festival de Edimburgo y, en versión de concierto, con la orquesta de jóvenes Gustav Mahler, en el de Lucerna. Wagner, afortunadamente, no da tregua.

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