26º PREMIO CERVANTES A ÁLVARO MUTIS

Las raíces literarias de Álvaro Mutis están en un paraíso de tierra caliente

La obra del colombiano tiene una amplia edición en España

Ni en sus días más agobiados la voz de Álvaro Mutis perdió su serenidad. No lo hizo en 1997 con los premios Príncipe de Asturias de las Letras y Reina Sofía de Poesía, ni ahora con el XXVI Premio Cervantes. El primero concedido a un colombiano, poeta, novelista, cronista y ensayista de 78 años y padre de un personaje mítico que pasea errante por sus obras: Maqroll el Gaviero.

Entre aromas de café y brisas de cañaduzales mecidos por los ríos Coello y Cocora está el Paraíso. Está en un rincón de las estribaciones de los Andes donde el calor tiene su morada. Y para dar testimonio de él est...

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Ni en sus días más agobiados la voz de Álvaro Mutis perdió su serenidad. No lo hizo en 1997 con los premios Príncipe de Asturias de las Letras y Reina Sofía de Poesía, ni ahora con el XXVI Premio Cervantes. El primero concedido a un colombiano, poeta, novelista, cronista y ensayista de 78 años y padre de un personaje mítico que pasea errante por sus obras: Maqroll el Gaviero.

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Entre aromas de café y brisas de cañaduzales mecidos por los ríos Coello y Cocora está el Paraíso. Está en un rincón de las estribaciones de los Andes donde el calor tiene su morada. Y para dar testimonio de él está Álvaro Mutis (Bogotá, 1923). Un hombre que no se olvida de compartir sus añoranzas. Sobre todo las de ¡la tierra caliente! Las de la hacienda de sus abuelos maternos, Coello. El 'paraíso terrenal' donde nació su vocación literaria y al que siempre vuelve en sus paseos evocadores tras sus largas visitas de estudiante y asombrado lector. Y cuando habla de aquellos días lo hace como si sintiera ese calor domesticado por el viento de las quebradas que bajan de las cordilleras. Como si aún tuviera en la punta de la nariz el olor a campo sembrado y tierra mojada.

De las añoranzas de Mutis no escapan ni la desagradecida Bogotá. La ciudad que 24 horas después de ver su primer libro de poemas parió un día para la historia El bogotazo, tras el asesinato de un candidato presidencial, cuya revuelta convertiría en cenizas aquellos versos. Era el 9 de abril de 1948, y en esas páginas predestinadas al vagabundeo ya asomaba Maqroll el Gaviero.

Ocho años después, tras lucir su voz amaderada y veteada de tonalidades en una emisora, Mutis se vio en una cárcel de México adonde había ido a parar por pasarse de buen samaritano. Fueron 16 meses en los que la presencia de Maqroll creció en silencio, a la vez que atisbaba nuevos rincones de la condición humana. A su salida se dedicó a otros menesteres que lo relacionaron con artistas y escritores; sin olvidarse de sus poemas esparcidos de las 'bellas y reflexivas' aventuras marinas del Gaviero, las cuales se oyen en el libro-disco La voz de Álvaro Mutis (Residencia de Estudiantes).

Hasta que en 1986 Maqroll irrumpió en La nieve del almirante, la primera de siete novelas reunidas en una edición definitiva en Empresas y tribulaciones de Maqroll el Gaviero (Alfaguara). Ahora Mutis no sabe qué piensa su amigo por este Cervantes. Lo cierto es que con el Príncipe de Asturias el escritor colombiano estaba seguro de que al menor descuido Maqroll le daría un sablazo. Y no estaba dispuesto a darle 'ni un centavo'.

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