ELECCIONES PRESIDENCIALES

Toledo ofrece un Ejecutivo de unidad nacional tras su victoria en Perú

El ex presidente Alan García ofrece a su adversario su colaboración sin condiciones

Alejandro Toledo, elegido presidente de Perú para los próximos cinco años, está dispuesto a gobernar con todas las fuerzas políticas libres de corrupción, según dijo la noche de su victoria y reiteró ayer. Su adversario, el ex presidente Alan García, le había ofrecido previamente su apoyo "a cambio de nada, para lograr estabilidad". Con el 91,9% de los votos escrutados, Toledo obtiene el 52,6%, y García, el 47,4%. La mayor derrota fue para los patrocinadores del voto en blanco, Álvaro Vargas Llosa, hijo del escritor, y el periodista Jaime Baily, que pretendían desautorizar el proceso electoral...

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Alejandro Toledo, elegido presidente de Perú para los próximos cinco años, está dispuesto a gobernar con todas las fuerzas políticas libres de corrupción, según dijo la noche de su victoria y reiteró ayer. Su adversario, el ex presidente Alan García, le había ofrecido previamente su apoyo "a cambio de nada, para lograr estabilidad". Con el 91,9% de los votos escrutados, Toledo obtiene el 52,6%, y García, el 47,4%. La mayor derrota fue para los patrocinadores del voto en blanco, Álvaro Vargas Llosa, hijo del escritor, y el periodista Jaime Baily, que pretendían desautorizar el proceso electoral con papeletas invalidadas.

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Finalmente, la consigna "vota limpio, vota blanco" sólo fue seguida por el 13,3%, cifra incluso inferior a la primera vuelta de abril. Ante miles de simpatizantes congregados frente al hotel Sheraton de Lima, Toledo prometió un Gobierno de concertación, "un Gobierno de todas las sangres para todos los peruanos", y anunció su propósito de "poner al Perú a trabajar". El diario El Comercio recogió las palabras del presidente electo y tituló en portada "Toledo..., ¡a trabajar!".

No hubo mayor concreción sobre la voluntad de concertar, excepto la aparición en el estrado de Fernando Olivera, candidato del Frente Independiente Moralizador (FIM), derrotado en la primera vuelta, que se fundió en un gran abrazo con Toledo. Olivera, un político de una ambición desmedida cuya obsesión se llama Alan García, se apresuró a ponerse a disposición del presidente electo para lo que haga falta.

Toledo proclamó su profundo respeto por la ley y prometió un poder judicial libre y sin injerencias. Aseguró que la procuraduría especial que investiga la trama de corrupción tejida por el ex jefe del servicio de espionaje Vladimiro Montesinos continuará con su labor bajo el nuevo Gobierno y dijo que el abogado José Ugaz se mantendría al frente de este organismo, creado, paradójicamente, por Fujimori en la recta final de su Gobierno.

La crítica situación de Perú empujó sin duda a los dos finalistas de la jornada electoral del domingo a subrayar la necesidad de unidad y colaboración entre las distintas fuerzas políticas. Pero, tanto por la forma como por el fondo, Toledo y García exhibieron una vez más estilos totalmente contrapuestos.

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El primero habló ante sus seguidores como si se tratara de un mitin más de campaña. El mismo tono, la misma puesta en escena, los mismos animadores, las mismas consignas. Hubo más promesas, propias de un candidato, que los enunciados concretos que cabría esperar de un presidente electo.

Dos horas antes, García habló ante la prensa para reconocer la victoria de Toledo, felicitar a su rival y brindarle su respaldo. "No estaré a la expectativa, no entro en la oposición y voy a prestar ayuda y apoyo en cuanto sea necesario", anunció. El tono de cooperación del ex presidente empequeñeció el posterior mitin en la plaza del presidente electo. Pareciera que los papeles se habían invertido.

García acudió el domingo por la noche para felicitar personalmente a Toledo, que no descartó una colaboración en aquellas áreas donde pueda haber coincidencias. El vencedor de las elecciones designará una comisión para entablar conversaciones con las distintas fuerzas políticas y preparar el traspaso de poderes con el Gobierno provisional del presidente Valentín Paniagua.

Entre las numerosas felicitaciones de gobernantes y líderes políticos no se encontraba, obviamente, la del ex presidente Fujimori, refugiado en Japón. El ex mandatario contestó por fax a los requerimientos de la prensa sobre las elecciones peruanas con un "sin comentarios".

El primer ministro en funciones de Perú, Javier Pérez de Cuéllar, expresó ayer su confianza en que Japón ponga al depuesto presidente Alberto Fujimori a disposición de la justicia peruana, ya que Lima no puede pedir su extradición por carecer de tratado bilateral, informa Efe. Ante la acumulación de pruebas de los presuntos actos de corrupción cometidos por el ex gobernante durante su mandato, el Gobierno nipón "va a tener que pensar que lo justo es poner a Fujimori a disposición de Perú", declaró Pérez de Cuéllar en San José, donde participa en la 31ªAsamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA).

El primer ministro y titular de la cartera de Exteriores en funciones manifestó que en los últimos meses el Gobierno de su país ha acumulado numerosas pruebas y evidencias de los abusos y corrupción cometidos supuestamente por Fujimori (1990-2000).

Alejandro Toledo, entre su esposa, Eliane, y su hija Chantal, ayer en Lima.REUTERS

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