Una exposición de objetos personales recupera el perfil humano de Azaña

La Fundación Vela Zanetti recuerda en León al político republicano

Sin ser abundantes los objetos originales que se muestran, reflejan en parte el sentir de un intelectual de su época, un político a veces calumniado, vilipendiado y atacado en varios libros y publicaciones de su tiempo. La muestra, que permanecerá abierta durante el mes de abril en la Casona de Villapérez, sede de la Fundación del pintor burgalés Vela Zanetti, expone en seis pequeñas salas de un edificio rehabilitado del siglo XVI aspectos relacionados con la II República, documentos con el atractivo de haber sido guardados en el exilio por sus colaboradores, como los abanicos propagandísticos...

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Sin ser abundantes los objetos originales que se muestran, reflejan en parte el sentir de un intelectual de su época, un político a veces calumniado, vilipendiado y atacado en varios libros y publicaciones de su tiempo. La muestra, que permanecerá abierta durante el mes de abril en la Casona de Villapérez, sede de la Fundación del pintor burgalés Vela Zanetti, expone en seis pequeñas salas de un edificio rehabilitado del siglo XVI aspectos relacionados con la II República, documentos con el atractivo de haber sido guardados en el exilio por sus colaboradores, como los abanicos propagandísticos de Izquierda Republicana de Galán y García Hernández, militares que fueron ejecutados; un libro de las Cortes constituyentes con los diputados elegidos por León; fotos de la esposa del político, Dolores Rivas; una cartilla de lectura del Ejército popular, o el telegrama del presidente del Comité Ejecutivo de la URSS, señor Kalinine, saludo al pueblo español, y la respuesta manuscrita de Azaña al pueblo soviético.

Varios fragmentos de discursos pronunciados por Azaña en plena guerra civil, entre ellos el de Barcelona -conocido por las tres pes, de paz, piedad y perdón- rezan en las paredes de las salas a modo de recordatorio del verbo utilizado por los intelectuales de la política, alejado de muchos monólogos actuales en el Parlamento o en estadios de fútbol.

Revistas satíricos

La exposición no ha querido obviar el trato dado a Azaña por algunas revistas satíricas de entonces, como La Traca o Gracia y Justicia. En las vitrinas se pueden contemplar ediciones de libros de Azaña como las Memorias políticas y de la guerra; Retrato de un desconocido, de Cipriano de Rivas; Los que le llamábamos don Manuel, de Josefina Carabias (retrato humano y cordial de un hombre con ideas que tropezó con la amarga realidad de España), o Azaña, el Gobierno, de Francisco Villanueva, director de El Liberal, de Madrid. Entre los libros acusatorios: Azaña y ellos, de Francisco Casares, o Las memorias íntimas de Azaña, de Joaquín Arrarás.

La Fundación Vela Zanetti ha querido con esta exposición iniciar una actividad paralela en defensa de los derechos humanos, que 'tanto defendió en vida el pintor', según el portavoz de la fundación, Eduardo Aguirre. Se da la circunstancia de que Vela Zanetti, que además de pintor fue periodista y teniente en el Ejército republicano a las órdenes de Gustavo Durán, presenció la salida por la frontera francesa de Azaña el 5 de febrero de 1939. El pintor saldría un día más tarde debido a las largas colas.

Una imagen de la exposición dedicada a Azaña, con fotografías, documentos y objetos personales, en León.EFE
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