MEDIO AMBIENTE

Fuerte vigilancia sobre los productos del mar

Treinta y cinco kilómetros separan la zona donde se hundió el Ievoli Sun ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Treinta y cinco kilómetros separan la zona donde se hundió el Ievoli Sun de la costa francesa más próxima, el cabo de La Hague, un paisaje de suaves colinas verdes que mueren sobre el mar. A 30 kilómetros se encuentran Cherburgo y su enorme arsenal. El puente levadizo que comunica los dos lados de la parte más estrecha y abrigada del puerto continúa abriéndose regularmente para permitir el paso de los pesqueros. Nadie ha prohibido la pesca ni la producción de ostras o mejillones, actividades económicas de extraordinaria importancia en este lugar.Los productos del mar están sometidos a una estrecha vigilancia. Diariamente se hacen varias pruebas para comprobar si aparecen síntomas de toxicidad. La Agencia Francesa de Seguridad Alimentaria ha hecho público un curioso informe en el que recomienda no consumir pescados ni moluscos que huelan mal o tengan mal gusto. Por obvio que parezca, el consejo se debe a que dos de los productos químicos que transportaba el carguero desprenden un olor espantoso y son solubles, mientras que el tercero, el ya famoso estireno, que es el más tóxico, apenas se disuelve en el agua y tiende a solidificarse o evaporarse.

Más información

Cinco organizaciones de defensa de los animales han decidido montar una red de vigilancia en las costas normandas tras el descubrimiento del cadáver de una foca en una playa de la Mancha. Uno de esos grupos ha explicado que el lugar del naufragio del Ievoli Sun es frecuentado por focas y grandes delfines, que vienen a reproducirse. No obstante, Greenpeace niega que pueda hablarse de catástrofe ecológica.

Archivado En