Un escritor que sale del semilimbo
Al fin un centenario ha servido para lo que más importa: para dar a conocer al escritor conmemorado. La obra de Emilio Prados sale, con esta edición, del semilimbo en que yacía. La edición reformula muchos de los criterios que inspiraron la mexicana de Aguilar de hace casi un cuarto de siglo. A partir de hoy Prados será más accesible, más legible.Es una lástima que proyectos similares como los que han existido con Vicente Aleixandre y con Pedro Salinas se hayan venido abajo, pese al apoyo decidido de las instituciones públicas, por imponderables de difícil justificación. La obra completa de Vi...
Al fin un centenario ha servido para lo que más importa: para dar a conocer al escritor conmemorado. La obra de Emilio Prados sale, con esta edición, del semilimbo en que yacía. La edición reformula muchos de los criterios que inspiraron la mexicana de Aguilar de hace casi un cuarto de siglo. A partir de hoy Prados será más accesible, más legible.Es una lástima que proyectos similares como los que han existido con Vicente Aleixandre y con Pedro Salinas se hayan venido abajo, pese al apoyo decidido de las instituciones públicas, por imponderables de difícil justificación. La obra completa de Vicente Aleixandre necesita una revisión urgente y ser accesible, lo mismo que le ocurre a la de Pedro Salinas. En el caso de Rafael Alberti, cuya edición por Aguilar quedó interrumpida, no cabe esperar demasiado mientras no se deshaga el turbio clima que rodea en la actualidad a su legado. Los demás autores de la generación del 27 están ya debidamente recopilados, aunque con algunos matices: faltan así epistolarios y prosas de diverso tipo.
Pero que todo el grupo del 27 esté editado de manera adecuada debiera constituir una preocupación de los diferentes agentes culturales públicos, en los casos a los que no llega la iniciativa privada. Esta gloriosa realidad literaria también se llama patrimonio.